Los involucrados detrás del aclamado documental animado exploran la palabra “hogar” y todo lo que implica ser un refugiado en esta sociedad.
Tras su exitoso paso por festivales de cine alrededor del mundo y premiaciones tales como el Óscar, Flee: Huyendo de casa, el documental animado basado en hechos reales, llega finamente a Sala de Arte Cinépolis.
El filme dirigido por el danés Jonas Poher Rasmussen sigue la historia de Amin Nawabi quien está a punto de casarse, y a partir de eso empieza a contar su historia cuando huyó de Afganistán y su viaje como refugiado hasta la actualidad.
Tanto el realizador como su protagonista platicaron con NPR como parte del tour de promoción del documental, sobre el trauma que exploran en la cinta y una de las razones que fue la que los impulsó a contar esta historia:
“Realmente nunca escuchamos sobre los refugiados, sobre sus vidas, sus experiencias antes del viaje a sus países de origen. Quería contarle esa historia también al mundo entero, que hay más en este concepto de ser un refugiado. Hay seres humanos detrás de este concepto y no son muy diferentes a los demás”.
El documental dejó una huella en la industria al haber sido la primera película nominada al Óscar en todas estas categorías el mismo año: Mejor película animada, Documental y Película Internacional.
El trayecto de Nawabi desde su salida de Afganistán hasta que revela que es gay fue doloroso y complicado, pero es sumamente poderoso y conmovedor. La amistad entre Rasmussen y el mismo Nawabi creció con el paso de los años, y es por eso que el cineasta lo motivó para que contara su historia en un espacio seguro y de forma anónima, de ahí la importancia de la animación. Más de dos décadas le tomó a Nawabi atreverse a contar su historia. El poder hablar de este tema que aqueja a millones de seres humanos en el mundo le dio una sensación de libertad.
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