El CEO de Warner Discovery lo tiene claro…
“En los próximos años verán mucho crecimiento en torno a DC”, aseguró recientemente el CEO de Warner Discovery, David Zaslav. “No habrá cuatro Batmans”. Sus palabras podrán parecer exageradas, incluso una mofa para algunos, pero dan una gran tranquilidad a las audiencias que empezaban a ver cómo se desbordaba el murciélago.
Y es que tal vez Superman sea el superhéroe más poderoso de DC Comics, pero ni siquiera él le gana en popularidad a Batman. Ya sea por su falta de poderes, su ingenio, su fortuna o su oscuridad, pero el Caballero Nocturno conectó inmediatamente con el público desde su debut impreso, un vínculo que eventualmente se extendió a la pantalla y que se mantiene hasta nuestros días.
La casa editorial ha sido bien consciente de ello, razón por la cual siempre ha aprovechado al encapotado de Gótica como piedra angular de sus esfuerzos cinematográficos. Esto siempre ha estado bien, hasta que la naturaleza de las adaptaciones empezó a tornarse excesiva y por momentos, confusa.
El problema comenzó cuando se confirmó que el Batman de Christian Bale no formaría parte del entonces naciente DC Extended Universe, lo que resultó en el casting de Ben Affleck… ¡con sólo cuatro años de distancia entre cada encapotado! El estudio tenía tanta confianza en su proyecto que no vaciló en anunciar una ampliación centrada en la galería gótica. Y aquí fue cuando todo comenzó a desmoronarse.
El llamado Batffleck nunca brillo del todo, el Joker de Jared Leto fue aún peor recibido y sólo la Harley Quinn de Margot Robbie sobresalió. Para colmo de males, la desorganización del llamado Snyderverse terminó con todos los planes y Warner empezó a desarrollar spinoffs paralelos como Joker de Joaquin Phoenix y The Batman de Robert Pattinson. Pero la batimanía no terminó aquí, pues la apertura multiversal del DCEU, hoy DCU, prometía rescatar al viejo encapotado de Michael Keaton. Un retorno que hoy está en el limbo.
Un, dos, tres, ¡cuatro Batmans!… ¿o tres Batmans y un pequeño Bruce Wayne? No importa, pues Gótica estaba cerca de salirse de control.