¿Te atreverás a verlas?
Uno de los géneros preferidos por la audiencia es el terror. Sus consistentes números en taquilla, incluso para aquellas películas con actores o historias no tan conocidas, demuestran que la audiencia disfruta los sustos, las posesiones, y todos los elementos relacionados con el género. En esta ocasión, te presentamos algunas de las películas de terror más revolucionarias para la industria. No sólo asustaron a la audiencia, sino que también representaron una bocanada de aire fresco para la industria. Ya sea por sus historias, actuaciones, temas, o incluso apartado visual, todas transformaron, todas abrieron nuevos caminos, o mantuvieron al género con gran relevancia.
El bebé de Rosemary (Dir. Roman Polanski, 1968)
¿De qué va? Rosemary (Mia Farrow) y Guy Woodhouse (John Cassavetes) son una pareja de recién casados. Jóvenes, atractivos, en apariencia el matrimonio perfecto, acaban de mudarse a un nuevo departamento, pero las cosas se han tornado extrañas: los vecinos, ya mayores y bastante amables comienzan a abrumarlos con atenciones a la vez que, sin planearlo, Rosemary queda embaraza. ¿Su repentino embarazo tiene algo que ver con los vecinos y las pesadillas cada vez más recurrentes en los sueños de Rosemary?
¿Por qué cambió al género? Probablemente la única película en la historia del cine capaz de ponerse a tú por tú con El Exorcista (William Friendkin, 1973). Polanski crea aquí un terror basado en la atmósfera y la sugerencia y no tanto en la imagen explícita. Heredera obvia del cine de Hitchcock, El bebé de Rosemary era una película perturbadora que se quedaba contigo incluso al salir de la sala, quedando para la historia aquella ominosa escena de la cuna y el temple increíble de una Mia Farrow dispuesta aquí a todo, incluso a ser la concubina del diablo.
El exorcista (Dir. William Friedkin, 1973)
¿De qué va? La pequeña Regan ha estado actuando raro últimamente: su voz se vuelve ronca, dice profanidades y pareciera tener personalidad múltiple, como si dos personas habitaran su mismo cuerpo. Desesperada y luego de buscar ayuda médica sin éxito alguno, la madre de Regan acude a un cura para que revise a su hija. No habrá otro remedio, es necesario hacer un exorcismo.
¿Por qué cambió al género? Simple: El exorcista es la cinta a la que toda película de terror aspira llegar. Aún hoy, 50 años después su estreno, el filme sigue causando terror en aquellos que la ven y también en aquellos que no la han visto, pero cuya fama es más que suficiente para que la eviten, por el terror que le tienen.
¿Cuál es el secreto?, se trata de una mezcla de elementos: un grupo de personajes oscuros y perturbados (un padre que pierde la fe, una madre que no reconoce a su hija, una niña que ha perdido completamente la inocencia), una serie de efectos especiales que aún hoy siguen dando terror, susto, asco (ese vómito verde, esa cabeza que gira), pero sobre todo, la decisión de un director -William Friedkin- por llegar hasta las últimas consecuencias sin temor a nada, ni al diablo mismo.
Alien (Dir. Ridley Scott, 1979)
¿De qué va? La nave carguera Nostromo, lleva consigo un cargamento indefinido y a siete tripulantes. A medio camino recibe una llamada de auxilio proveniente de un planeta desconocido. Luego de explorar en búsqueda de sobrevivientes, retoman su curso normal. A medio camino, la computadora ya no marca siete sino ocho pasajeros…
¿Por qué cambió al género? Por la mezcla tan afortunada de géneros. Por un lado se trata de ciencia ficción de primera línea, por otro lado es una cinta de suspenso que va in crescendo durante toda la trama y, por último, el terror orgánico (muy en la línea de David Cronenberg) que nos hace brincar del asiento o llenarnos de asco y miedo por igual: los face huggers, el alien explotando del pecho o el diseño de las bestias (a cargo del diseñador H.R. Giger).
Scott maneja la tensión de forma magistral, no muestra de inmediato a su bestia sino que la va sugiriendo, poco a poco hasta que ya casi al final la despliega en toda su grandeza, furia y terror. Un clásico indiscutible.
El resplandor (Dir. Stanley Kubrick, 1980)
¿De qué va? El escritor Jack Torrence acepta quedarse a cargo, junto con su esposa e hijo, de un hotel en medio del crudo invierno. Pronto, la soledad y el aislamiento comienzan a jugar rudo con la psique de Jack.
¿Por qué cambió al género? La cinta de terror de Stanley Kubrick es probablemente su película más popular. Su trama, simple y llanamente, es la de un muy meticuloso estudio sobre cómo un hombre poco a poco se va volviendo loco. Además, explora el terror que implica para los demás vivir esa transformación. Kubrick se debate entre la sutileza de su cámara y lo gráfico de algunas imágenes (“Here comes Johnnie!”). Jack Nicholson llevará consigo siempre, tatuado en la piel, el papel que lo llevó de actor indiscutible a leyenda absoluta.
Viernes 13 (Dir. Sean S. Cunningham, 1980)
¿De qué va? En un campamento junto a un lago, un grupo de adolescentes intenta pasar un fin de semana divertido pero un asesino en la obscuridad comienza a acecharlos… y matarlos.
¿Por qué cambió al género? Porque, básicamente, inventó un subgénero dentro del terror: las cintas donde los adolescentes son poco más que carne de cañón para los dementes asesinos que los acechan.
Pesadilla en la calle del infierno (Dir. Wes Craven, 1984)
¿De qué va? Nancy y su grupo de amigos adolescentes que viven en un suburbio de Estados Unidos, son atormentados por las constantes pesadillas que tienen. Lo raro es que en todas ellas es un mismo personaje quien los acecha: un tal Freddy Krueger.
¿Por qué cambió al género? Si bien, la idea es básicamente la misma que en la ya mencionada Viernes 13, lo cierto es que Wes Craven introduce nuevos elementos. Hay un sentido del humor inherente al gozo por el slash fest, el gozo adolescente truncado por la maldad del asesino y un monstruo al acecho que no solo da miedo sino que tiene personalidad. Freddie, a diferencia de Jason, habla, se burla de sus víctimas, las provoca, no es simplemente una máquina de matar. Freddie las tortura, dialoga con ellas, les hace saber cuán miserables son y cuán muertos estarán.
El aro (Dir. Gore Verbinski, 2002)
¿De qué va? Una reportera investiga el misterioso caso de una serie de muertes al parecer provocadas luego de que las víctimas ven el contenido de un videocasete.
¿Por qué cambió al género? Porque impuso una moda: los remakes norteamericanos basados en películas de terror orientales. Luego de esta cinta (que francamente es mucho mejor que el original japonés) vendría toda una andanada de cintas basadas en terror oriental. El boom fue tal, que la idea se desgastó rápidamente.
Actividad paranormal (Dir. Oren Peli, 2009)
¿De qué va? Luego de mudarse a un suburbio, una pareja está segura de que algo raro sucede en su casa y trata de documentar sus sospechas.
¿Por qué cambió al género? Si bien, el epítome del found footage vino con La bruja de Blair (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999), fue Actividad paranormal quien lo ejecutó con gracia y verdadero sentido del terror y no sólo como anécdota. No hay peor escenario para una pesadilla que la propia casa. Curiosamente, esa pesadilla se siente más real cuando es grabada en un video casero. El recurso se volvió moda hasta agotarse irremediablemente.
El conjuro (Dir. James Wan, 2013)
¿De qué va? Basada en una historia real, la cinta cuenta uno de los tantos casos que Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) investigaron a inicios de la década de los 70.
¿Por qué cambió al género? Porque justo cuando el gore desmembrante, la ola de remakes asiáticos y el found footage parecían estar hundiendo al género, James Wan demuestra que los viejos trucos siguen funcionando.
Probablemente desde los tiempos de El Exorcista y Psycho, no se veía tal histeria provocada por una cinta en las salas. El público gritó, alejó la vista de la pantalla, comenzó a respirar profundo, y sufrió no con lo que vio, sino con lo que se imagina puede ser. El truco de tan simple parece obvio: sugerir, jugar con los sentidos, los fuera de cuadro, los sonidos, la música, la pantalla en negros.
¡Huye! (Dir. Jordan Peele, 2017)
¿De qué va? Chris es un joven fotógrafo americano que sale con Rose, una chica blanca. Aun a regañadientes, Chris acepta la invitación de Rose para pasar un fin de semana con su familia. Lo que en principio parecía una reunión amigable, pronto se convierte en una auténtica pesadilla. Al principio, Chris cree que sus suegros son complacientes por su origen racial, pero conforme pasan las horas, todo se vuelve más peligroso.
¿Por qué cambió el género? Aunque las historias de “reuniones que terminan mal” no son un tema desconocido para el género, prácticamente nadie había logrado lo que Jordan Peele pudo. El cineasta no sólo le dio un giro a su carrera (venía de participar en muchas comedias). También integró de gran manera un importante comentario social que sigue vigente hasta nuestros días.
¡Huye! no sólo es un largometraje bien hecho, resuena en los espectadores por la verdad de sus diálogos y la forma en que combina a la perfección el terror con ciertos toques de comedia. Afortunadamente, el público respondió de gran manera a la cinta, y la premió con una taquilla superior a los $250 millones de dólares. Además, ganó un Óscar como Mejor guion original en la ceremonia de 2018.
El legado del diablo (Dir. Ari Aster, 2018)
¿De qué va? Tras la muerte de Ellen, la matriarca de la familia Graham, su hija Annie se muda con su esposo e hijos a la casa que le perteneció en vida. Annie espera que su vida en esa casa sea tranquila y lejos de los traumas que le generó en su infancia. Pero todo cambia cuando su hija pequeña comienza a ser testigo de inquietantes apariciones.
¿Por qué cambió el género? Si bien, el director Ari Aster ya tenía una cantidad de seguidores gracias a su trabajo previo en algunos cortometrajes, El legado del diablo le dio una gran fama y reputación. Valiéndose de una premisa conocida, como la de las casas embrujadas, la cinta explora diversos géneros. Va del drama a una cinta de terror común, y de esta a un verdadero festín de simbolismos, imágenes inquietantes y un final incluso perturbador.
Aquí no hay jumpscares gratuitos ni monstruos hechos con efectos visuales. Lo que sí hay son personajes reales y situaciones aterradoras surgidas gracias a la propia naturaleza del ser humano. En los últimos años, varias películas han intentado replicar esta variante de terror. El legado al que hace referencia el título es uno muy importante, y brilla aún más por la gran actuación de Toni Colette. Para muchos, la actriz debió ser nominada al Óscar por su gran trabajo en esta película.
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