El actor enfrentó una serie de sentimientos encontrados cuando debió participar en la campaña de su primer gran éxito.
Cada que la temporada de premios se acerca, es común ver que los protagonistas de las películas consideradas empiezan a promocionar los proyectos de los que formaron parte. Una de las omisiones más curiosas de los últimos años fue la de James McAvoy, el gran ausente de la campaña de Expiación, deseo y pecado.
Por años se ha especulado sobre por qué no acompañó al resto del cast y crew. Una decisión que desató toda clase de teorías de conspiración. La respuesta no es tan complicada como algunos imaginaron y hoy finalmente la conocemos gracias al propio actor: se sentía incómodo.
Irónicamente, todo comenzó el año anterior, cuando el escocés formó parte de la campaña que buscaba el Oscar para Forest Whitaker por El último rey de Escocia. “Me quedó claro que lo estaba haciendo en beneficio de otras personas. Y yo estaba totalmente de acuerdo con eso”, explicó el actor a GQ. “Pero cuando apareció Expiación, deseo y pecado tenía 26 o 27 años, y estaba como, no puedo hacerlo, no lo haré, no quiero hacerlo”.
Esto se debió a que “no quería interpretar ese papel. Impulsaré la película, intentaré conseguir gente para los asientos. Pero la campaña, me sentí… me sentí barato”.
La aversión de James McAvoy no se limita a la temporada de premios, sino que se ha extendido a su forma de trabajar. Es por esto que desde hace un tiempo prioriza sólo aquellos proyectos que realmente lo emocionan.
“Me encanta hacerlo, pero no me gusta la rutina diaria del negocio del cine y la televisión. Incluso si es un buen guion, ciertamente no puedo racionalizar ir a trabajar a las cinco o seis de la mañana y quedarme fuera hasta las ocho de la noche. Si mi personaje no tiene una parte interesante al contar esa historia, es bastante devastador. Cada vez busco más experiencias interesantes”.
Esto ha provocado que James McAvoy tenga una menor presencia en pantalla, pero al mismo tiempo ha contribuido a que sus interpretaciones sean más gratificantes. Para el actor y por consiguiente para el público que puede disfrutar de un actor satisfecho con sus decisiones.
En cuanto a Expiación, deseo y pecado, la película cosechó siete nominaciones al Premio de la Academia. La única histriónica fue para Saoirse Ronan en la categoría de Mejor actriz de reparto. Siempre nos quedará la duda sobre si la dupla estelar compuesta por Keira Knightley y el propio James McAvoy habría alcanzado la nominación si este último hubiera participado más activamente en la campaña. Nunca lo sabremos.