James Cameron quiere cambiar la forma en la que todos vemos el cine… literalmente.
Previo al estreno de Avatar: El camino del agua, muchos se preguntaban cómo se vería la secuela de James Cameron que tomó más de diez años en su realización. El resultado enamora, ya que vista en el formato que sea –convencional, IMAX o 3D–, la película luce sencillamente espectacular. Sin embargo, hay un aspecto en particular que ha generado dudas entre las audiencias y consiste en la razón por las que algunas secuencias de acción se ven… digamos que de manera inusual.
No es un fallo de apreciación, sino un cambio en el formato con el que el Rey del Mundo busca implantar una nueva revolución cinematográfica. Se trata del High Frame Rate (HFR), o dicho de manera más sencilla, a una proyección a 48 cuadros por segundo.
¡Un momento! ¿De dónde salieron los 48 cuadros? ¿No eran 24? Sí y no.
Primero vale la pena destacar que el cerebro sólo puede procesar entre 16 y 18 cuadros por segundo. Si el formato cinematográfico se estandarizó en 24 fue con el único objetivo de dar fluidez. Lo vemos normal porque estamos acostumbrados a ello. La situación cambia ligeramente cuando pasamos a la televisión, pues aunque en la mayor parte del mundo se usan los 25 cuadros, que son una variante mínima, hay países donde reglamentariamente se usan 30. Aquí es cuando el ojo avizor que no está acostumbrado empieza a percatarse de que algo se ve distinto. Si esto pasa con 30, ¿se imaginan con 48?
En el caso de Avatar: El camino del agua, James Cameron recurrió a los 48 cuadros por segundo para dar una fluidez extrema. Nos explicamos: ¿alguna vez han pausado una película en una escena con mucho movimiento? Evitar el barrido es virtualmente imposible. Esto no pasa con la secuela na’vi. Es un movimiento limpio, virtualmente perfecto. Todo bien hasta aquí, pero entonces ¿por qué se ve así? Porque el exceso de cuadros genera una ilusión de mayor velocidad.
De hecho, si más de uno ha comparado la más reciente película de James Cameron con un videojuego no es a modo de ofensa por el uso del CGI, sino porque muchos de estos equipos operan hasta a 120 cuadros por segundo.
Ahora lo que todos se preguntan, ¿se concretará la evolución cinematográfica planeada por el Rey del Mundo? Difícil decirlo. El que un director, incluso uno tan celebrado como James Cameron, manifieste su interés por un formato en especial no garantiza nada. Ahí está el 3D, que fuera usado por tantos cineastas hace poco más de diez años para luego caer en el desuso. Bueno, pues con los 48 cuadros por segundos pasa lo mismo, pues todo depende de muchos factores.
El realizador ya reestrenó Avatar en este formato y continuó explorándolo en El camino del agua. Se dice que el reestreno de Titanic contemplado para el 2023 también se verá de este modo. Y después, el tiempo lo dirá. Al final y como siempre, el público tendrá la última palabra.
De momento, sólo nos queda preguntarles, ¿ya vieron Avatar: El camino del agua y qué opinaron de su innovador formato? No se queden fuera de la conversación, el largamente anticipado regreso de James Cameron ya está en Cinépolis. ¡Adquieran sus boletos AQUÍ!
