El director explica sus razones.
Ser el director de una obra cumbre puede ser gratificante, pero también puede implicar algunos desencantos. Si no pregúntenle a Peter Jackson, quien pasó a la historia con El Señor de los Anillos, pero que debe vivir con la decepción de que nunca podrá disfrutar de la película con la sorpresa y la fascinación de cualquier persona del público. Una decepción que lo llevó a buscar medidas drásticas.
“Cuando hicimos las películas de El Señor de los Anillos, siempre sentí que yo era la única persona desafortunada que no iba a verlas como una película de estreno”, confesó el director a The Hollywood Reporter. “Cuando se proyectaron, llevaba inmerso en ellas durante cinco o seis años. Fue una gran pérdida para mí no poder verlas como todo el mundo. De hecho, me planteé seriamente acudir a una hipnoterapia para que me hipnotizaran y me hiciera olvidar las películas y el trabajo que había hecho durante los últimos seis o siete años para poder sentarme a disfrutarlas. No lo llevé a cabo, pero hablé con Derren Brown [mentalista británico] sobre ello y pensó que podía hacerlo”.
Un dilema doloroso: por un lado, la posibilidad de disfrutar de estas auténticas joyas de la cinematografía mundial como si fuera la primera vez. Por el otro, perder una serie de gratísimos recuerdos relacionados con el rodaje y sobre todo con el cast y crew con los que entabló una gran amistad. ¿Ustedes qué habrían hecho?
Al menos Peter Jackson ahora tiene el consuelo de que El Señor de los Anillos: Los anillos de poder le permitirá vivir la experiencia de la Tierra Media como un aficionado más. La esperada serie que antecede la obra maestra de JRR Tolkien estrena el 2 de septiembre en Prime Video.
