Irónicamente, un mal momento en su vida se convirtió en su oportunidad de oro.
Aunque ya han pasado muchos años desde su último protagónico en la franquicia, muchos todavía asocian Mad Max con Mel Gibson. Al final del día, se trata del papel que convirtió al actor en una estrella, y no es fácil deslindarlo de ella. Pero, ¿cómo llegó el actor a semejante producción? Por extraño que parezca, un enfrentamiento derivó en una de las mejores oportunidades para el actor, quien vio cómo su vida se transformó gracias a la apocalíptica saga.
La primera cinta de la saga se realizó con un presupuesto de apenas $350 mil dólares. Por ello, el director George Miller no se podía permitir contratar a grandes estrellas, así que pronto inició una búsqueda de actores locales que quisieran aventurarse en el proyecto. Gibson, por su parte, no quería ni siquiera hacer audiciones, pero el equipo de producción lo obligó a asistir y sacarle fotografías para el casting.
“Dejé a un amigo porque lo habían llamado a una audición. Lo llevé, lo dejé y lo esperé en la sala de espera con las chicas de la agencia de casting, pero había pasado un fin de semana muy malo”, dijo Gibson en la edición casera coleccionable de la cinta.
Con apenas 23 años, Mel estaba lejos de imaginar todo lo que le esperaba. Apenas unas horas antes se había involucrado en una pelea donde no obtuvo los mejores resultados, y ahora estaba en la mira para protagonizar una interesante producción cinematográfica.
“No me veía precisamente bonito. Me enfrenté a medio equipo de rugby y, simplemente… no me fue muy bien. Así que me veía bastante mal. Tomaron polaroids porque yo era, en realidad, todos los colores del arcoirís. Las pusieron ahí, y dijeron: ´¡Necesitamos monstruos en esta película! Cuando te recuperes ven a vernos´”.
Al parecer, fue su peculiar mirada, que al mismo tiempo podía reflejar violencia, empatía y rudeza, la que convenció a los encargados de la audición. De pronto, el equipo de Mel Gibson había encontrado a su Max. Él hizo exactamente lo que le dijeron; sanó sus heridas físicas y dos semanas después se presentó. Los encargados de la audición no lo reconocieron, así que él les mostró las fotos tomadas días atrás y de inmediato agendaron una cita con George Miller.
“Era un actor joven y nadie tenía trabajo, así que pensé: ´¿qué carajos?´ Entonces eso fue una atracción suficiente. ¡Podría haber sido un comercial de un limpiador de inodoros y lo habría hecho sólo para ganar dinero!”, agregó.
Con un sueldo de apenas $10 mil dólares, Miller le dio el papel de inmediato y le pidió que memorizara algunas líneas. En las páginas que le dio también estaba un gran discurso, que terminó por ser uno de los momentos más aclamados de la cinta. Para conseguir a los motociclistas, el director contrató a un grupo real de estos. Su agilidad les permitió participar en las escenas de persecución y algunas acrobacias. Como dato curioso, su pago consistió en cerveza.
“Salí de la habitación y entendí la esencia de lo que era. En cierto modo, improvisé lo que podía recordar. Y supongo que se la compraron”, agregó Gibson.
Al final, la primera entrega de Mad Max recaudó más de $100 millones de dólares en la taquilla mundial, convirtiéndose en una de las películas más exitosas y reconocidas de su año. La nueva película de la saga Mad Max, Furiosa, ya se encuentra en salas de cine y promete revelar algunos secretos de este apocalíptico mundo.
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