Para el director Todd Field, la película 2001: Odisea del Espacio sigue influyendo no sólo en el cine, sino en la humanidad en general.
Todd Field es uno de los cineastas más importantes del cine actual. Con tan sólo tres películas en más de 20 años de carrera, el realizador se ha ganado un lugar entre la nobleza de Hollywood al haber sido nominado a Mejor película y Mejor guion por sus dos primeras obras: Crimen Imperdonable de 2001 y Secretos íntimos de 2006. Además, suena como uno de los favoritos para repetir por TÁR, que está nominada a los Globos de Oro y los Critics Choice Awards.
Ahora, con la publicación de su listado de las 100 mejores películas de todos los tiempos, Variety se acercó al director, escritor y actor para que diera sus comentarios sobre una de sus cintas favoritas: 2001: Odisea del Espacio. Field no sólo señala la importancia de la obra de Stanley Kubrick para el cine, sino también para la humanidad:
“Aunque ahora se considera una de las principales obras artísticas del siglo XX, en 1968, 2001: Odisea del espacio de Stanley Kubrick fracasó en la pantalla, es decir, fue un fiasco en la taquilla”.
“En su estreno en Nueva York, alrededor de 250 personas se retiraron del cine. Muchos críticos tuvieron dificultades para leer la película. Kubrick sabía que exigía visionados repetidos, y por pura voluntad logró convencer a los altos mandos de MGM para que la mantuvieran en los cines. Después de unos meses, 2001 echó raíces en la floreciente contracultura de Estados Unidos”.
“La gente se drogaba en el teatro y volvía a verla una y otra vez. Una vez que se despejó el campo de escombros, 2001 era de lo que todos hablaban. Los críticos volvieron a evaluar la película y obtuvo grandes ganancias. Lo que es más importante, 2001 de Kubrick permitió que tanto el público como los cineastas experimentaran la visión de Ícaro de un universo cinematográfico que nunca antes habían experimentado”.
“Al igual que el Ulises de William Joyce, las innovaciones estilísticas y técnicas de Kubrick cambiaron para siempre la forma. Su nivel de imaginación, ejecución y arte completamente original, manejando herramientas nunca antes vistas, llegando incluso a robar científicos de la NASA, es, como dice la sinopsis, ‘un viaje real’. El cine y, me atrevo a decir, la humanidad, dieron un salto monumental hacia adelante”.
“La cultura tomó pistas y elementos de 2001 y se aprovechó de ellas. Desde el “Major Tom” de Bowie hasta la estética del diseño de Steve Jobs, cada aspecto de nuestro mundo tiene y continúa siendo formado por esta película, incluida la forma en que fetichizamos y tememos a la IA neuronal de la colmena dentro de las máquinas tuertas que gobiernan nuestras vidas. Ese hecho hace que muchos sean propensos a ver a Stanley Kubrick como un profeta real en lugar de un mero cineasta”.
“A lo largo de la vida de Kubrick, su inteligencia se vio alimentada por su curiosidad y su intrépida capacidad de autoaprendizaje. Stanley dudaba de toda la educación formal. Eso incluía el supuesto saber hacer de las personas que trabajaban en la industria. De esta manera, era un aficionado puro y capaz de hacer su arte con los entusiasmos irrazonables de un aficionado. Qué suerte tenemos todos de que nunca se volvió profesional”, concluyó Field.
2001: Odisea del espacio ocupa el lugar número 7 del listado de Variety, y es sin lugar a dudas una de las mejores películas de todos los tiempos.
