El actor Robert De Niro se encuentra envuelto en un caso civil laboral contra su ex asistente ejecutiva, Graham Chase Robinson.
Los argumentos iniciales en un caso civil laboral que enfrenta Robert De Niro contra su ex asistente, Graham Chase Robinson, arrancaron esta semana. Iniciaron en una sala de un tribunal federal en Manhattan, donde el propio De Niro testificó bajo interrogatorio directo, según informó THR.
Este lunes se eligió un jurado de ocho personas para escuchar el caso, que según el juez Lewis J. Liman tomará dos semanas. Los jurados tendrán que decidir si la estrella de Los asesinos de la luna sometió a Robinson a acoso de género y le pagó mal en violación de las leyes de Nueva York.
También está bajo escrutinio si Robinson, quien renunció al trabajo en 2019, malversó fondos mientras estaba en la empresa de De Niro, Canal. Asimismo, se asegura que la ex asistente ejecutiva se llevó objetos de valor cuando se fue de la compañía.
Lo que ambas partes demandan y alegan
Los abogados de ambas partes pasaron parte de la mañana discutiendo objeciones a elementos de las declaraciones iniciales. El dos veces ganador del Óscar no estuvo en la sala del tribunal durante el proceso, pero sí fue el primer testigo llamado al estrado, según los abogados de Robinson.
Robinson se sentó entre los miembros de su equipo legal de cinco personas, observando y escuchando en silencio. Esto, mientras los abogados discutían y Liman entrevistaba a los posibles miembros del jurado. El juicio que arrancó este lunes reúne tanto la demanda inicial de De Niro como la contrademanda de Robinson.
Cada uno culpa al otro por una relación laboral problemática que terminó con la renuncia de Robinson aquella primavera de 2019. Sus demandas legales ofrecen imágenes totalmente diferentes de lo que sucedió entre el actor de Toro salvaje y Taxi Driver, y la mujer, que pasó 11 años en la nómina de De Niro.
De Niro demandó primero, alegando que Robinson malversó $6 millones de dólares en fondos de la compañía. También dijo que usó una tarjeta corporativa para gastos personales; pasó horas viendo videos y películas en la casa de De Niro en Manhattan mientras trabajaba, y le robó millones de millas de viajero frecuente.
Por su parte, ella alega que a menudo trabajó jornadas de 11 horas sin descansos para atender las necesidades personales de De Niro. También que soportó humillaciones rutinarias en el papel de “esposa de oficina”. Esto pasaba incluso cuando ascendió en la empresa hasta convertirse en directora de producciones.