Avengers: Endgame pasó a la historia gracias a su ambicioso ensamble, su trama cerró una era en la franquicia más importante de los últimos años y su recaudación cercana a los $2,800 MDD la convirtió en la película más taquillera de todos los tiempos. Aun así, la película generó sentimientos encontrados en buena parte del público, al grado que muchos han insistido hasta el cansancio que Infinity War es considerablemente superior.
Los argumentos más recurrentes contra el magno crossover critican que una rata sea la que detone las acciones que salvarán al universo o el excesivo humor en una trama tan decisiva. Aunque comprensible, pareciera que el mayor problema fue la falta de conexión con una audiencia que nunca entendió plenamente las razones por las que una cinta de este tipo se decantó por la pena, el dolor y la pérdida como algunos de sus temas centrales más relevantes. Una decisión que se torna todavía más controvertida cuando recordamos que el cine de superhéroes de los últimos años se ha inclinado por mensajes sociales relevantes para el mundo contemporáneo, como son la identidad (X-Men), la economía (Batman: El Caballero de la Noche asciende) o los líderes políticos de la actualidad (Avengers: Infinity War). De primera instancia, lo visto en Endgame lucía más apropiado para el dolor post 9/11 que las sensaciones generales al momento de su estreno, al grado que los foros de discusión y las redes sociales no entendían las razones por las que el mundo en el filme seguía impactado cinco años después del chasquido con el que Thanos eliminó a la mitad del universo.
Tuvo que pasar casi un año de distancia y, lo peor de todo, una pandemia, para que Avengers: Endgame demostrara su verdadera valía con un primer acto que hoy luce tan apegado a la realidad que resulta imposible verlo sin estremecerse ante las similitudes. Esto porque, mientras la gran mayoría de las películas se centran en las acciones para detener cualquier tipo de amenaza, el crossover marvelita recurrió a las consecuencias de la derrota como punto de partida.
Secuelas de la crisis
Mucho se ha especulado sobre las afectaciones económicas de la pandemia, pero menos mencionadas han sido las crisis psicológicas que se avecinan. Estudios realizados por especialistas de King’s College London y publicados en The Lancet concluyeron que la cuarentena de SARS en 2003 que terminó con la vida de casi 800 personas en el mundo provocó síntomas de estrés postraumático hasta por tres años. Bajo esta premisa, se espera que las secuelas del COVID-19 sean considerablemente mayores, luego de que la Sociedad China de Psicología encontrara que el 42.6% de una muestra integrada por 18,000 personas mostraran algún tipo de ansiedad por el coronavirus. La situación es todavía más crítica en Wuhan, al grado que la veterana psicóloga Liu Xianlang (seudónimo) está convencida que “nos estamos preparando para algún tipo de estrés postraumático colectivo […]. Todo el mundo en Wuhan padece algún tipo de trauma” [].
La situación en Avengers: Endgame parte de una base muy similar, con los protagonistas, proclamados por su casa editorial como los héroes más poderosos del planeta, en una posición de fragilidad que parecía inimaginable para este tipo de adaptaciones y enfrentando el duelo de distintas maneras. Tal es el caso de Black Widow, que se refugia en el trabajo al posicionarse como líder provisional del mermado equipo o la dupla integrada por Nebula y Rocket, que recurren al apoyo mutuo para sobrellevar el dolor de la pérdida.
El caso de Thor es más complicado pues, aunque su sobrepeso y alcoholismo alivianan la tensión por momentos, también capturan el escapismo de muchas personas en la actualidad. Tal ha sido el caso de España, con un incremento del 57% en la compra de alcohol y del 196% en harinas.
Los héroes no son los únicos que padecen este dolor, pues las acciones nos llevan cinco años al futuro para mostrar una Nueva York completamente solitaria. Una visión que parecía limitada al cine apocalíptico, pero que cobra nuevas dimensiones en Avengers: Endgame con una humanidad mermada y que ha optado por el confinamiento voluntario, ya sea por tristeza o miedo de una nueva amenaza. Algo muy similar a lo que podría suceder con el coronavirus, pues una reciente encuesta asegura que el 45% de los norteamericanos se tomarán unas semanas para regresar a las salas de cine, mientras que un 11% será más precavido al esperar algunos meses más, ya sea por miedo al contagio actual o la posibilidad de rebrotes.
Las distintas posturas del mundo actual
Una de las preguntas más recurrentes entre los afectados por cualquier tipo de crisis es “por qué a mí”. El coronavirus no será la excepción a esta regla, especialmente si consideramos los reportes diarios de personas que han perdido a toda su familia a causa de la enfermedad sin siquiera poder despedirse ante las restricciones impuestas por las distintas autoridades de salud. Un caso que remite directamente al de Hawkeye, quien reacciona con una cruzada para castigar a todos aquellos criminales que merecían ser evaporados por encima de incontables inocentes, entre los que figuran su esposa e hijos.
Iron Man representa la otra cara de la moneda pues, aunque se culpa por la desaparición de Spider-Man, vio su supervivencia y la de sus seres más queridos como la oportunidad de iniciar una nueva vida. Aquéllos que vivieron de cerca el contagio podrían enfrentar situaciones similares, ya que para la psiquiatra y psicóloga Marilyn A. Mendoza, las experiencias cercanas a la muerte son eventos tan profundos que “suelen alterar la vida […]. Normalmente hay una nueva conciencia del significado y el propósito en la vida. Se registra un nuevo sentido de sí mismo y una mayor autoestima”.
Un mundo sin humanos
Capitán América aprovecha su experiencia previa para encabezar grupos de apoyo para personas incapaces de superar la crisis, pero su eterno optimismo le permite apreciar que las ballenas ya pueden nadar en el río Hudson tras la reducción de la población global.
“Normalmente, los animales viven en las partes de las ciudades que no usamos”, explicó el director del Instituto de Vida Silvestre Urbana del Zoológico Lincoln de Chicago, Seth Magle. “Esto los convierte en una presencia invisible, como si se tratara de fantasmas […]. Pero como decían en Jurassic Park, la vida se abre camino” [].
Así lo hemos comprobado en las últimas semanas pues, aunque los reportes de delfines en Venecia y de elefantes alcoholizados en China resultaron falsos, la cuarentena mundial sí que ha permitido ver cada vez más animales deambulando libremente por territorios que parecían exclusivos para los humanos. Una lista que incluye venados en el metro de Nara, Japón; mapaches en las playas de San Felipe, Panamá; pavos salvajes en las calles de Oakland, EEUU; jabalíes en el centro de Madrid, España; e incluso ballenas en Acapulco, México.
Estas visiones no representan el único cambio en el entorno, pues la cuarentena ha resultado en una reducción dramática de los sonidos urbanos que ha sido aprovechada por los sismólogos para estudiar los movimientos terrestres de menor magnitud que suelen perderse con la actividad humana. A esto sumemos que la contaminación del aire ha disminuido de manera importante en el año, lo que podría resultar en una baja considerable en los niveles de dióxido de carbono que produce el calentamiento global, pero insuficiente para revertir los daños provocados hasta ahora.
Vengadores unidos
“No sospechan nada”, asegura la Nebula oscura tras reencontrarse con su padre en el futuro y quien responde: “Los arrogantes nunca lo hacen”. Un diálogo que puede estar sujeto a todo tipo de interpretaciones, pero que se torna perturbador en el momento actual por resonar como una acusación de aquellos gobiernos del mundo que no tomaron las medidas preventivas necesarias para enfrentar la pandemia.
La película termina con los héroes reuniéndose para la batalla final y con Iron Man sacrificándose para obtener la victoria definitiva. La realidad es más difícil de anticipar, ya que la crisis ha sacado lo peor de algunas personas, pero también lo mejor de muchas otras que han entendido que la mejor manera de frenar al virus es trabajar desde las distintas posibilidades: unos lo hacen en los hospitales, otros ayudando a quienes lo necesitan y otros más quedándose en casa.
Hace unas semanas, en Cinépolis publicamos un artículo con recomendaciones sobre qué películas ver en situaciones de estrés como es la pandemia actual. El Universo Cinematográfico de Marvel y su Avengers: Endgame ocupaba un lugar de honor en nuestra lista junto con otras franquicias de renombre. A casi un año de su estreno, te invitamos a disfrutarla nuevamente y ver cómo los Vengadores tienen la clave para ganarle a este adversario: unidos.
