Tras su gran trabajo, ya tiene más propuestas para expandir su filmografía.
Desde su estreno hace unas semanas, la francesa Anatomía de una caída ha generado múltiples conversaciones. Su historia llena de capas, secretos, grandes actuaciones, y susceptible a más de una interpretación ha cautivado a millones de espectadores en todo el mundo. Sin embargo, otro celebrado aspecto de la cinta es Messi, el perro border collie que vive con la familia protagonista e interpreta a Scoop. Con su primera aparición fílmica, el canino se ha robado la atención del mundo entero. No sólo es bello, también resultó un gran actor, y forma parte indispensable del relato principal. Luego de semanas donde su el perro se ha convertido en tendencia, por fin sabemos cuál fue su entrenamiento para tan complicadas secuencias en Anatomía de una caída.
En la película conocemos a Sandra, una escritora alemana que vive con su esposo francés, Samuel, y su hijo, Daniel, de 11 años. Durante los últimos años han tenido una vida aislada en un pueblo remoto en los Alpes franceses. Su vida quieta y tranquila se desmorona cuando Sandra y Daniel encuentran a Samuel muerto sobre la nieve en las afueras de su chalet. La policía comienza a investigar el deceso, y Sandra emerge como la principal sospechosa.
Sin dar spoilers sobre el desenlace, podemos decir que Snoop emerge como una figura principal para la defensa de Sandra. A pesar de su importante rol y el éxito que ha enfrentado (fue la sensación en el desayuno de nominados a los Oscar), Laura Martin Contini, propietaria de Messi, afirma que la fama no se le ha subido a la cabeza y todavía disfruta de los sencillos placeres de la vida (vía): “La pelota es su santo grial”.
Para cierta escena, Messi necesitó “hacerse el muerto”. Dicha habilidad era algo que la directora Justine Triet y su equipo buscaban en el perro a elegir. Afortunadamente, no hubo que enseñarle nada, pues ya lo hacía. Sólo hubo que jugar un muy buen rato con él y hacer que se cansara un poco. Sin embargo, la interacción de los humanos con él, especialmente en ese estado, fue algo en lo que se ensayó durante mucho tiempo:
“Lo que necesitábamos trabajar en todo momento era en cómo poder cargarlo y hacer que permaneciera como si estuviera inerte. Eso fue algo que agregué con el tiempo, trabajando todos los días. Comenzó en la cama y la práctica se trataba acerca de cuántas distracciones podía soportar el perro mientras permanecía inerte. La mayor parte de la preparación fue muy intensa durante los dos meses previos al rodaje”, agregó.
Si bien, Anatomía de una caída es el primer gran rol de Messi, el perro ya tenía otras participaciones en su haber. Gracias a ello, estar frente a las cámaras y “seguir instrucciones” no le costaba trabajo. Pero a lo que no estaba acostumbrado era a tanto movimiento, ver a gente corriendo y gritando, como sucede en la cinta. Convertir eso en una especie de “rutina” fue parte del entrenamiento. De igual forma, y para entrar en confianza, Milo Machado Graner, intérprete de Daniel, también convivió con Messi meses antes de filmar. Entre ellos se tenía que formar un vínculo muy profundo para ciertas escenas:
“Conocí a Messi antes de filmar, lo vi varias veces. Ambos practicamos por separado, y debo decir que él podía simular el letargo bastante bien”, dijo Graner.
Finalmente, la dueña de Messi admite que el éxito de Anatomía de una caída trajo una peculiaridad que ahora la desconcierta. Tras el buen trabajo del perro, muchas producciones se han acercado a ella para que su lomito aparezca “muerto”. “Estoy un poco asustada de que ahora lo encasillen en personajes donde debe morir. Ese es el tipo de papeles que nos están pidiendo que interprete”.
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