Una red de mentiras que arruinó la reputación de su creadora.
Si una película animada ha llamado la atención del mundo entero en las últimas semanas, esa es El niño y la garza. La última película de Hayao Miyazaki, y producción de Studio Ghibli, ganó en los Globos de Oro como Mejor película animada, ha conseguido muy buenas críticas, y está posicionada como una digna rival a vencer en los próximos premios Oscar. Pero también ha servido de escaparate para algunas personas, como Geraldine Fernández, ilustradora colombiana que aseguró ser parte de Studio Ghibli y haber trabajado en la exitosa cinta.
Todo comenzó cuando Geraldine ofreció varias entrevistas a medios de Colombia. Ahí reveló que formaba parte del equipo de ilustradores de El niño y la garza. Incluso mencionó que Hayao Miyazaki la llamaba “La Colombiana”, se sabía su nombre, y también le agradeció personalmente por su trabajo en la cinta. Dijo que apareció en los créditos de la cinta, pero como estos se encuentran escritos en japonés, no mucha gente la reconocía. Ante otros medios presentó documentos en ese idioma que acreditaban su participación, pero en realidad eran comprobantes de un curso sobre cerámica.
El momento en el que Geraldine me dice que hizo los primeros 15 minutos de la película, nótese el orgullo y el brillo en sus ojos al comentarlo (esto es de la entrevista que no llegué a resubir… ¿debería, en vista del surrealismo?) pic.twitter.com/kOa07l46zK
— Pablo González (@Caith_Sith) January 16, 2024
La historia de Geraldine llegó a varios medios colombianos, quienes orgullosos compartieron su historia. Cuando la información llegó a más países y dominó las redes sociales, se descubrió la verdad: Geraldine Fernández mintió, jamás trabajó para El niño y la garza, y mucho menos para Studio Ghibli. Evidentemente, Miyazaki ni siquiera sabe de su existencia. “La colombiana” resultó ser una mentirosa.
Fernández mencionó el apoyo de Tecnoglass, empresa donde actualmente trabaja, pero ésta se dedica al manejo del vidrio, no a la animación. Cuando la reputación de Geraldine estaba por los cielos gracias a sus declaraciones, los dueños de la compañía hicieron un video que compartieron en sus redes sociales. En él se mostraban orgullosos de ella, e incluso el dueño la felicitó en persona. Otros ejecutivos de alto nivel también se mostraron contentos con ella, y señalaron que llegar a los Globos de Oro (donde dijo que estuvo) era “otro nivel”.
Cuando la mentira se reveló, el dueño de Tecnoglass se retractó del apoyo. Pronto surgieron otros videos donde se reveló que Geraldine Fernández había dado conferencias y pláticas para organizaciones y medios donde contaba su experiencia. Sitios como IMDB, Anime Staff Database, e incluso los créditos de la película terminaron por comprobar que todo fue una farsa. Cuando se analizó su portafolio como “ilustradora” también se detectaron plagios a otros artistas. Actualmente, la cuenta de X perteneciente a Gabriela Fernández ya no existe.
La mentira llegó a tal grado, que importantes medios colombianos se deslindaron de las publicaciones realizadas y las eliminaron de sus portales. Sin embargo, El Heraldo pudo hablar con Fernández, quien recalcó que sí participó en la animación de la cinta, pero no en la cantidad de fotogramas que inicialmente se dijo. De hecho, culpó a un ex compañero de la universidad por difundir todas las mentiras que, supuestamente, ella había dicho.
Éstas fueron sus declaraciones:
“Sé quién es la persona que comenzó todo. Es un excolega de la universidad el que fue provocando y regando la bola. La verdad no sé decir porque desde la universidad siempre he sentido que él ha tenido un odio hacia mí, yo nunca lo he tratado mal ni nunca lo he despreciado. Muchas de las cosas sí fueron exageradas, yo las exageré, pero yo trabajé para Studio Ghibli un par de escenas, yo realicé un contrato freelance, en el cual me llamaban solo para trabajar en algunas piezas o en algunas escenas. En total aparezco como en unas tres o cuatro escenas, pero no completas sino con ciertas piezas”.
“La colombiana” dice que su trabajo en la película es real, pero que, si no se le ve en los créditos, es por una decisión de Studio Ghibli. Afirma que envió un correo para pedir una prueba de que su colaboración fue cierta, pero la respuesta fue negativa. De acuerdo con su versión, el estudio de animación sólo relaciona su nombre con las casas de animación de soporte.
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