Sergio Leone, el legendario director italiano de películas del Oeste, fue la primera opción para dirigir El Padrino.
En las primeras etapas de la producción, Sergio Leone, el famoso director italiano de westerns fue considerado para dirigir la mítica película de El Padrino. Al final del día, las cosas ocurrieron de otro modo.
Como cinéfilo, uno aprende la importancia y el prestigio de El Padrino como una de las películas más exquisitas jamás hechas. Las actuaciones de Marlon Brando, Al Pacino, Robert Duvall y James Caan, y la magistral dirección de Francis Ford Coppola, perdurarán para siempre en la memoria del público.
El notable logro de Coppola como cineasta cristalizó el poder de lo que un director de cine es capaz. A pesar de que El Padrino es una película definitiva de Coppola, otro director completamente distinto, Sergio Leone, estuvo a punto de llevar a cabo la adaptación de la novela de Mario Puzo.
La tumultuosa producción de El Padrino, desde las constantes batallas creativas entre Coppola y el jefe de Paramount, Robert Evans, quien se opuso firmemente al casting de Pacino, hasta la participación de la mafia en la vida real, es una historia fascinante por sí misma, tal como se muestra en la miniserie de Paramount, The Offer. Un aspecto de la historia de El Padrino que merece mayor reconocimiento es que, inicialmente, Coppola se resistió a dirigir la película. En ese entonces se le consideraba un bestseller de bolsillo obsceno y con un valor artístico limitado; por eso, el director veía esta oportunidad como algo menor.
Sergio Leone creía que la novela de El Padrino era literatura barata
Como lo señala en una entrevista en The Howard Stern Show, su herencia italoamericana era un atractivo para el estudio, además de su éxito como guionista, ya que recientemente había ganado un Óscar por su guion para Patton.
Paramount, desde el principio, quería contratar a un director con raíces italianas para capturar de manera concisa la autenticidad italiana en contraste con las prácticas despiadadas del mundo criminal de la familia Corleone. Antes de decidirse por Coppola, el estudio tenía sus ojos puestos en el gran director italiano de westerns, Sergio Leone.
Sinónimo del Spaghetti Western, Leone es más conocido por su Trilogía del Dólar protagonizada por Clint Eastwood. Aunque solo dirigió un puñado de películas, todas ellas son obras maestras por sí mismas. En otras palabras, la experiencia cinematográfica de Leone lo convirtió en un candidato ideal para elevar el núcleo vulgar de El Padrino a un cuento operístico sobre la familia.
Para Leone, la oportunidad de dirigir El Padrino fue una oferta que pudo rechazar. En el momento de la consulta de Paramount, él estaba terminando su último western, ¡Agáchate, maldito!. Pero había un motivo de doble filo que llevó a Leone a declinar. No le gustaba el tratamiento de los temas del guion, argumentando que glorificaba a la mafia. Esta crítica se ha vinculado aún más a la línea de películas relacionadas con la mafia que surgieron después de El Padrino. Debido a la fascinante naturaleza del crimen organizado y la vida elegante del exceso, es casi imposible que los cineastas obliguen a los espectadores a apartar la mirada con disgusto. Leone también rechazó la película porque ya estaba en posesión de una epopeya mafiosa que quería realizar.
Sergio Leone sí hizo una película de gangsters: Érase una vez en América
Si la combinación de Leone y la mafia suena familiar, es porque más de una década después, en la última película del director, toco el tema de manera magistral en Érase una vez en América. La cinta, sobre el ascenso y la caída de un gángster judío que abarca una generación en Manhattan, es un imponente adiós para el director, quien falleció en 1989.
Más allá de la conexión con Robert De Niro y la historia de un gángster neoyorquino, la película es similar a El Padrino en su problemática distribución. Leone se enfrentó al estudio por la duración de Érase una vez en América. En Estados Unidos, se lanzó en una versión más corta en 1984 que recibió críticas negativas. Tras nuevos lanzamientos del montaje de Leone en formato doméstico, la película ahora se considera un brillante logro cinematográfico, tal vez incluso la obra maestra del director.
En el cine, la suerte, tanto la buena como la mala, es inevitable. Los equipos de producción y los estudios necesitan de esto para capitalizar su visión, pero las circunstancias inoportunas pueden igualmente desbaratar esperanzas y sueños.
Para El Padrino, la suerte llegó en forma de la negativa de Sergio Leone a dirigir la película. A primera vista, parece incorrecto agradecer por no haber sido dirigido por un maestro del arte como Leone. Sin embargo, Francis Ford Coppola evidentemente había nacido para concebir El Padrino en la gran pantalla. Si esta oportunidad no hubiera llegado a Coppola, tal vez nunca habría triunfado en Hollywood, pero el hubiera no existe y ahora todo es historia.