Descubre qué pasa con Sam, Eric, y el peludo Frodo.
Luego de tres años, la franquicia Un lugar en silencio está de regreso. Sin embargo, presenta una ligera variación, pues no nos cuenta la historia de la familia Abbott (como en las cintas previas), sino el inicio de la invasión que acabó con casi todo el mundo. La historia se centra en Sam, una mujer que va de visita a Nueva York, y atestigua la llegada de estos seres que no ven, pero son increíblemente sensibles al sonido. Es así que debe unirse a un grupo de desconocidos para intentar sobrevivir. Pronto conoce a Eric, alguien que también busca la supervivencia, y juntos emprenden un camino lleno de obstáculos. ¿Cómo termina todo para esta improbable dupla? A continuación, te presentamos el final explicado de Un lugar en silencio: Día uno.
ADVERTENCIA: La nota contiene spoilers mayores sobre la cinta.
Durante toda la cinta, Sam (junto a Frodo, su gato) tiene una misión: encontrar una rebanada de pizza en Patsy´s el local que amaba frecuentar en la ciudad. Es en esta búsqueda que Eric aparece en su vida, y juntos enfrentan a los llamados “Ángeles de la muerte” a través de las calles, y hasta en los túneles del metro. Pronto se descubre que Patsy´s quedó destruido en el ataque de los monstruos, así que Sam, Eric y Frodo van al club de jazz donde el papá de ella la llevaba cuando era niña.
Después de un tiempo, los tres vuelven a la calle. En la orilla del río, una embarcación rescata a los sobrevivientes y los lleva a tierras seguras. Como los “Ángeles de la muerte” no pueden nadar, el agua se convierte en un espacio seguro. Es así que Sam, sabiendo que pronto morirá por el cáncer terminal que padece, y tras haber vuelto al lugar donde su padre fue tan feliz, decide sacrificarse. Le da a Eric su peculiar suéter amarillo, y crea una distracción para que este pueda correr junto a Frodo. Él corre a lo largo del muelle y salta al agua con el gato en brazos.
Una vez en la embarcación (que lleva a los sobrevivientes vistos en Un lugar en silencio: Parte 2), Eric y Sam se dedican una última mirada de agradecimiento. Una mirada que también significa cariño y amistad. Él encuentra una nota en el bolso del suéter, donde Sam le agradece por su compañía, y le pide que cuide a Frodo. Sam vuelve a las calles, escucha un poco de música con audífonos, y de pronto los desconecta. Los “Ángeles de la muerte” aparecen tras ella, y la pantalla se va a negros.
Para algunos, la muerte de Sam resulta ambigua, pero considerando la fuerza y el viaje del personaje, es todo un hecho. El personaje de Lupita Nyong´o tenía cáncer terminal, y ella misma era consciente de que no le quedaba mucho tiempo. Su misión era volver, aunque fuera por un segundo, al verdadero lugar que la hacía feliz. Y, por fortuna, lo cumplió. La decisión de desconectar los audífonos ahora tiene un significado extra: Sam quiso morir feliz, bajo sus propios términos, y tras cumplir su misión.
Para Lupita Nyong´o, esta película resultó incluso catártica. Como se filmó poco tiempo después del estreno de Pantera Negra: Wakanda por siempre, la actriz aún lidiaba con el dolor de la muerte de Chadwick Boseman. Pero hablar de la muerte, y lo que verdaderamente significa vivir, le dio otra perspectiva.
““He estado pensando en la mortalidad, y esta película me acercó aún más a casi buscar respuestas a las preguntas que me he estado haciendo tras la pérdida de mi amigo. Fue aterrador tener que vivir en ese lugar frágil haciendo esta película; Tenía miedo de ir allí. Pero una vez que estuve allí, hay algo en saber que seguramente dejarás esta Tierra, y eso hace que valga la pena vivir”, dijo la actriz a USA Today.
¿A ustedes les gustó el desenlace? ¿Qué final le hubieran dado a Sam?
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