La producción de la película mexicana fue incidida por el crimen local.
Astrid Rondero y Fernanda Valadez revelaron que, durante la filmación de su nueva película, Sujo, fueron víctimas de la violencia criminal ya establecida en las tierras mexicanas.
Sujo es la nueva película mexicana Fernanda Valadez y Astrid Rondero que representó a México en el Festival Internacional de Cine de Sundance 2024 durante el pasado mes de enero. La cinta, que ganó el Gran Premio del Jurado de Cine Dramático Mundial, es una historia desgarradora e intensa que se adentra en el hábitat de los carteles mexicanos para presentarnos a Sujo, un niño que es hijo de un miembro de un cartel mexicano y, posterior a su asesinato, decide unirse al cartel local. En esta historia, protagonizada por Juan Jesús Varela, veremos la lucha de un joven por sobrevivir y encontrar su camino en un mundo dominado por la violencia criminal.
Ahora, tras su estreno mundial en tierras estadounidenses, nuevas declaraciones de las directoras de Sujo revelaron que la filmación tuvo un vínculo por el crimen mexicano más grande de lo que nos imaginábamos.
¿Qué pasó en el rodaje de Sujo?
En una reciente entrevista con el medio nacional Excélsior, Astrid Rondero y Fernanda Valadez dijeron que, durante la filmación de su nueva película, ambas fueron víctimas de extorsión y secuestro.
De acuerdo con lo que relataron las directoras, mientras estaban en medio proceso de producción de Sujo en una localidad de Guanajuato, un grupo armado las privó de su libertad al negarse a cumplir un acuerdo forzado para incrementar la remuneración del servicio de comida que tenían preestablecido a lo largo del periodo de filmación.
“Tuvimos una situación de extorsión. Es una historia, la verdad, en el fondo muy ridícula, pero que tiene la extorsión de un lugar donde estábamos pagando el servicio de alimentación, [las personas proveedoras del servicio intentaron negociar] para cobrarnos cosas que no estaban pactadas y es como el tipo de situaciones en donde en vez de poderlo hablar y negociar. Nos llegaron con un grupo armado y nos tuvieron secuestradas tres horas”, relató Fernanda Valadez, también directora de Sin señas particulares.
Como lo contó Rondero, aunque la situación salió de sus manos y fueron víctimas de la violencia criminal, fue gracias a la mediación de un acuerdo y el apoyo de sus contactos en el gobierno de Guanajuato que pudieron salir de la situación y seguir con el programa fijo dentro de las filmaciones de Sujo:
“La verdad es que tuvimos la suerte de que contábamos con todo el apoyo de la Secretaría de Turismo de Guanajuato y de todo el estado de Guanajuato, y se portaron o se portan muy bien con los realizadores, con los cineastas y con los equipos de filmación, son muy cuidados y asisten en todo el proceso. Éstas son cosas que suceden en todo el país, no es algo específico de Guanajuato, y gracias a esa cercanía y ese cuidado que tenían con nosotras, pudimos comunicarnos con ellos, llamaron a la Guardia Nacional y gracias a la intervención de ellos es que todo se pudo resolver.”
Sin duda, una situación inesperada y coincidentemente vinculada con el tema social representado en Sujo, de alguna manera. Afortunadamente, como lo contaron ambas directoras, la situación no pasó a mayores y actualmente, tras su paso por el Festival Internacional de Cine de Sundance, su cinta también ganó el premio a Mejor película internacional en el el Festival de Cine de Bulgaria.
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