El demandado pide cientos de millones de dólares por el daño que se ha hecho a su imagen.
Hace algunas semanas, Blake Lively sorprendió al mundo entero al revelar que fue víctima de acoso y una campaña de desprestigio por parte de Justin Baldoni, director de Romper el círculo y con quien protagonizó dicha película. De inmediato, el cineasta fue enfático al asegurar que no se quedaría callado y contaría su verdad de los hechos. A sólo unas horas de terminar 2024, Justin Baldoni confirmó una demanda en contra de The New York Times, medio que dio voz a las quejas de la actriz.
De acuerdo con Variety, el también actor, acompañado de su equipo legal, complementó la demanda por $250 millones de dólares en la corte de Los Ángeles. En ella se afirma que The New York Times hizo una mala interpretación de algunos acontecimientos en aras de favorecer a Lively. Cuando ella reveló ser vícrima de acoso, se puso como ejemplo un momento en que Baldoni entró al camper de la actriz y ella estaba cambiándose. De acuerdo con la versión de él, esto no ocurrió así.
El 2 de junio de 2023, ambos actores comenzaron un intercambio de mensajes. Justin Baldoni señaló a la asistente de Blake por no entregarle más páginas del guion de la cinta. “Ella nunca se dio cuenta de si eran nuevas”, señaló la actriz “Las nuevas páginas también me las pueden entregar a mí, por favor. Solo estoy descansando en mi tráiler por si quieres trabajar en nuestras líneas”, dijo antes de cerrar el mensaje con una “X” (que representa un beso).
Baldoni, en respuesta, acudió al tráiler de la actriz, y según su versión, fue lo que se malinterpretó como una muestra de acoso. De acuerdo con la demanda, al diario se le acusa de “difamación e invasión a la privacidad”, esto por su artículo publicado el 21 de diciembre, y en el cual se afirma que el director de Romper el círculo ejecutó toda una campaña para dañar a la protagonista del mismo título. Cabe mencionar que, desde los años 60, The New York Times no pierde una sola demanda por difamación. Esto representa todo un reto para Baldoni.
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“El papel de una organización de noticias independiente es seguir los hechos hasta donde conducen. Nuestra historia fue reportada de manera meticulosa y responsable. Se basó en una revisión de miles de páginas de documentos originales, incluidos los mensajes de texto y correos electrónicos que citamos con precisión y detalle en el artículo. Hasta la fecha, Wayfarer Studios, el señor Baldoni, los demás sujetos del artículo y sus representantes no han señalado ningún error. También publicamos su declaración completa en respuesta a las acusaciones del artículo. Planeamos defendernos vigorosamente contra la demanda”, dijo un representante del medio.
A lo largo de 87 páginas, la defensa del demandante señala que las acusaciones de Blake Lively son 100% fabricadas. En el texto también se menciona a Ryan Reynolds, quien habría enfrentado (de forma agresiva) al director por insultar a su esposa y hacer comentarios ofensivos sobre su peso. También se afirma que el intérprete de Deadpool tuvo una gran injerencia sobre WME, agencia donde él y su esposa colaboran, y la cual se deslindó de Baldoni tras darse a conocer el escándalo. Un vocero de la agencia ya desmintió lo dicho por el cineasta.
“The New York Times se ha acobardado ante ante los deseos y caprichos de dos poderosas élites ‘intocables’ de Hollywood, ignorando las prácticas y la ética periodísticas que alguna vez correspondieron a la venerada publicación. Sin embargo, no se equivoquen, mientras todos nos unimos para acabar con The NY Times y no permitirles seguir engañando al público. Continuaremos esta campaña de autenticidad demandando también a aquellas personas que han abusado de su poder para intentar destruir las vidas de mis clientes”, dijo Brian Freedman, abogado de Baldoni, en un comunicado a Good Morning America (vía).
Diversos medios se han acercado a Blake Lively, Ryan Reynolds y su equipo legal para conocer su postura ante los acontecimientos. Sin embargo, ninguno ha reaccionado a la nueva etapa de la polémica. Quienes, indudablemente, siguen afectados, son los fans de Romper el círculo. Con todo lo sucedido, es improbable que una secuela se produzca en un futuro cercano. Los derechos de las novelas pertenecen a Wayfarer Studios, compañía fundada por Justin Baldoni, y prácticamente nadie del elenco tiene interés en trabajar con él.
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