Garras o licencia para matar, ¿ustedes qué preferirían?
Hugh Jackman puede presumir el haber interpretado a uno de los personajes más icónicos de los últimos años. Nos referimos a Wolverine, que le valió el salto a la fama y el ingreso directo al panteón de las grandes leyendas del cine de superhéroes. Sin embargo, pudo ampliar aún más su legado de haber aceptado uno de los roles más icónicos de toda la historia. ¡El mismísimo James Bond!
Recapitulemos: tras el arrollador éxito de X-Men y su estupenda conexión con las audiencias, el australiano fue seriamente contemplado para heredar la licencia para matar una vez consumada la era de Pierce Brosnan. Un rol por el que cualquiera mataría, pero no el Hugh Jackman, quien se dio el lujo de rechazar la oportunidad. ¿Cómo explicarlo?
“No quería hacer siempre lo mismo”, recordó el actor en entrevista [vía]. “Ya sabes, el papel de la estrella de acción: aquello, ese arquetipo era el pan de cada día de un montón de películas estadounidenses. Un montón de sujetos heroicos en situaciones difíciles. Y yo me quedaba: ‘oh, oh, esto es un problema’”.
El dilema no se limitó a la historia, sino a la extensión del contrato. “Le eché un vistazo [a la oferta] y pensé: ‘Si hago esto y Wolverine, no voy a tener tiempo de hacer nada más’. Está claro que me interesa más interpretar a gente que se sale de la línea”.
Aunque siempre nos preguntaremos por lo que pudo ser, estamos convencidos de que el rechazo de Hugh Jackman fue lo mejor para todos. El australiano continuó brillando como Wolverine por muchos años más y con tanta intensidad que su incorporación al MCU se convirtió en una prioridad que finalmente se concretará para Deadpool 3. Sin embargo, también se dio el tiempo necesario para quitarse las garras e interpretar otras grandes películas como La fuente de la vida y Los Miserables que le valió la nominación al Óscar.
En cuanto a James Bond, todos sabemos cómo terminó esta historia. El rol fue para Daniel Craig, quien se adueñó de tal modo del personaje, que muchos lo consideran el mejor 007 de la historia. ¡Incluso por encima de Sean Connery!
Una buena prueba de que las películas, como los martinis, se sirven mejor cuando están cuidadosamente agitados.
