El largometraje de Justine Triet terminó por vengarse de gran manera.
Luego de las nominaciones al Oscar, hubo una película no producida en Hollywood que acaparó más de una conversación. Se trata de Anatomía de una caída, película dirigida por Justine Triet que da un giro a las historias donde se libran juicios. La cinta francesa destacó con 5 importantes nominaciones, entre las que se encuentra Mejor película. Y aunque muchos en Francia están contentos por el gran desempeño de Anatomía de una caída rumbo a los Oscar, lo cierto es que hay una ligera sensación de incomodidad. Hace unos meses, las autoridades cinematográficas le dieron la espalda, algo de lo que seguramente hoy se arrepienten.
Durante el pasado Festival de Cine de Cannes, el drama protagonizado por Sandra Hüller ganó la Palma de Oro. Luego pasó por los festivales de Telluride, Toronto y Nueva York, donde llenó todas sus funciones. Pronto se hizo evidente que la película era algo especial, y Gaumont, distribuidora francesa, aceleró el estreno en su país de origen. Para competir por el Oscar, una película francesa debe estrenarse antes del 30 de septiembre y ser hablada de forma predominante en francés, entre otros estatutos. Anatomía de una caída cumplió con ello, y todo apuntaba a que Francia por fin tendría una gran contendiente al Oscar luego de varios años, pero no fue así.
Al mismo tiempo que Anatomía de una caída triunfaba en los festivales, otra película comenzaba a hacer las relaciones públicas necesarias para ser considerada por la Academia: El sabor de la vida. Juliette Binoche, su protagonista, dio algunas entrevistas, asistió a algunos festivales y comenzó a ganar buenas críticas. Aunque no tan buenas como las de su “competidora”. Cuando llegó el turno de que el Comité Francés para el Oscar tomara su decisión, ésta escandalizó a muchos: la representante para competir en Mejor película internacional sería El sabor de la vida, no la historia que ya había triunfado en Cannes.
De acuerdo con algunos expertos, fue la temática lo que no convenció a los miembros del comité. En papel, El sabor de la vida lucía como una apuesta segura: era un drama culinario con dos protagonistas que, en la vida real, tuvieron una relación hace años, y contaba con la dirección de alguien que ya había sido nominado al Oscar. Por otro lado, Anatomía de una caída es un thriller de 150 minutos con temas complejos y una profunda exploración sobre la vida en pareja. Sí, tuvo éxito en la taquilla francesa, pero eso no fue suficiente.
Francia decidió, ante la sorpresa del mundo, que El sabor de la vida representaría al país en los Oscar. Y la decisión tuvo consecuencias importantes, pues ni su género, ni la presencia protagónica de Juliette Binoche le aseguraron una nominación. La película no estuvo entre las 5 elegidas. Irónicamente, Neon (su distribuidora en Estados Unidos), y la Academia le dieron un gran apoyo a Anatomía de una caída y la recompensó con 5 grandes nominaciones. De hecho, Justine Triet está nominada a Mejor dirección (es la primera cineasta francesa en lograrlo) por encima de figuras como Greta Gerwig (Barbie) y Alexander Payne (Los que se quedan). Con ese historial, no suena descabellado pensar que pudo haber entrado en Mejor película internacional. Incluso podo haber ganado.
Ante la negativa del Comité Francés, cineastas y productores franceses han sugerido un cambio en las reglas e integrantes del organismo. Proponen que el comité tenga más miembros, de preferencia, una mezcla de votantes franceses que participen en los Oscar, Globos de Oro y BAFTA. Así mismo, piden que se tome en cuenta el paso de las películas en algunos festivales, así como sus críticas y el desempeño en Estados Unidos. Por el bien de la industria cinematográfica francesa y su desempeño en los Oscar, muchos esperan que se tomen las medidas correspondientes.
Anatomía de una caída llegará a las salas de Cinépolis este 25 de enero.
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