Una de las películas de época más esperadas de este año, Corsage: La Emperatriz Rebelde, finalmente llega a cines de México este 26 de enero.
La monarca austriaca del Siglo XIX, la emperatriz Elisabeth de Austria, era tan querida en su época que ha sido retratada en cómics, teatro, cine y televisión docenas de veces desde su muerte. La trilogía de películas románticas de los 50, protagonizada por Romy Schneider, fue la adaptación de mayor éxito internacional. Con una figura representada bajo el sobrenombre “Sissi”, es fácil pensar que no hay nada más que decir sobre ella. Sin embargo, con su película Corsage: La emperatriz rebelde, la estrella Vicky Krieps y la escritora y directora Marie Kreutzer encontraron un enfoque fresco y moderno para capturar el lado rebelde del espíritu de la monarca.
Kreutzer estudió cine en la Academia de Cine de Viena y desde entonces ha dirigido cortometrajes, series de televisión y un puñado de largometrajes, incluidos los alabados The Fatherless, We Used to Be Cool y The Ground Beneath My Feet, que a menudo exploran las vidas internas de las mujeres en proceso de cambio.
Ahora, en Corsage: La emperatriz rebelde, su quinto largometraje, Kreutzer logra retratar un período exuberante y lleno de grandilocuencia con imágenes llamativas salpicadas de un sutil sentido del humor, haciendo que la estrella Vicky Krieps domine la pantalla en prácticamente todas las escenas de la película.
Con motivo de su estreno en cines de México este 26 de enero, te queremos seducir con tres razones muy claras por las que creemos que esta película te dejará un buen sabor de boca.
Para redescubrir la vida de Sissi
Cuando los productores le ofrecieron a Kreutzer la idea de una película biográfica poco convencional sobre la Emperatriz, la cineasta se resistió al principio, en parte debido a la exitosa y clásica trilogía de películas Sissi, con Romy Schneider, realizadas en los años 50.
“Ella es principalmente una atracción turística aquí, en este país (Austria)”, dijo Kreutzer durante el lanzamiento oficial del filme. “Eso es todo lo que asocié con ella. Pero luego la idea se quedó conmigo”.
Kreutzer se inspiró en dramas del período revisionista, pero estrenados en los años más recientes, como Retrato de una mujer en llamas y La favorita, para inyectar una sensibilidad más íntima y cercana para las nuevas audiencias, sin aburrir ni dar lecciones de historia, sino poniendo la lente en la esencia del personaje.
“Lo que consideramos la película de época tradicional perfecta, la mayoría de ellas son grandes, grandes producciones de Hollywood”, consideró la cineasta. “Eso es algo que no podemos hacer aquí en la misma escala con un presupuesto europeo. Estaba claro para mí que tendría que encontrar otra manera”.
El resultado es una película repleta de comedia negrísima en momentos inesperados, como suele ser el sello de Kreutzer. “Hay momentos en los que todos en la audiencia se ríen. Eso es algo que me gusta, que haya tensión y luego se suelte de nuevo”.
Por la increíble actuación de Vicky Krieps
La cineasta trabajó anteriormente con Vicky Krieps en la comedia romántica We Used to Be Cool, que se estrenó un año antes de que la actriz obtuviera mayor visibilidad gracias a El hilo fantasma, de Paul Thomas Anderson, que la puso al tú por tú con Daniel Day-Lewis.
Gracias a aquella primera experiencia, y al músculo actoral que Krieps ha forjado en estos años, es que la realizadora apostó por ella para encarnar una versión feroz, arriesgada, divertida y hasta sardónica de la monarca, muy distinta a la que el público más adulto quizás está acostumbrado.
“Ella vive mucho el momento y me sorprende una y otra vez”, dijo Kreutzer. “Ambas somos muy intuitivas en nuestro trabajo. Yo estaba especialmente emocionada por la forma en que su actuación hervía a fuego lento con ira e individualidad, la cual trascendía su momento particular en el tiempo”.
“Podrías mostrarla como una mujer triste, trágica y hermosa, y hemos visto muchas de éstas. Eso ya no es novedad. Por eso creo que siempre se siente bien ver a alguien defenderse a sí mismo”.
Por su poderoso mensaje de poder femenino
Kreutzer hace especial énfasis a lo largo de la cinta en la enorme carga que la Emperatriz ostenta a sus espaldas, cuando cumple 40 años y se cansa de las expectativas formales que se le imponen en todo momento.
“El núcleo de la película, para mí, es que las mujeres siempre han sido y aún son criadas y entrenadas para complacer”, reflexionó Kreutzer al portal IndieWire. “Eso es algo con lo que crecemos”.
Con el tiempo, la realizadora se dio cuenta de que Elisabeth encarnaba una especie de voz y actitud feminista con “pequeños actos de rebelión” que podían resultar atractivos para las audiencias contemporáneas, quienes seguramente nunca habían escuchado hablar de Sissi.
“Cuando descubrí que en esa etapa comenzó a fumar, practicar deportes y negarse a comer, pensé que era su forma de mostrar lo insatisfecha y frustrada que estaba con su vida como emperatriz. Tenía que sentarse en estas mesas porque no podían obligarla a comer. Ella estaba tratando de provocar reacciones”.
