Llega San Valentín y muchos en lugar de emocionarse, se convierten en el Grinch: “¡Qué cursilada!” “¡Nada más alienta al consumismo!” “Regale afecto, no lo compre”, etc.
Pero incluso el más gruñón, no puede negar que existen películas que nos inspiran, por lo menos en cuanto a sus besos inolvidables (¡y antojables!). He aquí algunos de los más memorables:
Adore, la piel del deseo (Fontaine, 2013)
Lil (Naomi Watts) y Roz (Robin Wright) son amigas de la infancia y vecinas en Nueva Gales del Sur, Australia. Ahora en sus cuarentas, se ven de pronto, involucradas en una complicada situación: cada una de ellas se inicia una relación sentimental con el hijo de la otra. Cuarenta y veinte, literalmente. Los besos que Ian (Xavier Samuel) le da a Roz son increíblemente apasionados, sexys y alborotarán más de alguna hormona.
Diario de una pasión (Cassavetes, 2004)
Allie (Rachel McAdams) es una niña rica, que conoce a Noah (Ryan Gosling), un chavo guapo pero pobre, en un carnaval. Se enamoran, pero se enfrentan al rechazo de los papás de Allie, quienes consideran que Noah debe buscarse a alguien de su clase social. Noah le escribirá a Allie, 365 cartas durante el mismo número de días. Aunque sin duda esta película tiende a ser extra cursi (como todas las basadas en los libros de Nicholas Sparks), el famoso beso bajo la lluvia de la pareja, se ha vuelto icónico.
Lo que el viento se llevó (Fleming, 1939)
La preciosa Scarlett O’Hara (Vivien Leigh) lo tiene todo: una familia amorosa, una propiedad impresionante en el sur de Estados Unidos y muchísimos galanes tendidos a sus pies. Pero Scarlett quiere aquello que no puede obtener; el hombre de sus sueños, Ashley (Leslie Howard), quien está comprometido a casarse con su prima (Oliva de Havilland). Aparecerán dos huracanes en la vida de Scarlett: Rhett Butler (Clark Gable) y la Guerra Civil. El primero le dará a esta niña consentida, uno de los besos más emblemáticos del cine.
Mucho ruido y pocas nueces (Whedon, 2012)
Joss Whedon, filmó en blanco y negro, esta versión moderna de la comedia de Shakespeare, en su propia casa y con amigos cercanos interpretando a los protagonistas. El resultado es muy fresco y entrañable, mostrando que los personajes y las situaciones humanas que el dramaturgo inglés retrata, no pasan de moda jamás. Pero el momento culminante, es cuando los dos solteros empedernidos de la trama, Benedick (Alexis Denisof) y Beatrice (Amy Acker) se enamoran y besan al fin.
Juegos sexuales (Kumble, 1999)
Esta adaptación moderna de la novela de Choderlos de Laclos y la película de Stephen Frears, Relaciones Peligrosas, nos muestra a Sebastian Valmont (Ryan Phillippe), un mirrey neoyorquino, que tiene una singular relación con su hermanastra, Kathryn Merteuil (Sarah Michelle Gellar). Una de las víctimas de este intrigante par, será la ingenua Cecile (Selma Blair), a quien la propia Kathryn le enseña a besar, para estar lista en las artes del amor. El beso que Kathryn le da Cecile es sin duda, uno de los más candentes y perturbadores del cine.
Ghost: La sombra del amor (Zucker, 1990)
Sam (Patrick Swayze) y Molly (Demi Moore), son una pareja muy enamorada. El problema es que a Sam lo asesinan y se da cuenta de que Molly necesita ser prevenida del peligro; deberá valerse de una médium (Whoppi Goldberg) para que lo ayude. Esta cinta entra en la categoría de extra melosa y más de una derramará lágrimas a la par de Molly (que se la pasa llorando). Pero uno de los besos más memorables que se han visto en la pantalla grande, es aquel entre Molly y el espíritu de Sam. El amor trasciende la muerte, ¿o no?
Romeo + Juliet (Luhrmann, 1996)
Otra adaptación de Shakespeare, ahora en manos del excéntrico Baz Luhrmann. Filmada en México, nos cuenta la tragedia amorosa más famosa de todos los tiempos: el amor imposible de una pareja cuyas familias están peleadas a muerte. Tiene un acercamiento moderno, urbano y vital, una gran banda sonora, pero sobre todo, una pareja protagónica increíble, interpretada por unos muy jóvenes Leonardo di Caprio y Claire Danes. Es entre ellos, que se da un beso inocente y encantador: el del primer –y en este caso, único- amor.
Desayuno con diamantes (Edwards, 1961)
Años 60. Holly Golightly (Audrey Hepburn) es la “It Girl” neoyorquina, con muchísimos pretendientes y una vida social de lo más ocupada. En el ajetreo de Holly, irrumpe su nuevo vecino, Paul (George Peppard), a quien ella apoda Fred, pues se parece a su hermano. Entre ambos se establece una relación de camaradería, de admiración, de estira y afloja… que culminará con un intenso e inolvidable, beso bajo la lluvia. Esta pareja conecta, no por sus fortalezas, sino por sus vulnerabilidades.
Spider-Man 2 (Raimi, 2002)
Peter Parker es un adolescente flacucho que obtiene súper poderes después de haber sido mordido por un araña radioactiva. En esta segunda parte de la que, sin duda, es hasta ahora la mejor trilogía del superhéroe arácnido, Parker enfrenta a muchos dilemas éticos (“con gran poder, viene gran responsabilidad”). Pero además de eso, está su amor por Mary Jane; y ese beso que se dan de cabeza, donde ella retira un pedazo de la máscara para llegar a su boca… uf. Épico.
La edad de la inocencia (Scorsese, 1993)
En el siglo XIX en Nueva York, el buen nombre valía mucho más que oro en el banco. Newland Archer (Daniel Day-Lewis) es un distinguido abogado, comprometido a casarse con la bonita pero superficial May Welland (Winona Ryder). El problema es cuando conoce a la prima de ésta, la Condesa Olenska (Michelle Pfeiffer) quien ¡escándalo! está separada de su marido, un noble polaco. Entre Newland y la condesa surge una devoradora atracción… pero esta relación prohibida, arruinaría definitivamente su reputación. El beso que se dan, en medio de la represión, desborda una química increíble. Nada tan sexy, como el amor prohibido.
Descarga la app de Cinépolis y consulta la cartelera, horarios, estrenos, preventas y promociones que tenemos para ti.
