Steven Spielberg, Pedro Almodóvar, Sofia Coppola y más cineastas han llevado sus propias vidas a la pantalla grande.
A lo largo de la historia del cine, algunos directores se han dado a la tarea de llevar a la pantalla grande sus propias vidas a manera de un viaje a través de sus recuerdos. Así sea por un momento específico en sus vidas o algo más abstracto donde el conjunto de ciertos episodios forma una historia por de más cercana a sus memorias.
Si bien desde Francois Truffaut con Los 400 golpes a Alfonso Cuarón y su ROMA, la tendencia sigue estando vigente entre muchos cineastas, así sean directores reconocidos con un amplia filmografía o nuevas voces que deciden hacer su ópera prima basada en su propia vida.
A continuación algunas de las películas biográficas de diversos cineastas que no sólo han conectado con el público sino que se han llevado premios en donde se presenten.
Los Fabelman (Dir. Steven Spielberg, 2022)
Sammy Fabelman es llevado al cine por sus papás en 1952 para ver su primera película en pantalla grande: The Greatest Show on Earth de Cecil B. DeMille. A partir de ahí ya nada fue igual para el pequeño. Comenzó a hacer mini películas que cada vez se volvían más y más complejas, pero también su vida se volvía igual: sus papás comenzaban un proceso de divorcio, lo que hacía que el joven comenzara a refugiarse en el cine y a ver el mundo muy diferente.
Steven Spielberg es prácticamente uno de los nombres más famosos en el mundo, esto gracias a sus grandes producciones cargadas de acción, aventura, humor y mucho corazón, por lo que una historia íntima, y sin duda la más personal, es la que hace a Los Fableman un viaje al alma y recuerdos de una de las personas que más ha hecho soñar al mundo. Ver ese espectáculo en pantalla grande es un privilegio que no debemos desaprovechar.
Dolor y gloria (Dir. Pedro Almodóvar, 2019)
Un director de cine atraviesa por una crisis creativa, misma que lo ha llevado a voltear hacia su pasado, desde su niñez hasta sus más grandes amores ya en su vida adulta. El detonante además para todo esto es la remasterización de una de sus películas, misma que lo orilló a buscar al actor protagónico de la misma, con quien se dejó de hablar por más de 30 años.
La sensibilidad de los trabajos de Pedro Almodóvar es por todos conocida, ya sea desde sus reconocidos primeros filmes como Mujeres al borde de un ataque de nervios o ¡Átame! hasta sus obras premiadas en festivales internacionales como Todo sobre mi madre o Hable con ella. Pero es en Dolor y gloria donde el director manchego aborda algunos pasajes de su vida con ligeros toques de ficción, pero siempre bajo un luz de sensibilidad masculina como pocos cineastas lo pueden plasmar.
Belfast (Dir. Kenneth Branagh, 2021)
Buddy es un niño de 9 años que disfruta del día a día en las calles de su barrio, que está localizado en la ciudad de Belfast, Irlanda. Todos ahí se conocen y disfrutan de las fiestas que se organizan, idas al cine o simplemente bailar con la música que tocan en la radio. Sin embargo el mundo de Buddy comienza a cambiar cuando su infancia choca con el conflicto norirlandés que comenzó a finales de los 60 y duraría más de 30 años.
Filmada en blanco y negro, al igual que ROMA, Belfast presenta un coming-of-age donde el protagonista vive los inicios de un conflicto que definiría a toda una nación, donde Buddy -o en este caso Branagh- vería en carne propia los sacrificios que hace su familia para salir adelante, dejando atrás la burbuja que significa la infancia para afrontar el mundo adulto, pero nunca sin perder la esperanza en que la violencia llegue a su fin.
Casi famosos (Dir. Cameron Crowe, 2000)
Cuando era todavía un niño, William Miller ya era un prodigio en la escuela. Su hermana de 18 años los deja a él y a su mamá para irse a San Francisco, pero no sin antes donarle decenas de vinilos de leyendas del rock que harían nacer en William el gusto por la música, a tal grado que, años más tarde comenzaría a escribir sobre sus ídolos. Pronto consigue un trabajo en Rolling Stone y comienza así su viaje en el tour de Stillwater, mismo que será un parteaguas en su vida.
Cameron Crowe basó esta gira de la banda ficticia Stillwater en sus experiencias como reportero para Rolling Stone. Siendo todavía joven, Crowe comenzaría como escritor en Hollywood siendo Fast Times at Ridgemont High su carta de entrada, y aunque Say Anything lo colocó en un status de película de culto, Jerry Maguire en 1996 hizo que los ojos del mundo voltearan hacia él y fue ahí que su siguiente película sería esta especie de biopic sobre sus años en Rolling Stone.
Perdidos en Tokio (Dir. Sofia Coppola, 2003)
Charlotte es una joven recién graduada que acompaña a su esposo a Japón mientras él trabaja como fotógrafo de celebridades. Pasa la mayor parte de su tiempo sola tratando de conocer un país totalmente ajeno a ella y su cultura, ahí conoce a otro compatriota, un actor venido a menos que está en la promoción de un whisky. Ambos se acompañan en aquel país mientras se cuestionan no sólo el momento que están viviendo en Tokio sino hacia dónde los puede llevar la vida.
Tras su ópera prima con Vírgenes suicidas, Sofia Coppola se embarcó en su proyecto más personal con una historia donde plasmó la desorientación y sentimiento de pérdida que vivió durante su matrimonio con el también cineasta Spike Jonze que estaba llegando a su fin. La sensibilidad de Coppola sumado a un estilo de la narrativa distinta al mainstream hollywoodense fue la que hizo que Perdidos en Tokio se convirtiera en un éxito entre el público y la crítica.
Minari (Dir. Lee Isaac Chung, 2020)
La familia Yi deja Corea para perseguir el sueño americano en Arkansas. Ahí el jefe de la familia decide cosechar verduras especiales para comida coreana que planea vender. Los dos hijos reciben los cuidados de su abuela Soon-ja, quien en un principio no es bien recibida por el hijo más pequeño, David, pero que pronto crearán un lazo especial que será de vital importancia para toda la familia.
Lee Isaac Chung escribe y dirige esta historia donde retrata los pasos de su llegada a Estados Unidos cuando todavía era un niño, y aunque si bien pudo limitarse sólo al punto de vista del pequeño David, Chung explora los diversos lados y sensibilidades de la familia Yi, ya sea desde la desesperación del papá por triunfar en una tierra desconocida, hasta la abuela quien puede tener la clave para que al final todo salga bien.
