A pocos días de que se celebren los Óscar, el mexicano Guillermo del Toro lanzó un libro de retrospectiva con material inédito de su galardonada cinta Pinocho.
A escasos días de que sepamos si se llevará otro Óscar a su casa, el mexicano Guillermo del Toro está ofreciendo un nuevo vistazo, mucho más profundo e ilustrativo con un libro, a la cinta que más galardones le ha otorgado en su carrera: Pinocho, que aspira a llevarse la estatuilla dorada a Mejor película animada este 12 de marzo.
“Pinocho: una historia atemporal contada por Guillermo del Toro”, publicado en conjunto por Trilce Ediciones y la Universidad de Guadalajara, y escrito por Gyna McIntyre, en un deslumbrante tomo de pasta dura con el que se muestra paso a paso el esfuerzo de toda la gente que trabajó durante 15 años para hacer esta película con un enorme equipo de arquitectos, diseñadores, modeladores y animadores.
A lo largo de sus 224 páginas, este libro es fundamental para que el público entienda el inmenso trabajo excepcional de cada uno de los involucrados en el galardonado filme, en el cual del Toro “quiso que fuese el protagonista quien le enseñara al mundo a verlo y respetarlo como un ser único”.
Este libro abunda en las anécdotas detrás de los intentos por dotar a cada personaje de Pinocho, de Guillermo del Toro de esos microgestos que sólo los mejores animadores del planeta podían conseguir desde dos sedes: El Taller del Chucho, en Guadalajara, y el equipo de Shadow Machine, asentado en Portland, Oregon.
“Pinocho: una historia atemporal contada por Guillermo del Toro” relata a lo largo de cinco capítulos la génesis de una obra que contó con un elenco impresionante de varios ganadores del Óscar y muchos talentosos creativos y artistas con los que desde hacía tiempo el director mantenía comunicación.
Como se relata en el texto, esta película tardó en gestarse 15 años aunque formalmente comenzó a filmarse en enero de 2020, con un total de 335 empleados que trabajaron en la máquina de sombras de la película, además de 50 escenografías creadas con un realismo que buscaba “fortalecer el arco narrativo” de la historia, en la que incluso tuvieron que adaptar un hospital de marionetas.
“La desobediencia es el único camino para la conciencia”, dice del Toro en un prólogo que él mismo redactó y con el cual deja en claro el porqué de su reinterpretación de Pinocho, a la par que muestra viñeta tras viñeta, los storyboards primigenios de cómo debía lucir ese nuevo ser.
Desde las magníficas fotos en primer plano de cada set, de cada dibujo probado con diversas paletas de colores, cromos que marcan los diseños conceptuales de la villa y la iglesia del pueblo, el circo o los campos de entrenamiento de los fascistas, “el lector se sumerge en un viaje creativo y acompaña a los artistas en un mundo que supone gran complejidad, acompañado por una prosa ágil e informativa de cada toma”, según se adelanta en un comunicado de prensa.
Destaca también el esfuerzo sonoro que es relatado en el quinto capítulo, sobre cómo la música de Alexandre Desplat (ganador del Óscar), en colaboración con Nick Cave, Matías León y Roeban Katz impregnaron de corazón y emotividad cada escena. Hablando de este apartado, este fin de semana la película se agenció un premio más: el de Mejor mezcla de sonido en una cinta animada, en los premios de la Cinema Audio Society.
Quedan pocos días para que México celebre un triunfo más en los Óscar, con del Toro como el claro favorito para triunfar en la categoría de Mejor Película Animada. ¿Crees que gane?