Desde enfrentamientos cuerpo a cuerpo hasta coreografías con caballo, estas películas han mostrado una gran creatividad.
Desde su llegada a los cines, John Wick redefinió el cine de acción con coreografías impecable y secuencias de combate brutales. Más allá de su mitología y su estoico protagonista, lo que realmente eleva a esta saga son sus peleas. Cada enfrentamiento es una obra de arte donde los golpes, disparos y movimientos están meticulosamente orquestados. Ante la llegada de Bailarina, el primer spin-off cinematográfico de la saga, y donde conoceremos a una nueva protagonista, es momento de recordar las peleas más impresionantes que cimentaron el legado de John Wick.
¿Trabajando otra vez? (John Wick)

La primera gran secuencia es una metódica demostración de por qué John Wick es una leyenda. Después del trágico robo de su auto y el asesinato de su perra Daisy, Iosef Tarasov, el hijo del jefe de la mafia rusa Viggo, envía a un equipo de sicarios a la casa de John para acabar con él. Esta es la primera vez que la audiencia ve a John en acción desde que “se retiró”.
La tensión a tensión comienza a construirse cuando los sicarios se infiltran silenciosamente en la mansión de Wick. John, que está en la ducha, es alertado por ruidos sutiles. La cámara sigue su movimiento, mostrando cómo se seca, se viste con calma y se prepara para lo inevitable. Una vez que está armado, el combate se desata en la oscuridad de su hogar, revelando su letalidad. El momento sirve para establecer el tono de la película: no es una acción ruidosa, sino algo perfectamente montado, y donde cada movimiento tiene un propósito.
Red Circle Club (John Wick)

John descibre que Iosef Tarasov y sus hombres están escondidos en un lugar conocido como Red Circle Club, así que decide ir para consumar su venganza. La escena se desarrolla en un ambiente de luces neón parpadeantes, humo denso y música electrónica, elementos que juegan un gran papel a la hora de crear la coreografía. Lo que distingue a esta pelea es la magistral implementación del “Gun-Fu”, una fusión de artes marciales y manejo de armas de fuego. En lugar de ráfagas indiscriminadas, Wick utiliza una precisión letal, combinando golpes cuerpo a cuerpo con disparos a quemarropa. La cámara sigue a John de cerca, algo que permite apreciar la dluidez y la brutalidad de la coreografía sin necesidad de hacer tantos cortes.
Las catacumbas (John Wick: Capítulo 2)

Esta se desarrolla después de que John Wick ha cumplido la “tarea imposible” de asesinar a Gianna D’Antonio en Roma, algo que lo obliga a pagar una deuda de sangre. Sin embargo, Santino D’Antonio, el hermano de Gianna que orquestó todo, decide traicionar a John enviando a sus hombres, liderados por la implacable Ares, para eliminarlo en los pasillos subterráneos. Vemos a John transicionar fluidamente de pistolas a rifles de asalto y escopetas, utilizando cada arma con una gran eficiencia. La ya mencionada técnica “Gun-Fu” se usa de maravilla, con disparos, golpes y movimientos sorpresivamente fluidos para tan claustrofóbico escenario. El momento culmina con un enfrentamiento mano a mano entre John y Cassian, el leal guardaespaldas de Gianna, quien busca venganza.
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Los espejos (John Wick: Capítulo 2)

El enfrentamiento final en John Wick: Capítulo 2 lleva a John a un laberinto de espejos en una exhibición de arte. Esta secuencia es un homenaje visual a Operación dragón, título de 1973 donde la confusión y los reflejos juegan un papel crucial. Ares, el guardaespaldas de Santino D’Antonio, utiliza el entorno a su favor, pero John Wick, con su instinto asesino, logra vencer el engaño. Los disparos crean ecos ensordecedores y rompen los espejos, convirtiendo el espacio en una trampa muy elaborada. La coreografía combina la puntería letal de John con su capacidad para adaptarse a un entorno caótico, y esto hace que la película cierre por todo lo alto.
Los caballos (John Wick 3: Parabellum)

Ambientada en los caóticos minutos posteriores a ser “excomulgado”, John Wick, con una recompensa de $14 millones de dólares sobre su cabeza, busca desesperadamente un lugar para esconderse y rearmarse. Su huida lo lleva a un establo de caballos, un entorno que se convierte en un campo de batalla. Lo que hace que esta pelea sea tan única es cómo John Wick no solo se defiende de sus atacantes, sino que recluta a los propios caballos como aliados: hay patadas, ágiles movimientos de cámara, y un caos visualmente impactante. La secuencia culmina con John Wick montando a caballo a través de las calles de Nueva York y enfrentando a otros motociclistas asesinos. La combinación de caballos y velocidad genera una secuencia espectacular.
Peleando con cuchillos (John Wick 3: Parabellum)

En su huida, el personaje interpretado por Keanu Reeves se topa con una aparentemente inofensiva tienda de antigüedades. Esta resulta ser un arsenal oculto de armas blancas, desde katanas hasta dagas y cuchillos de lanzamiento, todos exhibidos en vitrinas de cristal. Cuando los asesinos de la Mesa Alta alcanzan a Wick, la pelea se desata en un espacio pequeño y lleno de cristales. John y sus oponentes rompen vitrinas para armarse, lanzan cuchillos con precisión letal y utilizan el entorno a su favor, incluso esquivando y atrapando proyectiles. Además de la acción, también existe un toque de humor negro. Hay momentos en los que los combatientes se detienen brevemente para “reabastecerse” de cuchillos, y algunos ataques que son muy ingeniosos.
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El Osaka Continental (John Wick 4)

Esta es la apertura de la más reciente cinta de la saga. Tras buscar refugio en este bastión de la Alta Mesa, John Wick se encuentra con su viejo amigo Shimazu Koji, el gerente del hotel, y su hija Akira, la conserje. La paz en el hotel es momentánea, ya que la Alta Mesa, bajo las órdenes del implacable Marquis Vincent Bisset de Gramont, llega para una brutal invasión. Lo que distingue esta secuencia es la diversidad de estilos de combate y armamento. Mientras John se deleita en su característico “gun-fu” y artes marciales, Koji desata el poder de la katana con gran estilo. Además, Akira demuestra una agilidad letal con arcos y flechas, así como cuchillas. La acción se extiende por todo el majestuoso hotel, desde sus pasillos y salones hasta sus jardines y tejados.
Las escaleras (John Wick 4)

Enmarcada en las icónicas escalinatas de la Basílica del Sacré-Cœur en París, esta escena representa el último y más arduo obstáculo que John Wick debe superar para llegar a su duelo final con el Marqués de Gramont. El director Chad Stahelski, con su experiencia como stunt, concibió una secuencia que no solo es visualmente impactante, sino que también transmite cuán agobiado está Wick. La pelea utiliza los barándales, juega con los escalones y también con la pendiente de las escaleras para algunos movimientos muy creativos. Para rematar, John Wick es brutalmente derribado y cae rodando por los más de 200 escalones hasta el pie de la basílica.
Persecución en auto (John Wick 4)

El momento se esarrolla en las calles de París, culminando en un verdadero caos alrededor del Arco del Triunfo. La acción no se limita a simples choques; John utiliza su coche de manera ingeniosa para embestir a sus enemigos, realizar giros imposibles y maniobras de derrape que lo ponen en posiciones ventajosas para disparar. Los autos de los adversarios son tratados como armas y escudos, volando por los aires y chocando entre sí todo el tiempo. Vaya dolor de cabeza que fue la planeación de esta secuencia.
Como un videojuego (John Wick 4)

Desde que la cuarta entrega llegó a los cines, la fotografía, planeación y edición de esta escena fueron objeto de elogios. La cámara se eleva sobre un edificio en ruinas en París, presentándonos desde arriba un piso lleno de habitaciones interconectadas. John Wick entra en escena y, gracias a la vista cenital, pareciera como si estuviéramos viendo un videojuego. Cada habitación es un nuevo desafío, y la cámara sigue a Wick sin ningún problema; desde el primer minuto estamos completamente inmersos en la acción. Otro aspecto memorable es el uso de la munición conocida como “aliento de dragón”.
Desde la perspectiva aérea, los destellos naranjas y las explosiones de fuego que emanan de su escopeta son visualmente espectaculares. Cada disparo ilumina las siluetas de sus enemigos mientras caen, quemados por el fuego. La cámara no sólo sigue a Wick, sino que también nos muestra la reacción en cadena de cada bala, los cuerpos que se desploman y los pequeños incendios que se inician. El ambiente se transforma en un verdadero campo de batalla.
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