Una fascinación que, sin duda, siempre nos atrapa.
¿Sabían que la primera vez que vimos en la pantalla grande a una monja poseída por el demonio, fue en la cinta sueca Häxan o La bruja, de 1922? Por el estreno de Inmaculada, desentrañamos la razón por la cual las monjas se están apoderando del cine de terror.
Está por estrenarse Inmaculada, protagonizada por Sydney Sweeney, y va sobre una monja que descubre horrores indescriptibles en un convento italiano. Monjas… terror… parece que es la combinación que NUNCA falla. Y es que el género de terror en el cine es, básicamente, el bien contra el mal. Parte de lo que nos genera miedo, es la idea de que algo malo nos pueda pasar, y ahí es donde las creencias religiosas entran al juego.
Obviamente, las monjas representan la pureza, la bondad y la incorruptibilidad. Por eso, en las películas donde una monja está en peligro o tiene que enfrentarse a lo malévolo, nuestro corazón está de su lado. Y cuando cae en la tentación y es poseída por las fuerzas del mal, ahí es donde nos suda cada arruga de la frente.
La fascinación de la audiencia y los cineastas por este fenómeno, nos ha dejado el subgénero de terror religioso donde, en muchas ocasiones, las monjas son protagonistas o antagonistas. Algunos ejemplos del cine clásico son Los demonios, basada en el caso de las endemoniadas de Loudun, uno de los eventos de posesión demoníaca colectiva más famosos de la historia, ocurrido en en 1638 en Francia. La película fue prohibida en varios países y nunca se ha proyectado la versión sin censura.
En Pesadilla en la calle del infierno 5, vemos a Amanda Krueger, una monja que queda atrapada en una cárcel, donde da a luz al mismísimo Freddy Krueger. Y en Aguas oscuras, una joven tiene que enfrentar a un culto formado por monjas en un convento oculto.
Y del cine más reciente, tenemos, El convento del diablo, donde los protagonistas tienen que eliminar a unas monjas poseídas antes de que traigan a la vida al anticristo. En La luz del diablo, la Hermana Ann usa sus poderes únicos para realizar un exorcismo y hacerle frente a una poderosa fuerza infernal. Y, obviamente, tenemos las películas de La monja, del Universo Cinematográfico de El conjuro.
Y bueno, sólo en la década pasada tuvimos más de una decena de películas de bajo presupuesto explotando el terror de monjas, como La mala monja, La maldición de la monja, La monja sangrienta… Y justo este año tenemos La primera profecía, precuela de la clásica cinta de 1976, y que nos cuenta sobre una monja en una iglesia de Roma que está relacionada con el nacimiento del anticristo. También Longlegs, un thriller de terror ambientado en 1974, donde Nicolas Cage interpreta a un maniático y por ahí una monja también hace de las suyas.
Y la que más nos emociona es Inmaculada. Sydney Sweeney audicionó para esta cinta en 2014, imagínense. Pero por razones de presupuesto, nunca pudo hacerse. Pero a Sydney le gustó tanto el guion, que años después retomó el proyecto como productora y protagonista, y lo que nos espera en la pantalla grande es una escalofriante historia de terror de monjas que nos provocará las peores pesadillas.
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