Si todavía no estás convencido de ver La monja 2, aquí te dejamos 7 razones para que corras a verla a las salas de Cinépolis.
1956, Francia. Asesinan a un sacerdote. Un mal se extiende… La secuela del gran éxito mundial que fue La monja, sigue a la hermana Irene en un nuevo enfrentamiento con Valak, la monja demoníaca. Para festejar su estreno en cines, te dejamos 7 razones muy aterradoras de La monja 2, ya disponible en salas de Cinépolis.
Terror millonario
Se trata del siguiente capítulo de la historia de La monja, la película más taquillera del gigantesco universo de El conjuro. Esta saga ha recaudado $2,000 millones de dólares a nivel mundial, y este año celebra su décimo aniversario.
Equipazo de lujo
Peter Safran y James Wan regresan como productores para La monja 2. La película cuenta con un guion de Ian Goldberg, encargado de The Autopsy of Jane Doe (2016) y Eli (2019), dos filmes de horror de culto contemporáneo. Lo coescribió junto a Richard Naing y Akela Cooper. Esta última firmó los guiones de Hell Fest, Malignant y M3GAN.
Finalmente, en la dirección está Michael Chaves, quien ya dirigió dos películas anteriores del Conjuring Universe: La maldición de la llorona (2019) y El conjuro 3: el diablo me obligó a hacerlo(2021). Y por cierto, toda la cinta se filmó casi enteramente en locaciones de Francia.
La atmósfera ideal
El escenario central de la película es el internado para niñas St. Mary, ubicado en el Couvent des Prêcheurs de Aix en-Provence, un antiguo convento fundado en el siglo 13. A pesar de la antigüedad de la estructura, el departamento de arte trabajó por semanas para convertirlo en un entorno consolidado. Luce falsamente envejecido y apropiadamente espeluznante. La capilla en desuso se creó íntegramente dentro del gimnasio del espacio actual.
Look demoníaco
Para perfeccionar el velo de la monja demoníaca, la diseñadora de vestuario Agnes Béziers colaboró con el director Michael Chaves y un sombrerero artesanal. Tras más de 20 intentos, se consiguió la emblemática pieza, hecha a la medida y simplemente perfecta.
A lo largo del proceso se construyeron, probaron y revisaron múltiples combinaciones de telas y formas de velos. Incluso, tras una serie de espeluznantes percances, solo sobrevivió una cruz del traje de la monja demoníaca. Esto obligó a extremar el cuidado con la pieza ya que no había más repuestos disponibles en el set.
Una verdadera hermandad
Las actrices Taissa Farmiga (hermana Irene) y Storm Reid (hermana Debra) hicieron una gran amistad fuera de la pantalla. Esto se ve reflejado en la química en sus escenas. Taissa contó más acerca de su trabajo actoral juntas, en un comunicado de prensa:
“Cuando leí el guion por primera vez, lo que más me entusiasmó fue la historia de amistad femenina y la dinámica entre la hermana Irene y la hermana Debra. Trabajar con Storm fue grandioso. Siento que Irene le aporta a Debra un sentido agudo de audacia”.
“Me parece que, especialmente, los personajes femeninos jóvenes pueden llegar a configurarse como un poco pasivos o estar pendientes de los demás para que les guíen. Storm interpreta a Debra con una fuerza cautivadora y repleta de matices”.
Bichos rastreros
Para conseguir las cucarachas reales que atormentan al personaje de Madame Laurent, el director de utilería, Alexis Imbert, recurrió a sus contactos en una antigua bodega de utilería en Marsella. Al final de cada semana, el encargado de la tienda llamaba a Imbert para comunicarle cuántas cucarachas había capturado. Y así él, podía pasar a recoger los insectos.
La monja, todo un ícono del horror
La monja se ha convertido en un ícono para el cine de terror por muchas razones, y la parte 2 quiere explotar esto. Por eso, el director Michael Chaves trabajó para que esta imagen perdurara con esta secuela. Esto fue lo que dijo el cineasta en el mismo comunicado:
“Pienso que la monja es uno de esos monstruos icónicos del cine. Con esta película, simplemente busqué llevarlo más lejos. Quise explorar las manifestaciones. También profundicé en la historia o, al menos, en el mito o las teorías sobre cuál podría ser su origen”.
“Me pareció fundamental hacerlo, pero tampoco ser demasiado específico. Este elemento de misterio y de no saber lo que es tiene mucho poder. Es lo que hace que una historia sea realmente aterradora”.