Gracias a la saga de Piratas del Caribe, Keira Knightley se volvió un fenómeno global, algo que le costó mucho superar y le dejó varias heridas de por medio.
Keira Knightley nunca se sintió cómoda con la fama que le dieron películas como Jugando con el Destino (2022) y, en especial, la saga de aventuras de Piratas del Caribe. Según ella, el mayor problema es que todos empezaron a percibirla como una actriz que no era, y eso la descontroló por mucho tiempo.
En una nueva entrevista con Harper’s Bazaar U.K., Knightley, actualmente de 37 años, calificó su salto de la adolescencia a la edad adulta como “un aterrizaje extremo debido a la experiencia de la fama a una edad muy temprana”. Añadió que, por lo mismo, su proceso de madurez tuvo que ser muy acelerado.
“Hay un lugar divertido donde las mujeres deben sentarse públicamente, y nunca me sentí cómoda con eso. Fue una gran sacudida”, dijo la actriz, recordando “ser juzgada por lo que estaba proyectando” en sus películas, especialmente como su personaje de Elizabeth Swann en Piratas del Caribe.
“Ella era el objeto de la lujuria de todos”, recuerda Knightley sobre el personaje, que se enfrentó cara a cara con el Jack Sparrow de Johnny Depp y se enredó románticamente con el Will Turner de Orlando Bloom a lo largo de la exitosa saga. “No es que no tenga mucha pelea y fuerza dentro de ella. Pero fue interesante pasar de ser realmente una marimacha a ser proyectada como todo lo contrario”.
“Me sentí muy restringida. Me sentí muy atrapada”, agregó la actriz sobre cómo la afectó el papel, y la fama asociada con él. “Así que los roles posteriores fueron sobre tratar de salir de eso”. Keira Knightley recordó que se sintió “como si estuviera enjaulada en algo que no entendía” cuando saltó a la fama.
La británica describió los años posteriores al lanzamiento de Pirates del Caribe como “una ventana de cinco años muy complicada”. Ese período de tiempo incluyó Realmente amor (2003), una nominación al Óscar en 2006 por su papel protagónico en Orgullo y prejuicio, y otras tres películas de la saga de altamar de Disney.
“Fui increíblemente dura conmigo mismo. Nunca fui lo suficientemente buena. Estaba absolutamente decidida. Era tan ambiciosa. Estaba tan motivada”, dijo Knightley. “Siempre estaba tratando de mejorar y mejorar, lo cual es una forma agotadora de vivir tu vida”.
Ahora, con el recuerdo de la fama desenfrenada a su espalda y considerada una joven veterana de Hollywood que acepta cada vez menos papeles, Knightley identificó el “agotamiento” como un efecto secundario de la intensidad con la que abordó los inicios de su carrera.
“Estoy asombrada de mi yo de 22 años, porque me gustaría un poco más de ella ahorita. Y es solo al no ser así por más tiempo que me doy cuenta de lo extraordinario que fue. Pero tiene un costo”, reflexionó la actriz, quien este 17 de marzo estrenará de forma limitada en cines de Estados Unidos y en streaming su nueva película, El estrangulador de Boston, donde da vida a una aguerrida periodista.