Este será el reencuentro esperado de dos de las leyendas de Hollywood.
A más de 6 años desde que compartieron set, Carrie Coon y Shea Whigham se enlistan para presentar su nueva cinta en la que vuelven a trabajar juntos.
Aunque no pareciera que es así, en Hollywood muchas veces es más complicado de lo que parece el volver a ver a dos estrellas trabajar juntos en un mismo proyecto. La vocación actoral de los talentos internacionales y las oportunidades que surgen a lo largo de su carrera sencillamente dificultan las posibilidades de que dos o tres estrellas vuelvan a compartir cámara en una misma escena, ya sea en televisión o en el cine. Y ese es el caso de Carrie Coon y Shea Whigham, nuestros dos actores de Fargo que, en 2017, interpretaron a Gloria Burgle y el jefe de policía Moe Dammick.
Aunque por muchos años los fans esperaron su regreso para verlos juntos nuevamente en algún proyecto, será por fin en su nueva cinta, Lake George, donde volverán a unir fuerzas como protagonistas.
¿De qué trata su nueva película?
Lake George, que se estrenó el día de ayer en el Festival de Tribeca 2024, sigue la historia de Don (Whigham), un delincuente de guante blanco que acaba de cumplir una condena de 10 años de prisión. Cuando el hombre va a cobrar una deuda del mafioso Armen, quien tuvo algo que ver con su caída, se ve obligado a matar a Phyllis (Coon), la novia y socia criminal de Armen.
Tras no ser capaz de apretar el gatillo, Phyllis le ofrece la oportunidad de vengarse de su esposo y ambos forman una alianza en la que, mientras intentan acabar con su vínculo en común, intentan encontrar el equilibrio entre la venganza y la redención.
La cinta es una comedia negra independiente con tintes de thriller que contó con la dirección y escritura de Jeffrey Reiner, quien, además de dirigir proyectos como Away o Dirty John en el pasado, formó parte de la dirección de la segunda temporada de Fargo.
¿Cómo fue su reencuentro?
En entrevista exclusiva con The Hollywood Reporter, Coon y Whigham se sentaron para platicar de su nuevo estreno y contaron todos los detalles sobre cómo fue volver a trabajar juntos en un nuevo proyecto.
El también protagonista de Misión imposible 7 declaró que, si bien no habían tenido la oportunidad de trabajar juntos nuevamente, durante los últimos años se ha encargado de impulsar su reencuentro cada vez que tiene la oportunidad.
Al momento de formar parte de la preproducción de sus nuevos proyectos el actor estadounidense suele arrojar el nombre de Carrie para los papeles de calidad en los que sabe que sería idónea, sin embargo, en esta ocasión no tuvo que llegar a eso, ya que el director de la cinta ya tenía en mente a la estrella de Ghostbusters: Apocalipsis fantasma para liderar el proyecto.
“Cuando Jeffrey [Reiner] y yo estábamos sentados juntos un día, me dijo: ‘Quiero a esta actriz en la que he estado pensando mientras escribía’. Y yo le dije: ‘Bien, ¿quién?’. Y él dijo: ‘Carrie Coon’. Y yo dije: ‘Bueno, va a ser difícil ir a buscarla. Está ocupada’, pero ella lo leyó, y creo que dijo que sí horas después”, contó Whigham.
Por su parte, como lo contó Coon, aunque suele ser más selectiva en los proyectos que llega a sumar a su historial, también quiso volver a trabajar junto a Whigham desde el 2017 y fue en Lake George que vio el momento ideal para que ambos pudieran relucir como nunca en la gran pantalla:
“Estaba checando otro proyecto potencial, y tuve que responder a ese muy rápidamente. Y entonces Shea me dijo: ‘¿Qué te parece trabajar durante esta huelga?’. Y yo dije: ‘Bueno, si tienen el acuerdo provisional …’ Así que me envió el guión, lo leí, y luego empezamos a hablar de logística. Por supuesto, siempre es complicado cuando tienes una familia y todas esas cosas. Pero me encantó que funcionara, porque Shea y yo no habíamos trabajado juntos desde Fargo, que es algo bastante criminal ¡Shea está en todo!”
De acuerdo con ambos actores, aunque recientemente participaron en películas de talla mundial junto a talentos como Tom Cruise o Paul Rudd, la cinta de Reiner fue el proyecto ideal para reencontrarse no solo por la gran calidad de la historia, sino por el desenvolvimiento de la producción que, al ser de un presupuesto independiente, necesitó de mayor precisión y premura para consolidar cada escena. Fue un reto total para ambos que, de alguna manera, les refrescó su dinámica frente a la cámara:
“[En proyectos chicos] Trabajas todos los días, y trabajas muy duro y muy rápido. Y nunca consigues todo lo que quieres, lo que en realidad es su propio ejercicio. Nunca había visto esas partes de California. Nunca había hecho una road movie así, especialmente en cuestión de 21 días. (…) Estas pequeñas películas son las mejores. Trabajas con un equipo pequeño y tienes que ser muy móvil. Cambiamos de lugar todo el tiempo, y son las más divertidas. Se sienten como los viejos tiempos.”
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