Por fortuna, hubo una luz al final del túnel.
Hoy, la carrera de Giancarlo Esposito es de las más prolíficas del cine y la televisión. El actor –quien ha aparecido en cintas como Maze Runner: Prueba de fuego (2015) y Money Monster (2016)– es aclamado por el público y la crítica por el compromiso que les pone a sus roles, que en su mayoría consisten en interpretar a personajes misteriosos. Sin embargo, no todo fue siempre miel sobre hojuelas para el histrión, quien batalló por encontrar su camino en Hollywood en medio de problemas económicos.
La tensa situación de Giancarlo Esposito
Como lo mencionamos arriba, el intérprete ha recibido muchos reconocimientos por la forma en la que actúa, aunque en el periodo inicial de su carrera no muchas personas se daban cuenta de su talento, por lo que no le daban muchos papeles. Estaba, pues, en bancarrota. Así lo narró durante una aparición en el podcast Jim & Sam, de SiriusXM.
Cuando los locutores le preguntaron cómo pensaba salir adelante estando sin dinero, Esposito confirmó que, en su peor momento, pensó en un terrible plan. Esto fue lo que dijo:
“Lo primero que me hizo pensar que había una salida, fue el padre de mi esposa – Dios lo tenga en su gloria–, Pops McManigal. Él estaba en seguros. Así que le pregunté [a mi exmujer], empecé a husmear: ‘¿Por cuánto estoy asegurado?’. Y entonces ella me lo dijo. Mi salida en mi cerebro fue, decirle: ‘Oye, ¿tienes seguro de vida, si alguien se suicida, se quedan con el pan?’. Y mi mujer me dijo: ‘Bueno, eso es un poco complicado’”.
Así, el creativo confirmó al aire que hubo un punto de su vida en el que pensó en quitarse la vida, todo para poder mantener a su familia. De hecho, una vez que tuvo la idea, “comenzó a hacer planes”. Quería cobrar ese dinero:
“Si consiguiera que alguien me liquidara, muerte por desgracia, cobraría el seguro. Tenía cuatro hijos. Quería que tuvieran una vida. Fue un momento muy duro. Pensé literalmente en la autoaniquilación para que pudieran sobrevivir. Así de bajo estaba”.
Afortunadamente, antes de que hiciera algo impensable, llegó a su vida un proyecto que lo salvó: se trata de la serie Breaking Bad, en la que interpretó al personaje de Gus Fring.
Por su participación en algunos episodios, fue bastante aclamado, pero, además, recibió una muy buena suma de dinero. Eso, aunado al apoyo de su familia, fue lo que lo motivó a seguir adelante. Esto dijo:
“Empecé a pensar: ‘Eso no es viable porque el dolor que les causaría sería de por vida, y un trauma de por vida sólo extendería el trauma generacional del que estoy tratando de alejarme’. La luz al final del túnel fue Breaking Bad. Tuve algunas cosas pequeñas antes para empezar a recuperarme, pero Breaking Bad fue la luz”.
Actualmente, podemos ver a Giancarlo Esposito en Abigail, que ya está disponible en las salas de Cinépolis.
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