¡Este es el legado del actor!
Paul Rudd puede verse tan joven como hace 20 años, pero lo cierto es que ya lleva toda una vida en el cine. Comedia, drama, romance, y claro, películas de superhéroes, la estrella estadounidense ya hizo de todo. Su versatilidad e innegable carisma lo pusieron en varios de los filmes más icónicos de la gran pantalla, y en otros poco conocidos. Es por eso que, haciendo un repaso por su carrera, te compartimos cuáles son las mejores películas del actor.
Ant-Man (2015)

Sí, lo sabemos: poner Ant-Man en la cima puede parecer predecible, pero no se trata solo de los efectos visuales o de la conexión con el universo Marvel. Lo que hizo Rudd en esta película fue traer un nuevo tipo de superhéroe: uno con humor, humanidad y fallas reales.
Scott Lang, su personaje, no es un millonario ni un dios del trueno; es un exconvicto que solo quiere hacer las cosas bien por su hija. Ese enfoque más íntimo y emocional convirtió a Ant-Man en un respiro dentro de las cintas de superhéroes. Y eso, en gran medida, hizo que el actor conquistara el corazón de todo el mundo.
Las ventajas de ser invisible (2012)

No es el protagonista ni mucho menos, pero es inevitable hablar de una de las peliculas más profundas en la carrera de Paul. En esta adaptación de la novela de Stephen Chbosky, interpretó a Bill, el profesor que fungió como una figura clave en la historia de Charlie, un joven buscando su camino en el lugar más peligroso del mundo: la preparatoria.
A pesar de su papel secundario, Rudd aporta una ternura y una sabiduría silenciosa que convierten cada una de sus escenas en momentos memorables. Una faceta más seria y conmovedora para una historia tan emotiva como real.
Nuestro hermano idiota (2011)

Rudd interpreta a Ned, un tipo excesivamente optimista y honesto que pone de cabeza la vida de sus tres hermanas. Esta comedia dramática es un ejemplo perfecto de cómo Rudd puede convertir lo que en otro actor sería una caricatura, en un personaje creíble, entrañable y hasta inspirador.
La película aborda temas como la familia, la confianza y la autenticidad con un tono ligero pero inteligente. Rudd brilla aquí sin necesidad de efectos especiales, solo necesita de su presencia y una barba bastante convincente.
El objeto de mi afecto (1998)

Una de las clásicas e inusuales historias de amor de Paul Rudd ¿te imaginas iniciar un romance con tu mejor amiga? Pues, esta llegó a otro nivel. En especial, gracias a su química con Jennifer Aniston.
En ella seguimos a George, un maestro gay que se muda con su mejor amiga para evitar que su novio se le declare. Lo que empieza como una convivencia ideal se complica cuando ella se enamora de él. La amistad y los límites del amor se verán a todo color en un enredo tan divertido como raro. Por su parte, Paul muestra uno de sus lados más vulnerables y pasionales hasta la fecha.
Virgen a los 40 (2005)

Puede que solo pienses en Steve Carell cuando te hablan de Virgen a los 40, pero esta comedia de Judd Apatow lanzó a muchos más actores al estrellato. Y claro, Rudd brilló como uno de los mejores amigos del protagonista.
Su personaje es el típico amigo que quiere ayudarte, pero termina empeorándolo todo con sus consejos fuera de lugar. En una historia en la que un hombre hace de todo por conocer el mundo y perder su virginidad, su dinámica es tan cómica como vital para expandir este viaje entrañable.
Te amo, hermano (2009)

¿Quién dijo que las romcoms solo pueden ser de novio y novia? Paul Rudd superó los clichés del cine cuando trajo una de las historias de cariño y amistad más divertidas del cine. Junto a Jason Segel, el actor contó la historia de cómo una amistad entre hombres puede durar para toda la vida.
En esta historia seguimos a Peter, un tipo que está a punto de casarse y, antes de llegar al altar, se da cuenta de que no tiene ningún amigo hombre , por lo que hará de todo para conseguir a su best man. Es divertida, emocional y sincera. Y sí, Rudd se roba la película con una interpretación vulnerable y torpe que es, sencillamente, adorable.
La muerte de un unicornio (2024)

Su más reciente trabajo, La muerte de un unicornio, es probablemente su proyecto más surrealista hasta la fecha. Junto a Jenna Ortega, Rudd se mete de lleno en una sátira oscura que mezcla elementos de ciencia ficción, crítica ambiental y humor negro.
Aquí interpreta a un empresario con intereses dudosos que se ve envuelto en un accidente absurdo con consecuencias impensables. La película no es para todos los paladares, pero demuestra que Rudd no teme arriesgarse con proyectos retorcidos y provocadores. Una de esas cintas que se convierten en culto sin pedir permiso.
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