La subasta de un Óscar de Orson Welles por su película El ciudadano Kane está causando un breve escándalo dentro de la industria.
Heritage Auctions vendió recientemente el Óscar de reemplazo que ganó Orson Welles por escribir su mítico filme de 1941, El ciudadano Kane. Sin embargo, es posible que la venta no haya sido del todo legal. Al menos eso es lo que explica Deadline en un largo artículo publicado este fin de semana.
La subasta de Hollywood Entertainment contó con una serie de artículos de Welles, entre ellos la dichosa estatuilla de reemplazo. Informes aseguran que se vendió a un comprador no identificado por $645 mil dólares, después de una oferta inicial de $250 mil.
El problema es que que la venta no haya sido legal debido a una estipulación en un comunicado firmado por la hija de Welles, Beatrice. La estatuilla que se vendió no era la original que ganó Welles, sino una de reemplazo que Beatrice solicitó en 1988, tres años después de que Orson muriera en 1985 a los 70 años.
Beatrice solicitó un reemplazo a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, ya que la familia no pudo encontrar el Óscar original entre sus pertenencias cuando falleció. La Academia aceptó y envió una estatua de reemplazo, pero vino con una estipulación muy clara en un comunicado oficial.
El comunicado decía que la estatuilla no podía venderse a menos que primero se ofreciera a la Academia por el precio de solo un dólar. Este era el acuerdo estándar que la Academia tenía vigente desde 1950, con muchos otros premios Óscar ganados antes de ser vendidos o subastados.
La historia del Óscar de Orson Welles es más complicada
La historia se complica más desde que, en 1994, el Óscar “perdido” que ganó Orson Welles fue puesto a subasta en Sotheby’s de Londres. La estatuilla estaba vinculada a Gary Graver, un director de fotografía que estaba trabajando en la película inacabada de 1974 de Welles, El otro lado del viento.
Graver afirmó que Orson Welles le dio su Óscar como compensación por trabajar en el proyecto, que sufría por problemas financieros. El cinefotógrafo luego vendió la estatuilla por $50 mil dólares a una compañía no identificada. Y después esta lo colocó en la subasta de Sotheby’s con una reserva de $250 mil.
Cuando Sotheby’s notificó a Beatrice para verificar que el Óscar era auténtico, ella demandó. Un tribunal dictaminó que el premio no se entregó como “pago” y le devolvió la estatua original. Incluso ella trató de vender el original en 2003, ya que la Academia le había prohibido vender el reemplazo como parte de su acuerdo de 1988.
La Academia intervino y trató de evitar que vendiera el Óscar original, aunque un juez falló a favor de Beatrice y le permitió venderlo por una cantidad no especificada. Ese comprador desconocido trató durante años de deshacerse de él sin éxito hasta 2011, cuando se subastó de nuevo por $871,542 dólares.
Ahora, si el Óscar de reemplazo provino de Beatrice, la pregunta es por qué no lo incluiría en el patrimonio de Welles como con los otros artículos. Según Deadline, es posible que Beatrice haya vendido o dado el galardón de forma privada a otra persona, fuera del circuito de subastas. Y ahí es donde la Academia podría saltar, y con justa razón. De hecho, ya comenzó una investigación… Veremos en qué acaba todo este chisme.