El popular cineasta compartió lecciones desde una galaxia, muy, muy lejana.
El mítico cineasta George Lucas nos regaló uno de los momentos más inolvidables de la 77ª edición del Festival de Cannes, en el que apareció este viernes para ofrecer un Master Class que es la antesala de la Palma de Oro honoraria que recibirá este sábado durante la ceremonia de clausura del certamen galo.
El realizador de 80 años fue recibido por una sonora ovación cuando apareció sobre el escenario teatro Claude Debussy, que desde el primer minuto se rindió ante uno de los creadores más importantes que ha tenido el cine, quien repasó su trayectoria fílmica aderezándola con anécdotas que emocionaron a la audiencia.
“He vuelto a Cannes muchas veces, con Indiana Jones o Star Wars, aunque no hago el tipo de películas que ganan premios”, pronunció el originario de Modesto, California, cuya primera película, THX 1138, se proyectó en 1971 en la sección “La Quincena de los Realizadores”, en donde, por cierto, se programó una conferencia de prensa a la que nunca asistió porque nadie le avisó del encuentro con los medios.
Aunque como era de esperarse, la conversación fue dominada por “La guerra de las galaxias”, la franquicia más célebre en la historia del cine que le ganó a Lucas un lugar en la historia de la cultura pop.
“El estudio (20th Century Fox) no tenía fe en la película. Pensaban que no iba a funcionar, y cuando se la enseñé terminada dijeron que la odiaban, que era una película estúpida y que no la querían. Hasta intentaron venderla, pero al final no lo hicieron”.
“Eso sí, la estrenamos en muy pocos cines, en 32 salas, pero el éxito que tuvo hizo que llegáramos a más de mil, algo inaudito en aquel momento. El resto es historia”, recordó el cineasta, quien hace 25 años se puso nuevamente al frente de la saga para rodar tres precuelas, La amenaza fantasma (1999), El ataque de los clones (2002) y La venganza de los Sith (2005).
“Cuando rodé las precuelas de la saga, recibí muchos reclamos porque todos esperaban una película de aventuras para adultos, pero Star Wars es y siempre ha sido una película para niños. Siempre fue pensada de esa manera, para los niños durante la Guerra de Vietnam. En aquel momento todos estábamos a punto de ser reclutados y la gente regresaba en ataúdes”.
“Estábamos saliendo a la calle por los derechos civiles y viviendo momentos muy oscuros, y pensé que quería hacer algo muy poderoso para los niños. Dije: quiero hacer una película para niños de 12 años que están pasando por la pubertad y que no saben lo que están haciendo y por qué están aquí y haciéndose muchas preguntas”, afirmó el realizador provocando los aplausos de los poco más de mil afortunados que presenciaron el histórico Master Class en Cannes.
Lucas negó los señalamientos de racismo o machismo que ha recibido la película a lo largo de los años, e incluso aseguró que los únicos discriminados han sido los robots y que tanto la princesa Leia como la reina Amidala “eran las líderes de la rebelión y es en su cerebro y su capacidad logística donde reside su heroísmo”.
Lucas, quien en varias ocasiones perdió el hilo de la conversación, también habló de las razones que le llevaron a vender su compañía Lucasfilm a Disney por 4 mil millones de dólares:
“Cuando vendí la compañía en 2012 fue también una decepción. Pero acababa de tener un hijo y sabía que me llevaría otros 10 años hacer una nueva película”.
“Pensé que ya tenía 69 años, no podría hacerlo, y era el momento de que otros lo hicieran. Incluso aunque me quedé como consultor y consejero, nadie entiende la fuerza: muchas ideas se perdieron, pero es lo que pasa cuando lo dejas ir, si renuncias a ello, renuncias a ello”, aceptó con sensatez.
Y para los jóvenes cineastas soltó un par de consejos:
“Soy un firme creyente de que el sonido es la mitad de la película. Y es, además, la parte menos cara pues tienes el 50% del resultado por el 25% del costo. Pero no se emplea tiempo suficiente. El sonido es la salsa secreta del cine”.
“Cuando éramos jóvenes, Steven (Spielberg), Francis (Ford Coppola) y Marty (Scorsese) no estábamos realmente interesados en ganar dinero. Estábamos interesados en hacer películas”.
“Esa fue la gran diferencia. No se entraba en la industria del cine si no tenías un pariente o conocías a alguien, así que ninguno de nosotros pensó realmente que íbamos a poder dedicarnos al cine. Queríamos hacer cine, aunque fueran cortos en la escuela”, pronunció Lucas.
¿Consideras que la independencia creativa es el mayor éxito de tu carrera?, le preguntó el moderador francés.
“Soy un tipo terco. No quería que la gente me dijera cómo tenía qué hacer mis películas. Es así de fácil. Defiendo que el director o guionista haga la película que quiera. He peleado años y años por cada película, porque me apasionan las películas. No me importa lo que digan los contratos, me interesa pensar en la película que haremos”, concluyó el cineasta que, a pesar de nunca haber ganado un premio Oscar se ha convertido en uno de los personajes más importantes de la historia del cine.
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