Sam Worthington se quedó con las ganas de protagonizar Casino Royale, pero poco tiempo después se hizo con el papel estelar de Avatar.
¿Recuerdan cuando Sam Worthington parecía destinado a convertirse en la gran estrella de su tiempo? Hablamos de un actor cuyo nombre aparecía en todos lados: Avatar, Terminator, Furia de titanes… Pero antes de que su popularidad se disparara, potenciada a lo más alto por su rol estelar en la odisea espacial de James Cameron, hubo una franquicia de la que no pudo adueñarse: James Bond.
El australiano fue uno de los muchos actores que audicionaron para hacerse con el rol de 007 tras la partida de Pierce Brosnan. Su casting, sin embargo, no fue el más afortunado. Así lo reveló en entrevista:
“Hice la audición con Martin Campbell, quien terminó dirigiendo Casino Royale. Entras, ahí está la chica en la cama, intentas conquistarla. Podría atrapar al asesino de Bond. Simplemente no tuve el encanto. No pude cautivarla. El traje no encajaba, hombre”.
Otro de los problemas para Sam Worthington estuvo en el modo de hablar, que es uno de los elementos más icónicos del agente británico por excelencia.
“Traté de hacer un acento británico. Les dije que quería usar el esmoquin blanco como Roger Moore. Quería traer chacos de kung fu, y me miraron como si estuviera loco”.
Sobre el acento, el actor enfatizó que “me dije: ‘si hago [acento] australiano, seré el próximo George Lazenby’. Solo hizo una [película, On Her Majesty’s Secret Service de 1969], y yo no quería ser así. Así que probé el británico. Fue horrible. Sonaba como Dick Van Dyke de Mary Poppins. Recuerdo que Martin dijo: ‘Solo haz tu voz normal, todo está bien, hombre’.”
La historia terminó bien para todas las partes. El rol de James Bond fue para Daniel Craig quien nos ofreció una de las mejores encarnaciones de 007; Sam Worthington protagonizó Avatar que no tardó en convertirse en la película más taquillera de la historia. Y aunque es un hecho que la popularidad del actor se difuminó con el tiempo, el estreno de las secuelas na’vi podría contribuir a su resurgimiento.
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