En una charla para Cannes, Quentin Tarantino habló de nuevo sobre su relación con la violencia en el cine y sus límites con ella.
Aunque aparentemente no esté haciendo activamente una película, Quentin Tarantino siempre está pensando en el cine. Desayuna, come y cena cine. Pero sobre todo, a Tarantino le encanta hablar de cine y de violencia. Y así lo comprobó en la más reciente charla magistral que tuvo en Cannes.
En una conversación de una hora como parte de las actividades extras del Festival de Cine de Cannes, la cual finalmente está disponible en línea, Tarantino abordó varios temas. Habló de su nuevo libro, “Cinema Speculation”, de su décima película, The Movie Critic y desmenuzó varios de sus filmes favoritos.
En especial, Tarantino discutió el lugar de la violencia en sus propias películas y en clásicos como Rolling Thunder, de John Flynn, y Taxi Driver, de Martin Scorsese. Según explicó, su madre le dijo una vez que todos podemos soportar imágenes de violencia si se nos proporciona antes un contexto.
Aún así, por mucho que el cineasta ame las películas violentas, ha tenido que marcar ciertas líneas morales. Conocido por lo explícito de sus secuencias, en cintas como Kill Bill, Tiempos violentos, Death Proof y Bastardos sin gloria, Tarantino hay algo que nunca ha hecho: matar a un animal en pantalla. Él lo explica:
“Tengo una gran obsesión por jamás matar animales en las películas. Ese es un puente que no puedo cruzar. Insectos también. A menos que esté pagando para ver algún documental bizarro, no estoy pagando para ver la muerte real. Parte de por qué el cine funciona, es que todo solo es una fantasía.
“Es por eso que puedo soportar las escenas violentas, porque todos estamos jugando y pretendiendo. Pero a algún animal, algún perro, alguna llama, alguna mosca, alguna rata, no le importa un carajo tu película. Mataría un millón de ratas, pero no necesariamente quiero matar una en una película o ver una muerta.
“No estoy pagando por ver una muerte real. Y casi siempre, no es solo la violencia con lo que tengo un problema. Por lo general, hay un factor de incompetencia allí por parte de los cineastas”.
La venganza: otra de las obsesiones de Tarantino
En muchas de sus películas, Tarantino tiende a reescribir la historia armando a personajes marginados con una venganza violenta. Esto es evidente en Bastardos sin gloria, Django sin cadenas y Había una vez en Hollywood. A veces, Tarantino lo hizo intencionalmente, otras veces, sucedió por casualidad.
“Kurosawa haría esto mucho. Se arrinconaba a sí mismo en sus historia y les decía a sus escritores que lo sacaran. Al escribir Bastardos sin gloria no planeé terminar con la muerte de los nazis. Me encontré en un rincón y dije: ‘¿Ahora qué hago?’. Entonces, de repente, se me ocurrió la idea: ‘Simplemente mátalos… Pero espera, ¿puedo hacer eso? Bueno, sí, es mi historia'”.
“Pero en el caso de Había una vez en Hollywood, la escribí de esa manera (con una larga ‘venganza’ final) para salvar a Sharon Tate y matar a esos hijos de puta”, añadió el realizador. La secuencia en cuestión muestra a “La Familia” de Charles Manson, quienes asesinaron en la vida real a Tate y otras personas, recibiendo su merecido por parte de los personajes de Brad Pitt y Leonardo DiCaprio.
Y aunque a Tarantino le encante hablar de cine, hay otra línea que jamás cruzará: revelar los secretos de sus próximos proyectos. Y es que durante la charla en Cannes, el ganador del Óscar se rehusó a profundizar en la que será, supuestamente, la última película de su carrera, The Movie Critic.
“Esa es una larga historia, no puedo contarles sobre ella hasta que vean la película. Estoy tentado de decirles algunos de los monólogos de los personajes en este momento, pero no lo haré. Tal vez si hubiera menos cámaras de video. Solo tienes que esperar y verla”.