Prepárate para una nueva y terrorífica experiencia.
Una de las películas de horror más esperadas del año está por llegar a las pantallas de Cinépolis. En preparación, te platicamos por qué no te puedes perder esta producción en la que Sydney Sweeney se pone los hábitos y nos hace vivir nuestros miedos más profundos.
La mismísima #SydneySweeney tiene algunos secretos para ti. 🤫 Mira lo que me platicó sobre el rodaje de #Inmaculada aquí. 🤩✨👌 pic.twitter.com/hXXSAY6MAY
— Cinépolis (@Cinepolis) May 23, 2024
A continuación, te damos varias razones para ver Inmaculada, cinta que, sin duda, dará de qué hablar y nos mantendrá al filo del asiento.
El tema que invita a la reflexión
Como se anuncia desde los materiales promocionales, uno de los principales enfoques de la película es el hecho de que su protagonista, la Hermana Cecilia, una novicia, queda embarazada sin explicación aparente. Como un milagro. Con esto como base, y a través de varios giros que no revelaremos, se explora cómo, muchas veces, las instituciones u otras figuras de autoridad intentan ejercer control sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres a través de dinámicas machistas. Sin embargo, el hecho de que esto se aborde desde la perspectiva del horror y con directas alusiones al catolicismo es algo que no gustó a muchos grupos religiosos, cosa que la cinta usó a su favor en su mercadotecnia.
Lo cierto es que la película sabe muy bien hacia dónde apuntar sus críticas sociales, y cómo insertarlas en un contexto espeluznante. En el corto periodo de tiempo que dura el metraje, todo se aborda de manera muy clara.
La dirección de Michael Mohan
Otra de las razones para ver Inmaculada es la forma en que su director logra crear una inquietante atmósfera de horror, a pesar de que esta es su primera incursión en el género. La cinta está situada en un convento de la campiña italiana donde comienzan a pasar cosas muy extrañas, y aunque esto es algo que ya hemos visto antes, lo cierto es que nunca había sido con una energía tan frenética como la que propone este filme. Algo interesante es que Sweeney ya había trabajado con Mohan en dos proyectos antes de este, así que, como es la productora, ella misma lo seleccionó para la tarea.
Esta selección rindió frutos, ya que el realizador definitivamente sabe cómo darle frescura a algo que se pudo haber sentido obsoleto. Se trata de una propuesta valiente, en la que los escenarios góticos acentúan la inquietud que se crea con la exploración de lo psicológico.
Inquietantes imágenes
Hay muchas películas de horror que se recargan en sus imágenes perturbadoras para sorprender al público y no ofrecer nada más de fondo. Este no es el caso. Vamos, claro que se muestran imágenes perturbadoras, sobre todo en las escenas en las que se requiere que los espectadores tengan la adrenalina a tope. No obstante, aquí el gore está ligado a lo que se nos quiere contar. Esto es algo que siempre está presente en la cinta.
Y vaya que hay sangre. Esta, sobre todo, comienza a aparecer en las escenas en las que los giros de tuerca hacen lo suyo y nos hacen saltar del asiento. Son fotogramas potentes que difícilmente se olvidan.
Música hipnotizante
Antes de ahondar en este punto, es importante mencionar que, durante la cinta, en ningún momento se nos dice en qué periodo de tiempo nos encontramos. Por eso, en la producción podemos escuchar la etérea banda sonora compuesta por Will Bates, que combina melodías orquestales con abstractos sonidos y ritmos electrónicos. Es por esto que, en gran parte, parece que estamos viendo una película ochentera o noventera.
La forma sutil en la que estas melodías y ritmos toman el control de la narrativa en las escenas con más drama es totalmente impredecible, y sin duda ese elemento “futurista” o “moderno” impacta.
Grandiosas actuaciones
Esta es otra de las razones para ver Inmaculada. Tanto Sidney Sweeney como Álvaro Morte se entregan completamente a sus roles, haciendo que la experiencia de visionado sea mucho más completa.
Como la Hermana Ceciliia, Sweeney se planta frente a la cámara con muchísima seguridad para un protagónico sumamente demandante, que se desenvuelve de manera lenta frente a nuestros ojos, pero cuya incertidumbre psicológica siempre está presente. La actriz en todo momento nos contagia la ansiedad que le supone enfrentarse a lo desconocido. Además, se trata de un rol que también es muy físico y que contiene mucha furia, la cual, en cierto punto, se contagia.
Por su parte, Morte le da a su rol como el Padre Tedeschi tintes clásicos, casi operáticos. Como si estuviera en una intensa película de esas de antaño que tenían que ver con monstruos. Mucho drama y horror.
Ambas son interpretaciones muy disfrutables.
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