¡Conoce el emotivo origen de esta práctica!
Será este noviembre cuando Ridley Scott nos lleve de regreso a la Roma que encantó a muchos a principios del siglo XXI. Con el estreno de Gladiador 2, volveremos a un mundo lleno de grandes escenarios, batallas y tradiciones. En 2000, Russell Crowe se encargó de protagonizar la primera entrega con un Máximo valiente, poderoso, y capaz de todo. Si algo sorprendió del personaje, más allá de su fuerza y agilidad para las batallas, es un dato curioso que, hasta la fecha, llama la atención: antes de cada pelea en Gladiador, Máximo olía la tierra, algo que se convirtió en un signo característico. A continuación, te contamos qué significaba este acto.
En el clásico de Ridley Scott, Máximo es el soporte más leal del emperador Marco Aurelio, que lo ha conducido de victoria en victoria. Sin embargo, Cómodo, el hijo de Marco Aurelio, está celoso del prestigio de Máximo y aún más del amor que su padre siente por él. Cuando Cómodo llega al poder ordena el arresto del general y su asesinato. Máximo escapa de sus asesinos, pero no puede evitar la muerte de su familia. Entonces se convierte en gladiador para llevar a cabo su venganza.
Como buen gladiador, Máximo se enfrentó a más de un poderoso contendiente. Sin embargo, todos sus movimientos iniciaban de la misma forma: se agachaba, recogía un puñado de tierra, la frotaba en sus palmas y la olía. Actualmente, algunos atletas utilizan el magnesio para un mejor desempeño y agarre, sin embargo, las prácticas de Máximo iban más allá. Si recuerdan las primeras escenas de la película, Máximo nos deja saber que fue granjero, y que extraña no sólo a los miembros de su familia, sino también las cosechas. En ese sentido, frotar y oler la tierra era una forma de reconectar con su hogar y la familia que dejó atrás.
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Considerando lo anterior, eso explica por qué Máximo es un guerrero tan fuerte. En sus manos tenía el pasado, restos de su hogar, y pensamientos sobre todo lo que ya no lo acompaña. Hasta antes de ser traicionado, creía que había algún modo de volver a casa, pero con el transcurso de la historia se hace evidente que sólo queda su venganza, y los recuerdos del lugar que alguna vez le dio alegrías.
En entrevista para Variety, cuando la película cumplió 20 años, así se expresó Russell Crowe sobre el paso del tiempo.
“Me senté en el coliseo y la vi. Fue una experiencia extremadamente humillante porque estaba recibiendo mucha atención por esa película. Pero en realidad esa película pertenece al cineasta. Ese es el trabajo del director. Las actuaciones en general, son algo increíbles que Ridley sacó de la gente. Conociendo las dificultades del cine y lo que hizo para poner las cosas en las cámaras de la forma en que lo hizo, es realmente paralizante cuando surge una situación como esa”.
Será el próximo 14 de noviembre cuando Gladiador 2 por fin llegue a las salas de Cinépolis. ¿Veremos en Lucius, el nuevo protagonista, un hábito similar?
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