Desde clásicos antiguos hasta propuestas que deconstruyen el mito del vampiro.
Desde su aparición, los vampiros se han convertido en seres recurrentes dentro del cine de terror. Su necesidad de ingerir sangre los convirtió, de inmediato, en temibles por la amenaza que representaban para la humanidad. A lo largo de su historia, el cine los ha presentado de muchas formas: como seres antiguos, enigmáticos, en forma de niños, o como personajes a la moda y que, además, brillan bajo la luz del sol. No importa qué versión prefieran, siempre habrá una cinta que los presente como más los disfrutan. Ante el estreno de Abigail, la esperada película protagonizada por la mexicana Melissa Barrera, les presentamos una sangrienta selección con las mejores películas de vampiros. ¿Listos para dejarse atrapar por los hijos de la noche?
NOTA: El orden de las películas está dado por su año de estreno
Nosferatu (Dir. F.W. Murnau, 1922)
En 1938, Hutter y Ellen viven felices. Hutter Cuando un agente inmobiliario le pide a Hutter cerrar un trato en Transilvania, este conoce al conde Orlok, un hombre con grandes secretos a sus espaldas, y quien está interesado en Ellen. Si de clásicos hablamos, nada como esta producción que recientemente cumplió un siglo. Con una estética alucinante y un villano estremecedor, esta película aterrorizó al mundo entero e hizo que los vampiros protagonizaran más de una pesadilla. Como dato curioso, su protagonista, Max Schreck, provocó una sensación inquietante entre sus compañeros de elenco. Y todo por su caracterización.
Noche de miedo (Dir. Tom Holland, 1985)
Charley Brewster es un típico joven americano: tiene una vida tranquila, amigos y buena relación con su madre, pero también un vecino sospechoso, Jerry. Convencido de que este es un vampiro, decide buscar la ayuda de un actor y presentador de televisión para salvar a su familia, y su novia, del peligro que representa Jerry. Utilizando una premisa simple (la de los vecinos incómodos), esta película entregó momentos de terror, pero también jugó con la comedia en ciertas escenas. La mezcla de ambos géneros es efectiva, y realmente nos ayuda a empatizar con Charley. Mención especial para el maquillaje usado en la creación de los vampiros, toda una joya de la época.
Los muchachos perdidos (Dir. Joel Schumacher, 1987)
Tras el divorcio de sus padres, dos jóvenes se mudan a un tranquilo pueblo de California. Poco tiempo después e instalarse, son testigos de un rumor que recorre las calles: un pequeño grupo de vampiros se organiza para ir en busca de víctimas. Tras muchos años en los que las películas de vampiros habían perdido su impacto, esta producción revitalizó el género y llevó a cabo varios aciertos: el primero de ellos, situar su trama en una generación que, como sus protagonistas, necesitaba encontrar su lugar en el mundo. Con sólidas escenas de terror, protagonistas divertidos, y un suspenso que pone tenso a cualquiera, es uno de esos títulos indispensables en la mitología vampírica.
Drácula, de Bram Stoker (Dir. Francis Ford Coppola, 1992)
Antes de convertirse en un vampiro, el conde Drácula era el príncipe Vlad que, al enterarse de la muerte de su amada, vendió su alma al diablo. Cuatro siglos más tarde, Jonathan Harker, un joven abogado que viaja a un castillo perdido en el este de Europa, acaba siendo capturado por el conde Drácula. Sin dejar de lado los elementos oscuros, el aclamado director de El padrino le dio un ligero twist al mito del vampiro. Aquí no sólo vemos el lado aterrador, sino también un poco de romance gótico y mucho drama. La película destacó por un creativo diseño de vestuario, un maquillaje impresionante, y su popular elenco, en el que encontramos a Gary Oldman, Winona Ryder, Anthony Hopkins y Keanu Reeves. No es la clásica película de chupasangres, y eso se agradece.
La invención de Cronos (Dir. Guillermo del Toro, 1993)
600 años después de ser creada, una reliquia llega a manos de Jesús, un vendedor de antigüedades que descubre al insecto que hay en su interior. Este pica a Jesús, quien adquiere una gran sed de sangre, pero también jovialidad. Al mismo tiempo, un enfermo de cáncer busca la reliquia para desaparecer sus males. Fiel a su gusto por los monstruos y los miedos del ser humano, Guillermo del Toro sorprendió a muchos con esta película. Mezclando elementos fantásticos y personajes complejos, La invención de Cronos se ha convertido en un título necesario para la carrera del mexicano, y también para ahondar en la mitología de los vampiros (aunque este termino nunca se menciona). Sobra decir que, en manos de su director, es un relato más propositivo de lo que aparenta.
Entrevista con el vampiro (Dir. Neil Jordan, 1994)
El vampiro Lestat tiene una peculiar forma de operar: convierte a sus víctimas en chupasangres. Así ocurrió con Louis de Pointe, quien se encontraba perdido en la tristeza por perder a su hija. 200 años después, Louis decide contar su verdad a un periodista: esta tiene amor, terror, y una irremediable dosis de placer. Simple y sencillamente, una de las películas más importantes en las carreras de Tom Cruise, Brad Pitt y Kirsten Dunst. Gracias a su elegancia, una trama interesante y personajes cautivadores, este relato conquistó al mundo entero y refrescó lo que se contaba de los vampiros. Más allá de ahondar en lo que estos seres hacen, Entrevista con el vampiro es una atinada mezcla de amor, amistad, traición, y un intenso legado de sangre.
Blade (Dir. Stephen Norrington, 1998)
Un hombre mitad mortal y mitad vampiro decide vengar la muerte de su madre e impedir que los vampiros dominen el mundo. Los chupasangres ahora tienen tecnología, y gracias a ella buscan invocar a una deidad maligna que, rápidamente, podría acabar con la raza humana. Claro que el cine de superhéroes no podía dejar de lado a los hijos de la noche, y nadie mejor que Wesley Snipes para darle vida a este hibrido. Más allá de jugar con la ciencia ficción, Blade se convirtió en favorita de muchos por sus impresionantes secuencias de acción y el carisma de su protagonista. ¿Quién diría que un vampiro encargado de cazar vampiros tendría tanto éxito?
Déjame entrar (Dir. Thomas Alfredson, 2008)
Oskar es un niño bueno, pero sufre de burlas y maltrato en su escuela. El edificio donde vive pronto recibe a una niña Eli, quien se convierte en su vecina. Entre ambos surge una noble e inocente amistad, pero pronto comienzan a suceder una serie de misteriosas muertes. Él sospecha que ella es un vampiro, pero pone su amistad por encima de todo. Gracias a sus protagonistas y su compleja relación, este largometraje sueco se convirtió en uno de los mejores de su género. No sólo está bien realizada y resulta aterradora por momentos, sino que también es capaz de conmover con la historia de Oskar y Eli. Resulta extrañamente conmovedor ver cómo, en un contexto lleno de violencia y miedo, dos seres perdidos se encuentran a sí mismos.
Sólo los amantes sobreviven (Dir. Jim Jarmusch, 2013)
Durante varios siglos, el amor entre Adam e Eve ha sido increíblemente fuerte. Ambos son vampiros, y a diferencia de otros, se preocupan por la humanidad. Consciente de lo que esta ha hecho para destruirse a sí misma, Adam poco a poco ve cómo su mundo se desmorona. Gracias a una atinada dirección de Jim Jarmusch, y a las actuaciones de Tom Hiddleston y Tilda Swinton, este largometraje exploró a los vampiros desde otro punto de vista, uno más existencial y contemplativo. Vale la pena destacar que no es una película común, tiene un ritmo más pausado y con diálogos más “nutridos”. Además, cuenta con una estética peculiar, muy ad hoc con las emociones de sus personajes, y que dice mucho en cada cuadro. Como los vampiros, es una obra que evoca a la nostalgia, al paso del tiempo, y a lo que significa la vida o la ausencia de esta.
Lo que hacemos en las sombras (Dirs. Taika Waititi, Jemaine Clement, 2014)
Tres vampiros hacen lo posible por adaptarse a la sociedad moderna, una vida de lo más normal, salvo por el hecho de que son inmortales y tienen que alimentarse de sangre humana. Cuando uno de ellos convierte en vampiro a Nick, los tres deberán enseñarle cómo funciona vivir eternamente. A cambio, ellos aprenderán cosas sobre la vida moderna. Al igual que la cinta anterior, es una trama que le da un giro a las historias de chupasangres. No los santifica, pero sí los hace ver como seres peculiares e interesados por los humanos. Con un director como Taika Waititi, es evidente que la cinta tiene dosis de humor, sobre todo cuando contrasta a las nuevas generaciones con aquellos que sólo contemplaron el paso de los años. Una película divertida, muy entretenida, y que deja ver a los vampiros como algo más.
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