El actor afirma que, si no se dedicara a esto, tal vez no entrenaría tanto.
Como muestra de que ser famoso y tener grandes personajes no es sinónimo de tenerlo todo, Luke Evans recientemente detalló cómo sus inseguridades físicas lo han llevado a tener problemas de ansiedad. El intérprete de Gastón en el live-action de La bella y la bestia podría pasar como un hombre completamente seguro de sí mismo, pero también sufre ante los estándares de la industria y lo que se espera de él.
En el podcast How to Fail, el actor habló sobre el poder que tiene su trabajo respecto a su apariencia física. Participar en títulos como Los tres mosqueteros, Rápidos y furiosos y El hobbit ha requerido que entrene continuamente en el gimnasio. Y aunque muchos lo verían como algo pesado, él entiende que es parte de su trabajo. De cualquier manera, eso no evita que de vez en cuando surjan las inseguridades.
“A veces todavía voy al gimnasio y me siento muy ansioso. Me miro en el espejo y simplemente digo: ‘No te ves lo suficientemente bien’ o ‘Lo estás dejando pasar’. Me miro a la cara… la parte terrible de mi industria es que simplemente estás así. Me recuerda constantemente las décadas de cine que hice cuando no tenía ni una sola arruga en la cara ni una sola barba gris, mientras que ahora toda mi barba ahora es gris”.
Evans, que debutó en las grandes producciones con Furia de titanes (2010), admite que el paso del tiempo le ha generado nuevos temores. Ir a la playa es una de sus actividades favoritas, pero ya no se quita la playera con tanta frecuencia como solía hacerlo. Esto se lo atribuye, en gran medida, a las fotos que diversos paparazzis le han tomado en sus actividades cotidianas. Si bien, hay comentarios muy positivos de sus fans, no todos son empáticos con cómo puede sentirse el actor.
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“Tuve que aprender a ser más amable conmigo mismo, pero tengo una ansiedad terrible por sentirme lo suficientemente bien físicamente. Parte de eso no es del todo malo [porque] te da algo por lo que luchar, pero puede ser abrumador. Estoy seguro de que si no tuviera que ir y quitarme la camiseta en el set de una película de vez en cuando, probablemente lo dejaría pasar. No me importaría tanto, pero es parte de mi trabajo. Me eligen para ciertos roles que requieren cierta cantidad de fuerza física y estética. Ha sido bueno porque probablemente me ha mantenido en el buen camino”, añadió.
Debido a las presiones que ejerce la industria del entretenimiento sobre cómo deben lucir sus actores, Luke Evans también tiene el mal hábito de compararse con otros actores. Incluso lo hace con personas normales que deambulan por la calle (o la playa) sintiéndose completamente orgullosos de su cuerpo. Afortunadamente, esto parece suceder con menos frecuencia. Evans ya trabaja en sus emociones para estar conforme con su físico, y también con lo que se comenta de él.
“No tengo mucha confianza en muchas cosas sobre mí, pero he aprendido a lidiar con eso, no ignorarlo y entender por qué y procesarlo, pero no desaparece”, finalizó.
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