Un relato marcado por traición, locura, y una obsesión que llegó muy lejos.
Ridley Scott volvió a la antigua Roma por todo lo alto. Con Gladiador 2, el director no sólo nos presentó a un nuevo gran héroe (Lucio), sino también a un par de emperadores con personalidad inolvidable: Geta y Caracalla. Los hermanos no sólo dirigieron el destino de Roma, sino que también protagonizaron algunas de las secuencias más memorables en la película. Interpretados por Joseph Quinn y Fred Hachinger, respectivamente, Geta y Caracalla se convirtieron en parte fundamental de la secuela y han inspirado todo tipo de comentarios. Si bien, Gladiador 2 tiene una gran parte de ficción, también hay momentos más cercanos a la realidad de lo que uno espera. ¿Qué tan cierta es la leyenda sobre los dementes emperadores?
En algún momento de la cinta, mientras Lucio y los demás gladiadores se dirigen a Roma, se encuentran con una estatua. El protagonista asegura que es una referencia al origen de Geta y Caracalla. Según se cuenta, la madre de ambos los abandonó, y estos fueron criados por un animal. De esta experiencia se desprende su personalidad, totalmente exacerbada y capaz de todo por mantener el poder.
La historia real de nuestro mundo señala que este par de tiranos gobernó Roma poco tiempo después de la muerte de Cómodo (interpretado por Joaquin Phoenix en la primera cinta). Asumieron el trono cuando su padre, Séptimo Severo murió en el año 209. Este trajo una ligera estabilidad a la nación, pues el deceso de Cómodo dejó como consecuencia que cinco personas reclamaran el título de emperador.
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Caracalla llegó al trono en 198, con apenas 10 años de edad, mientras que Geta lo consiguió hasta 209. Gobernaron juntos durante dos años, en los que hicieron todo lo posible para desestabilizar Roma. Caracalla no era alguien precisamente estable, y tampoco tenía mucho afecto por su hermano: intentó asesinarlo en varias ocasiones.Una noche, Geta escuchó que su hermano aceptaba las conversaciones de paz; este lo invitaba a reunirse en una de las propiedades que poseía su madre, pero fueron sus hombres los que acudieron para asesinar a Geta, quien murió en manos de su madre. Si ya vieron la película, sabrán que esta acción se mantiene, pero es cometida por otro personaje central.
“Fue muy divertido”, dijo Joseph Quinn a Entertainment Weekly. “Y constantemente me sorprendía el importante talento, la valentía y la audacia de Fred (Hachinger). Creo que ambos trabajamos simultáneamente para crear esta dinámica: profundamente codependiente, suspicaz, con derechos y sobrecargada de responsabilidades. – juntos. Intentamos fomentar estas dos energías que de alguna manera se complementaban pero que también parecían diferentes”.
Solo, Caracalla gobernó durante seis años más. Se le conocía por su crueldad y la falta de escrúpulos a la hora de eliminar a cualquiera que le supusiera un rival. Su ambición fue lo que terminó por quitarle la vida, pues se hizo de varios enemigos, entre ellos Macrino, el prefecto del pretorio y antiguo administrador del patrimonio imperial. El 8 de abril de 217, Macrino instigó a un soldado furioso con Caracalla para que lo increpara en uno de sus viajes y terminara con él.
Durante más de un año, Macrino gobernó junto a Diadumenio, su hijo, como coemperador. Buscó paz con los reinos que amenazaban Roma en ese momento, pero esto afectó a los ejércitos, que dependían de la guerra para sobrevivir. Tiempo después fueron capturados, y sería un pariente más joven de Caracalla, Heliogábalo, quien ascendiera al poder.
“Pienso que Geta ciertamente desempeña el papel de un hermano mayor. Y creo que, como se aborda en la película, Caracalla está sufriendo cierta erosión cognitiva en uno de sus lóbulos del cerebro. Eso está afectando su capacidad para ser consciente y comportarse de una manera que le conviene a un joven emperador. Hay muchas serpientes en la hierba para ambos. Son muy jóvenes, y la autoridad sin integridad, como vemos hoy en la política, es una receta muy peligrosa”, añade Quinn.
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Hace algún tiempo, el director Ridley Scott confirmó que Geta y Caracalla son una inversión de la leyenda de Rómulo y Remo, mellizos que Marte, el dios de la guerra, engendtró en Rea Silvia. Tras su nacimiento, los arrojaron al Tíber dentro de una canasta, todo como una forma de salvar su vida.
Cuenta la leyenda que una loba, Luperca, se acercó a beber al río y los recogió para criarlos y amamantarlos en su guarida del Monte Palatino. Posteriormente, un pastor los encontró y llevo consigo para que su esposa los criara. Muchos historiadores afirman que la loba que los amamantó fue su madre adoptiva humana. Los acontecimientos pueden resultar confusos, pues el término “loba”, en latín lupa, también se usaba para referirse a las prostitutas de la época.
Rómulo y Remo, años después, discutieron sobre el lugar en el que fundarían su ciudad. El primero vio doce aves volando sobre el Palatino, y Remo vio seis sobre las colinas. Rómulo trazó un cuadro para delimitar sus tierras, y aseguró que mataría a quien traspasara sus terrenos. Remo lo desobedeció y terminó muerto a manos de su propio hermano, algo similar a lo que sucede con Geta y Caracalla.
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