Literal: ¡es una roca!
Dwayne Johnson es una anomalía dentro de la industria. Hay muchos luchadores convertidos en actores, pero ninguno ha sido tan popular como él. A esto sumemos que su impacto parece aumentar con cada nuevo proyecto y promete alcanzar un pico con el estreno de Black Adam. La adaptación de DC Comics ha sido anhelada por años y aspira a ser una nueva piedra angular dentro de la heroica franquicia. Todo esto respaldado en la naturaleza violenta del antihéroe, pero también en las cualidades del actor.
Sí, Dwayne Johnson luce como una roca inamovible del cine contemporáneo, ¿pero cómo alcanzó este estatus? Te lo contamos a continuación.
Heredero de los grandes
Stallone, Schwarzenegger, Willis y por supuesto Norris. Nadie los pondría en duda como leyendas de la acción, pero de igual modo pocos podrían negar todos enfrentaron síntomas de desgaste en algún punto entre finales de los 90 e inicios de los 2000. El cine requería un nuevo referente de la acción para sucederlos y fue entonces cuando llegó Dwayne Johnson, cuya altura, musculatura y pasado luchador lo convertían en un serio aspirante al puesto. Pero antes debía enfrentar una dura prueba.
La evolución del género
El ascenso como el nuevo gran héroe de acción necesitaba más que grandes músculos, exigía muchísima inteligencia. Esto porque los atentados del 9/11 obligaron a un cambio en el género. Atrás quedaron los one-man army que derrotaban todo tipo de amenazas, muchas de ellas terroristas, sin mayores dificultades. Luego de mucho experimentar, se comprobó que la audiencia no quería guerreros solitarios, sino humanos: con fortalezas y debilidades, y sobre todo con familias y amigos por los que realmente preocuparse. Dwayne Johnson lo entendió y desde entonces ha repetido la fórmula en buena parte de sus películas. En ocasiones, incluso, con simpáticas variantes.
Un poco de humor
Regresamos al punto uno. ¿Recuerdan lo mucho que disfrutaban las audiencias cuando los grandes de la acción incursionaban en la comedia? Dwanye Johnson también ha sabido replicar esta tendencia con éxito. En Entrenando a papá rescató la eterna fórmula usada por grandes como John Wayne y Arnold Schwarzenegger en que los individuos más rudos y fornidos son rebasados por niños. Habría sido fácil seguir la ruta, pero no se quedó ahí. En vez de ello buscó otras opciones innovadoras como Jumamji, donde funge como el poderoso avatar de un frágil adolescente. O Moana y la más reciente DC Liga de Supermascotas donde ha demostrado sus dotes en el trabajo de voz. Tampoco rehuye a la comedia de acción, donde se ha mofado de sí mismo en más de una ocasión, siendo Un espía y medio un buen ejemplo. Esto le ha ayudado a mantenerse presente en el gusto de la gente sin estancarse. Hablando de esto…
Cuidadosa elección de proyectos
Cuando hablamos de una cuidadosa elección de proyectos, casi siempre nos referimos a los actores que apuntan al Oscar. Por eso casi nunca nos paramos a pensar en lo meticuloso que ha sido Dwayne Johnson en la construcción de su carrera. Ya explicamos cómo alterna sus proyectos para mantenerse fresco. A esto sumemos su trato con las franquicias, ya que evita a toda costa estancarse en ellas, algo sumamente inusual en la actualidad. El grueso de sus películas de acción son entregas únicas, aun cuando muchas tendrían potencial para continuar como Rampage; Jumanji y potencialmente Jungle Cruise no aspiran a estrenar nuevas entregas cada dos/tres años, lo que le evita compromisos; en Rápido y furioso se decantó por un rol secundario del que pudo desprenderse sin mayores problemas. Habrá que ver qué sucede con Black Adam que marca su inmersión al cine de superhéroes que tuvo pendiente por tantos años y que, hay que decirlo, es uno de los subgéneros que más compromete a los involucrados. Irónicamente, El rey escorpión tuvo fue determinante para esto al ser un tropiezo tempranero del que seguramente aprendió mucho.
Humildad ante todo
La fama puede ser engañosa. Hay muchos que la alcanzan para luego perderla. Dwayne Johnson es consciente y por eso aprovecha cada oportunidad para agradecer a sus audiencias por haberlo convertido en uno de los actores más populares, taquilleros y rentables de la actualidad. Calificativos que se dicen fácil pero que son muy difíciles de alcanzar y más aún para alguien que debió enfrentar varios estigmas por su ya mencionado historial deportivo. Con dos décadas en lo más alto, hay buenas razones para pensar que tendremos Dwayne Johnson para rato. ¡Y no podríamos estar más felices por ello!
