Una sorpresa muy inesperada para el protagonista de El guardaespaldas.
Kevin Costner, el icónico actor estadounidense que durante los años 80 y 90 se apoderó de la taquilla y los premios gracias a películas El guardaespaldas, Mensaje en una botella y JFK, llegó a Cannes para presentar su más reciente proyecto como director, sin imaginar que recibiría un espontáneo homenaje a su brillante trayectoria.
Después de desfilar por la alfombra roja en compañía de sus cuatro hijos y de los actores de la película Horizon: An American Saga, el ganador de dos premios Oscar a la Mejor película y Mejor dirección por Danza con lobos, fue recibido en el Teatro Lumière con una sonora ovación, que se repitió al finalizar la cita protagonizada por Dale Dickey, Jena Malone, Abbey Lee y Sienna Miller.
“No hay nada como Cannes. Me siento muy afortunado y bendecido por estar aquí con mis hijos, es algo que nunca voy a olvidar”, pronunció conmovido el actor y director, quien se mostró agradecido por haber dedicado su vida al séptimo arte.
“El cine es un negocio muy divertido, estoy muy complacido por haberlo encontrado. Hacer películas no se trata del dinero que ingreses en un fin de semana, sino sobre la vida y lo que puedas compartir”.
“Gracias por darme su valioso tiempo, no había razón para que esto sucediera, así es que para mi es un milagro. Espero que haya valido la pena para ustedes”, expresó Costner al tomar brevemente el micrófono para agradecer los aplausos y la presencia del público.
Después de abandonar la sala y recorrer nuevamente las escalinatas de Cannes, el actor se dio el tiempo para saludar al público de Cannes que los esperó paciente durante horas para pedirle un autógrafo o intentar tomarse una foto con él, un sueño que pudo cumplirle a un puñado de ellos.
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