¡La lamparita de Pixar es un símbolo de nostalgia y emociones a flor de piel! Pero, ¿por qué siempre nos hacen llorar?
A propósito del estreno de Elementos, todas las películas de Pixar tienen… EL MOMENTO PIXAR. O sea, cuando empezamos a llorar sin control. Pero, ¿cómo le hacen? Tenemos una teoría.
Desde psicólogos hasta cineastas, han tratado de explicar por qué es casi inevitable que una película de Pixar nos ponga, por lo menos, al borde de las lágrimas. Y según los expertos, esto se debe a algunos puntos en los que Pixar siempre es muy preciso y nunca le falla.
Primero, tenemos la estructura de la historia. Pixar siempre prefiere lo simple: inicio, desarrollo y final. Pero su ingrediente secreto es a lo que ellos llaman “golpe en la historia”. O sea, cuando sucede algo impactante que, si bien no va a tener un desarrollo en la trama, nos da bases emocionales para engancharnos con fuerza a los personajes.
Por ejemplo, en Buscando a Nemo, uno de los “golpes en la historia” ocurre al inicio, con el ataque en la anémona donde, con la tragedia, de inmediato empatizamos con el dolor de Marlin y hace que nos importe el resto de la película.
Luego tenemos los flashbacks. Con ellos, Pixar logra una inesperada conexión emocional con algún personaje, dándole contexto a sus acciones y nos hace decir “con razón”, mientras soltamos la lágrima.
Esto puede ser al principio, como el desgarrador montaje de Up, donde nos identificamos con Carl al perder al ser amado; a la mitad, como lo vimos en Toy Story 2 con Jessie y la canción Cuando alguien me amaba, que nos conecta con el miedo al abandono. O al final, como en Ratatouille, cuando gracias al insoportable Anton Ego, descubrimos que debajo de la amargura todos tenemos a un niño que extraña a su mamá.
Con Pixar no todo entra por los ojos, y la música y el sonido son clave. El truco que usan es crear melodías rápidamente identificables, o leitmotifs, oh la la, para anclarlos a momentos específicos. Por ejemplo, en Monsters Inc. El compositor Randy Newman crea una melodía que presentará con algunas variantes en varios puntos de la trama, pero los de peso son tres.
Cuando Sully conoce a Boo, escuchamos una dulce melodía, que nos ancla con emociones cálidas. Más adelante, el tema regresa, pero en una escena oscura, donde Sully aterroriza a Boo; el sonido agresivo del rugido contrasta con la dulzura de la música, y nuestras emociones chocan. Y en la resolución, Cuando Sully deja a Boo con un abrazo, la melodía regresa, esta vez para compilar todos los lazos entre ambos personajes, con el aire nostálgico que nos hace saber que es un adiós.
Otro recurso es el héroe imperfecto. Y es que, claro, nadie es perfecto, y por eso podemos conectar fácil y emocionalmente con los personajes de Pixar. Como ejemplo tenemos a Woody y Buzz Lightyear de Toy Story; uno altanero y egoísta, y el otro engreído y terco.
O qué tal Bob de Los Increíbles, aferrado al pasado y a sus viejas glorias. Rayo McQueen de Cars, con sus aires de grandeza. A lo largo de la historia, vemos cómo estos personajes gradualmente se dan cuenta de sus defectos y, cuando logran superarlos y se convierten en una mejor versión de sí mismos, ¡boom! El golpe emocional.
Y la psicología juega un papel importante a la hora de identificarnos con personajes animados. En palabras del director de Toy Story 3, Lee Unkrich, cuando vemos a personajes live-action, vemos la historia de alguien más.
Pero con personajes animados, nuestro cerebro no los procesa como alguien más, por lo que la identificación es universal. Por eso podemos conectar emocionalmente con personajes como Tristeza, de Intensamente, o con los ojos grandes y tiernos de Wall-E.
Y si quieren poner a prueba estos factores con los que Pixar juega con nuestra mente y nuestro corazón, ya viene el estreno de Elementos. Aquí la historia va de una ciudad donde conviven personajes de cada elemento: agua, fuego, tierra y viento.
Los protagonistas son una chica de fuego y un chico de agua, que descubren que tienen mucho en común, pero las reglas dictan que no pueden estar juntos.
El director de esta nueva cinta de Pixar es Peter Sohn, quien ha dicho que Elementos está inspirada en sus experiencias personales, ya que él es un estadounidense de ascendencia surcoreana, y tuvo que crecer afrontando diversos choques culturales, plasmando así su lado humano en la historia de la película. Eso sin mencionar que Pixar tuvo que inventar nueva tecnología para que los personajes transmitieran mucho mejor sus emociones.
Las historias de Pixar nos muestran cómo aprendemos a adaptarnos a las dificultades de la vida, y darnos cuenta de que, al final, todo vale la pena. Nos identificamos con los personajes profundamente y eso es lo que nos hace llorar. Y es que las historias de Pixar se tratan de nosotros.
Podcast
Descarga la app de Cinépolis y consulta la cartelera, horarios, estrenos, preventas y promociones que tenemos para ti.