El talentoso artista tiene a sus espaldas una serie de curiosidades que lo hacen aún más interesante.
Hace algunos años lo vimos en Quisiera ser millonario, después lo vimos como un hombre en busca de su hogar en Un camino a casa… y hoy por fin cumple su sueño de ser director de cine. Luego de una importante trayectoria frente a las cámaras, Dev Patel hoy se enfrenta al reto más importante de su vida, dirigir y estrenar Monkey Man: El despertar de la bestia. Dicha cinta, que surge como una respuesta ante la negativa de la industria a darle protagónicos como héroe de acción, ya se encuentra en salas de cine. Y si te quedaste con ganas de ver más sobre Dev Patel, a continuación, te contamos una serie de datos curiosos que te van a sorprender.
Su ascendencia es una gran mezcla de culturas
Dev Patel nació el 23 de abril de 1990 en London. Es hijo de Hindus Anita y Raju Patel. Ambos vienen de la India, pero fueron criados en Kenia. Siendo adolescentes se trasladaron al Reino Unido, cada uno por separado, y luego el destino se encargó de juntarlos. Ambos criaron a Patel como Hindú, y por ello sabe hablar Gujarati. Durante sus años como estudiante, el ahora director era hiperactivo, y siempre estaba en busca de actividades extra, como las artes marciales.
Estuvo cerca de participar en Star Wars
Luego de que Disney comprara Lucasfilm y se hiciera con los derechos de la franquicia galáctica, el estudio comenzó el desarrollo de la nueva trilogía. Consciente de lo que podría representar en su carrera, Patel hizo audición para estar en El despertar de la Fuerza. Desafortunadamente, los resultados fueron negativos, y nunca se le vio en la película. Algunos especulan que pudo haber interpretado a Finn o Poe, personajes que recayeron en John Boyega y Oscar Isaac, respectivamente.
Su llegada al papel que le cambió la vida
Cuando su madre vio el casting para participar en Skins, un nuevo drama para la televisión británica, lo motivó para participar en él. Luego de hacer la prueba, consiguió el papel de Anwar, y este le cambió la vida. Anwar era un joven paquistaní-británico que constantemente rompía las reglas de su religión: tenía relaciones sexuales sin estar casado, consumía carne de cerdo, bebía alcohol y consumía drogas. La intensidad del personaje le dio fama en todo el mundo, y años después reveló que, entre sus compañeros actores, también se daban intensas fiestas. Para él, dichas experiencias fueron completamente alocadas.
Su preparación para Un camino a casa
En dicha película, un hombre joven debe emprender un emotivo viaje para, como lo dice el título, encontrar el camino de regreso a su hogar. A los 5 años, Saroo se pierde en una estación de tren, pero pronto es adoptado por una familia australiana, que lo cría como un miembro más. Es en su adultez cuando por fin consigue todo lo necesario para volver a casa. Como parte de su trabajo actoral, Dev Patel no sólo trabajó en su acento, también hizo una introspección sobre los momentos más duros de su vida, y entrenó en el gimnasio para conseguir el físico necesario. Su trabajo fue ampliamente reconocido en todo el mundo.
Una relación encantadora
Desde que filmó Hotel Mumbai: El atentado, el actor conoció a Tilda Cobham-Hervey, de quien se enamoró y con quien mantiene una relación desde hace 8 años. Juntos trabajaron en un cortometraje dirigido por ella, donde él protagonizó y cooperó con la idea principal. En retribución al favor, Tilda ayudó a Patel con la escritura del guion de Monkey Man, aportando ideas, rechazando otras, y perfeccionando la historia que representaría su debut como cineasta.
Es cinta negra en Taekwondo
Según el mismo Patel, el Taekwondo llegó a su vida por la hiperactividad que presentaba durante su paso por la escuela. Aunque hoy lo vemos pateando traseros en la ya mencionada Monkey Man, lo cierto es que Patel era malo para el Taekwondo, al menos en los primeros días de clases: incluso se orinó por el miedo que estas le causaban. Al final, aprender artes marciales le ayudó a conseguir importantes papeles en películas como El último maestro del aire y Monkey Man. ¿Quién diría que su falta de concentración terminaría por pavimentar su camino hacia la acción?
Mover el cuerpo no es lo suyo
Aunque en películas como las ya mencionadas ha demostrado una gran agilidad para las secuencias de acción, coordinar sus pies y manos para bailar no es precisamente su fuerte. De hecho, ha admitido que no le gusta acudir a bodas en la India, pues en ellas suena Jai Ho, un tema popular en el que los invitados se paran a bailar. Como él no cuenta con esa agilidad, simplemente evita ir a las uniones. Lo más cómico de esto es que en Quisiera ser millonario protagoniza una importante coreografía, una que le costó muchísimo trabajo aprender. ¿Se imaginan lo mucho que sufriría con el Payaso de rodeo en una boda mexicana?
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