Aferrarte a los sueños y descubrir tu identidad, esa es la historia detrás de Uma & Haggen: Princesa y vikingo.
El estreno de Uma & Haggen: Princesa y vikingo tardó más de una década en llegar a las salas de cine mexicanas. Sin embargo, para Benito Fernández, director y animador detrás de esta historia, la espera valió completamente la pena por reavivar la animación tradicional en tiempos de inteligencia artificial.
Tuvimos la oportunidad de platicar con Benito Fernández Martínez, el director mexicano de 48 años de edad que, tras el estreno de La leyenda de los chaneques de Ánima Studios, regresa la animación tradicional a la pantalla grande.
¿De qué trata Uma & Haggen: Princesa y vikingo?
En su nueva película, Uma & Haggen: Princesa y vikingo, Fernández nos lleva por un viaje de nostalgia y fantasía que busca reavivar la emoción por la cultura prehispánica y enviar un mensaje de fe y unidad para la humanidad.
La historia sigue la travesía de dos niños, Uma, una princesa mesoamericana, y Haggen, un guerrero vikingo, que se encuentran en el mejor momento para ayudarse y aprender del otro. Ante la inminente amenaza de la pérdida de cada uno de sus reinos, los dos aventureros harán hasta lo imposible por salvar a sus seres queridos.
Detrás de Uma & Haggen
Foto: @ivanjoatzay
El proyecto mexicano contó con la actuación de Meli G como Uma, Oliver Días como Haggen, y una participación estelar de Laura Torres como la Nana, Alondra Hidalgo como La Diosa y Humberto Vélez como Ulom, el sacerdote profeta del pueblo.
En entrevista para Paloma y Nacho (P&N), Benítez nos contó que, en busca de crear un proyecto de calidad, la historia tardó 13 años en concretarse, pasó por varios cambios, entre otros detalles.
P&N: En un proceso más narrativo/argumental ¿De dónde nace Uma & Haggen? ¿Hubo alguna pasión o momento que lo hiciera involucrarse en crear a estos personajes? ¿O el meterse de lleno a la cultura mesoamericana?
Benito Fernández: Es eso. Todo mundo tiene su princesa ¿No? Tiana representa a los afroamericanos, Jazmín representa al medio oriente, Cenicienta a Francia, Blanca Nieves a Alemania. Todo mundo tenía su personaje representativo de princesa y yo pensé ‘bueno ¿Dónde está nuestra princesa mesoamericana?’. Entonces por ahí empezó la idea de hacer algo sobre eso. Luego [fue] combinar este escenario prehispánico/maya con su revolución industrial, con la tecnología, con el vapor y combustibles fósiles. El desarrollo se me hacia un lugar interesante por explorar. Un universo que tuviera referencias de lo prehispánico y lo latino pero que siguiera siendo una ficción, para poder contar aventuras grandes. Una película que yo le pudiera mostrar a mi hija y ella a sus hijos.
P&N: ¿Existió alguna inspiración en otros autores o proyectos cinematográficos?
Benito Fernández: Nosotros tenemos dos grandes influencias: Miyazaki, que es el mejor animador vivo que existe, es un genio, y su construcción de mundos es insuperable. Entonces, si le vas a tirar a algo, tírale al más alto ¿no? En el segundo lugar, para mí, el estilo visual de animación que siempre me cautivó mucho y al cual quería llegar a un punto en medio fue la serie animada de Batman, la serie de Bruce Tim de los 90s. Era icónica y en esa serie había muchos guiones duros, donde Batman acababa hasta llorando en la tumba de sus padres. Cosas así me hacían decir ‘qué increíble que se pueda hacer esto y que la animación no solamente sean caricaturas divertidas y escatológicas’. Es una mezcla de esos dos referentes de la animación y el encontrar tu propio estilo. Tratar encontrar una identidad con la que puedas contar tus cosas.
P&N: ¿Hubo alguna investigación previa de lo que es la cultura mesoamericana para crear una representación fidedigna de este mundo?
Benito Fernández: Estudiamos lo suficiente para que hubiera referencias. No me interesaba que fuera 100 por ciento fiel, por eso mismo la ciencia ficción. Si no, pues mejor trato de hacer la leyenda del Popo y el Iztla en animación ¿no? Ahí sí te metes con los maestros de antropología, pero es otro proceso. Con la ficción obviamente investigamos, [adaptamos] vestuarios y cositas interesantes. El diseño de la pirámide, por ejemplo, está inspirado en la pirámide de Tulum que, si te fijas, está en un precipicio junto a la costa. Tal cual es la ciudad [del mundo de Uma]. Entonces sí vas a ver esos detalles, como el cenote sagrado. Sí hay, pero sin caer en una obsesión por ser históricamente correctos, es ficción.
P&N: ¿Qué tan complicado fue consolidar el proyecto? ¿Hubo muchos cambios del inicio al corte final?
Benito Fernández: Para mí, el mensaje más claro que he aprendido es el guion. Eso fue la parte a la que más le metimos, fueron como 12 o 13 tratamientos al guion, no fueron solo 2 o 3 pasadas. Te puedo decir que, en un inicio, en los primeros dos tratamientos, no existía Haggen, solo era Uma. Era la idea de la princesa prehispánica, ‘Uma: Princesa de la luna’ se llamaba originalmente. Entonces escribiendo nos dábamos cuenta de que nos estaba haciendo falta una contraparte a Uma.
Esta película es 100 por ciento independiente, no tuvimos a nadie más detrás, más que un socio y yo. Nadamás. Por eso tanto tiempo. Yo en el camino sí estuve a punto de dejarla 3 o 4 veces, imagínate que de repente nace tu hija y estas invirtiendo todo tu dinero en esto ¿Qué estoy haciendo con mi futuro? De verdad llegué a pensar eso varias veces. Pero soy cineasta y no podría hacer otra cosa, es lo que sé hacer. Pensando también en mi hija, qué clase de ejemplo le iba a dar si lo primero que iba a ver en su vida es que su papá se dio por vencido en cuanto se pusieron difíciles las cosas ¿no?
P&N: Algo que veo mucho en Uma & Haggen es que habla sobre la coexistencia y armonía humana entre distintas culturas ¿Qué tan importante cree que vaya a ser este mensaje para las nuevas generaciones?
Benito Fernández: Yo creo que es algo de vida o muerte ahorita. O aprendemos a unirnos por medio de nuestras diferencias y aprender de ellas, o vamos a acabar en algo muy feo. La situación está muy polarizada y todo es satanizar al de enfrente, al que no piensa como yo, si eres de un lado odias al del otro y no hay un punto medio, entonces todo es complicado. Para mí eso es preocupante y por ese era uno de los mensajes más importantes para mí en la película. No es un gran spoiler, Uma es vegetariana y Haggen no, son pequeños detalles (…) entonces ¿Cómo vas construyendo a partir de esa diferencia y de otras?
P&N: ¿Qué proyectos vienen en puerta? ¿Qué más le gustaría hacer?
Benito Fernández: Yo estoy trabajando en la segunda parte, yo escribí esto como una trilogía. Ya están escritas y desde un principio la idea era hacer 3 partes. Estamos trabajando en la 2. Pero yo no puedo aventármela solo, 13 años no puedo esperar más, seguro me muero, no me dan las matemáticas para la 3. Entonces, ahí es donde tengo que pedir al público que nos den su voto de confianza y vayan a ver la película. Si les gusta, de ahí depende que yo pueda seguir ampliando esta visión y este universo, seguir dándole trabajo a la gente. Está la moneda en el aire, pero ojalá logremos conectar con el público.
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