Un momento divertido que otros vieron como petición de empleo.
Corría el verano de 1975 cuando, de la mano de Steven Spielberg, llegó una película que cambiaría a la industria para siempre: Tiburón. El largometraje de suspenso, acompañado de una campaña de marketing nunca antes vista y grandes efectos especiales, se convirtió en el ícono absoluto de lo que debe ser un blockbuster. Además de poner a Steven Spielberg aún más en el mapa, Tiburón sirvió como una forma de su director para pedir el trabajo de sus sueños: dirigir una película de James Bond. Por ello, entre ambos títulos existe una notable conexión.
La película que lo cambió todo
La historia de Tiburón se desarrolla en un pueblo costero del este de Estados Unidos, el cual se ve amenazado por un gigantesco tiburón blanco que ha atacado a varias personas. Este hecho pone en entredicho la seguridad de los bañistas durante la temporada de verano, así que el alcalde pide al jefe de la policía, a un pescador y un científicio que cacen al animal.
Inspirada en la novela homónima, esta película se convirtió en todo un clásico: hizo que el público le temiera a las aguas, demostró el poder de los efectos especiales, y reforzó el estatus de los cines como un lugar para disfrutar de espectáculos. De acuerdo con algunos cinéfilos, también es una muestra de cuán interesado estaba Steven Spielberg en dirigir una película de James Bond.
Como muestra esta la escena donde Roy Scheider y Richard Dreyfuss le realizan una autopsia al tiburón tigre y en el lodo se puede ver una vieja matrícula. Esta dice 007 o 981. Aunque algunos aseguran que se trata de una coincidencia, otros encontraron un detalle adicional: se trata de una matrícula de Luisiana, con los números 72 y 73 alrededor del nombre del estado.
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James Bond: el sueño jamás cumplido de Spielberg
Vive y deja morir, la película de Bond más reciente para la época, se filmó en 1972 dentro de Luisiana, y estrenó en 1973. Para muchos, es demasiada coincidencia como para creer que el tema no fue planeado. Tristemente para Spielberg, el guiño no funcionó como esperaba. De hecho, los productores del 007 jamás lo consideraron entre los directores ideales para dirigir una cinta de la saga.
“Cuando empecé a hacer películas, la única franquicia que me importaba y de la que quería formar parte era James Bond. Cuando empecé como director de televisión, mi sueño más ilusorio era hacer una película pequeña que alcanzara cierta notoriedad, y entonces [el productor] Cubby Broccoli me llamaría y me pediría que dirigiera la próxima película de James Bond. Pero nunca logré que Cubby Broccoli me contratara”, dijo a Entertainment Weekly en 2011.
La lucha de Spielberg continuó años después, e incluso se acercó a Roger Moore (considerado uno de los mejores Bond) para que hablara con los productores de la saga. Desafortunadamente, la familia Broccoli, que posee los derechos de James Bond, nunca lo consideró. Sus miembros creían que el director, tras el éxito de Tiburón, querría cobrar un gran sueldo y recibir bonos de taquilla o un beneficio similar. No querían que el director se convirtiera en la estrella de la franquicia, y por ello continuaron con sus planes.
Aunque hace una década el director no estaba seguro de mantener el interés por James Bond, hoy los derechos del agente inglés están en manos de Amazon MGM. Si bien, no hay un acercamiento del que se tenga conocimiento, la colaboración entre ambas partes podría ser más fácil que en décadas previas.
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