El británico comparte su experiencia tras The Batman.
El cine se ha tornado cada vez más exigente. Cada vez son más los actores que se someten a toda clase de transformaciones físicas y dietas para dar mayor credibilidad a sus personajes. Lo hemos visto en todo tipo de proyectos: desde los dramas independientes hasta los blockbusters y sin olvidarnos de los eternos defensores del método. Algunos logran el objetivo con destreza –cof, cof, Christian Bale–, otros batallan duramente por alcanzar los objetivos. Tal fue el caso de Robert Pattinson con The Batman.
El actor ha recibido incontables elogios y reconocimientos por su interpretación de un joven Bruce Wayne en sus primeros pasos como vigilante, pero esto no siempre fue así. Cuando la noticia del casting fue revelada, más de uno protestó por la decisión. Las críticas fueron aún peores cuando se rumoró que el proyecto había sufrido un ligero retraso porque el británico estaba batallando para ganar peso y musculatura. Al final y a pesar de la buena forma física, poco pudo hacer por mejorar su complexión, lo que para nada entorpeció su estupenda labor.
Pareciera que el problema ha quedado atrás, pero no es así. Así lo demuestra Robert Pattinson en una entrevista en la que se pronuncia abiertamente contra las transformaciones físicas que se han tornado tan recurrentes en la industria contemporánea:
“Me metí en problemas por decir que no hago ejercicio, incluso por mi entrenador que me decía, ‘¿por qué estás diciendo esas cosas?’”, confesó el actor.
“Es bastante vergonzoso cuando entras en una dinámica de responder a preguntas sobre tu entrenamiento, porque siempre habrá un tipo en mejor forma que tú”, complementó.
El actor vivió esto último en carne propia, cuando fue comparado con los fornidos murciélagos de Ben Affleck y Christian Bale. Pero la historia nos dice que, si bien los músculos ayudan a dar credibilidad en el cine de superhéroes, no son decisivos para una gran interpretación. Pregúntenle a Michael Keaton cuyo Caballero Nocturno sigue siendo motivo de alabanza y considerado por amplios sectores de la audiencia como el mejor de toda la historia.
“[Es] muy, muy fácil caer en ese patrón también, incluso si solo estás observando tu ingesta de calorías, es extraordinariamente adictivo, y no te das cuenta de lo engañoso que es hasta que es demasiado tarde”, comentó.
“Básicamente he probado todas las modas que se te ocurran, todo excepto la consistencia. Una vez comí sólo papas durante dos semanas, como una desintoxicación. Sólo patatas hervidas y sal rosa del Himalaya. Aparentemente es una limpieza… definitivamente pierdes peso. Y traté de hacer keto una vez. Pensé ‘Oh, ¿hay una dieta en la que sólo comes tablas de embutidos y queso todo el tiempo?’ Pero no me di cuenta que no puedes tomar cerveza, porque anula por completo el propósito”.
Dicho esto, nos queda claro que Robert Pattinson nunca será el Batman de grandes bíceps que muchos pensaban en un inicio. Algo que poco importa. Hablamos de un histrión de grandes cualidades y cuyas dotes convencieron a todos de que es la venganza.¡Ansiosos por verlo de vuelta en la secuela!
