Roald Dahl fue un prolífico autor infantil, pero, ¿sabías que también incursionó en el cine y la televisión? Conoce su trayectoria en esta entrega de “De la pluma a la pantalla” de Astrid García Oseguera.
Antes de aprender a leer, cada noche antes de dormir mis papás me leían un libro. El que se quedó clavado en mi memoria fue Charlie y la fábrica de chocolates (Roald Dahl, 1964). Recuerdo quedar impresionada con la narración de un niño al que sólo le daban una barra de chocolate al año. Por días imaginaba esa secuencia en que Charlie Bucket mordía una esquinita del chocolate cada vez para que durara lo más posible. Cuando aprendí a leer, me sumergí en Matilda (Dahl, 1988) ―ya estaba obsesionada con la versión de Danny Devito―. Fue la primera vez que reí a carcajadas con un libro. Las imágenes de la película se intercalaban con las que mi mente creaba al leer el libro. Me gustaba pensar que tenía dos versiones de la misma historia, que había otras posibilidades escondidas en las letras.
Las adaptaciones literarias a la pantalla grande son oportunidades excepcionales. Permiten la creación de un universo nuevo a partir de uno ya explorado en un libro. La evolución del lenguaje escrito al cinematográfico también representa una mutación inevitable de la obra original. En el caso del autor Roald Dahl, han existido numerosos casos en los que sus libros se convierten en películas. Debido a su estilo de escritura, mordaz, irónico y divertido, existen incluso múltiples variaciones de un mismo relato. En este texto, exploraremos la transformación de la pluma a la pantalla de un autor de populares novelas y cuentos, de los que se conocen sobre todo los relatos infantiles: Roald Dahl.
Roald Dahl, su vida y primeros escritos
Nacido en Gales (Reino Unido) en 1916, la vida de Roald Dahl fue muy diversa. A la edad de 17 años, tras terminar la preparatoria decidió no ir a la universidad y comenzar una travesía exploratoria por los bosques del Newfoundland (provincia canadiense) ―una práctica en la que se escogieron a cincuenta estudiantes del Reino Unido. Después de estas aventuras, se enlistó a las Fuerzas Aéreas durante la Segunda Guerra Mundial (experiencia que inspiraría la publicación de sus relatos en la revista The Saturday Evening Post).
Tras vivir accidentes, desventuras e incluso trabajar como espía, escribió su primera obra: The Gremlins en 1943. Un libro que, si parece conocido es porque efectivamente fue inspiración para los personajes que protagonizaron la película de 1984, Gremlins, de Joe Dante (con producción ejecutiva de Steven Spielberg). Esta primera novela narraba cómo unas criaturitas monstruosas se entrometían con la Fuerza Aérea. Fue escrita para Walt Disney, pero nunca llegó a convertirse en película.
Dahl: más allá de un autor de novelas
Posteriormente, Roald Dahl continuó escribiendo literatura infantil, pero también incursionó con novelas para adultos ―aunque no recibieron la misma atención―. La primera, Some Time Never: A Fable for Supermen (1948), también relataba desventuras de unas criaturas que se entrometían con la Fuerza Aérea y My Uncle Oswald (1979), una sexy-comedia a la que se le calificó como un “festival inocente, pero de mal gusto”. Dahl escribió doce compilaciones de historias para el público adulto, dentro de las que destacan Kiss Kiss (1960) y Tales of the Unexpected (1979). Su narrativa ha sido apreciada por sus retratos de misterio y terror.
Además de la literatura ―arte en el que fue verdaderamente prolífico― Roald Dahl también fue parte del mundo cinematográfico. Participó como guionista de You Only Live Twice (Lewis Gilbert, 1967), protagonizada por el famoso personaje James Bond. Y también realizó el guion de Chitty Chitty Bang Bang (1968) junto al director de la cinta, Ken Hughes.
En el medio televisivo, Roald Dahl fue presentador y escritor de la serie Way Out en 1961, que precedió a la famosa Twilight Zone. Un programa de horror y fantasía muy bien recibido por la audiencia. Asimismo, creó en 1979 la serie Tales of the Unexpected, que adaptaba sus relatos. En ésta, Dahl aparecía a cuadro relatando un poco sobre qué lo inspiró a escribir cada una de sus historias.
La infancia en los libros de Roald Dahl
Como lo hemos mencionado, a pesar de que la obra de Roald Dahl es verdaderamente extensa, se reconoce popularmente por su incursión en la literatura infantil. El amor por sus obras nace principalmente por su particular visión autoral. En su narrativa, las infancias suelen ser retratadas como seres con dotes heróicos, brillantes, justos y sensibles. Mientras que los adultos casi siempre se representan como oscuros entes dispuestos a mentir, abusar, humillar y maltratar por razones egoístas. Mucho de esto nace de las experiencias propias del autor en internados y vivencias de su infancia.
Además, sus obras suelen contar con un toque de fantasía y comedia. Elementos que amortiguan lo que en realidad es un subtexto oscuro, crudo y turbulento. Basta con recordar a protagonistas de sus más populares relatos. Como lo son Charlie Bucket, el niño amoroso y honrado que da una lección al ambicioso Willy Wonka. O James Henry Trotter, huérfano que vive de servir a sus deleznables tías que lo explotan y humillan aún después de que el chico consigue cosechar un melocotón inmenso que atrae turistas. Y, por supuesto, Matilda, la brillante niña que, no sólo desafía a su estafador padre, sino que también consigue acabar con la directora de su escuela.
Dahl y su manejo del lenguaje
La literatura de Roald Dahl logra causar un sentimiento insólito en sus lectores infantiles: se convierte en una de los pocos espacios donde ellos tienen la capacidad de hacer un cambio en su entorno y convertirse en guías morales. Ofrece a los niños la catarsis de hacerse escuchar, alejándose de la condescendencia. Sus libros son una exquisita mezcla entre la terrible realidad y la maravillosa fantasía. Todo con diálogos fuera de lo común en este género literario, donde se relata con detalle la diversión, la comida y los momentos de gozo, pero sin dejar de lado los diálogos de oscuros que describen momentos de miedo ―ante el maltrato y el abuso de poder―, con insultos ingeniosos, pero igualmente hirientes.
El vocabulario es, de hecho, uno de los atributos más grandes en la obra de Roald Dahl. No necesita usar verdaderas groserías para causar dolor o humillación. Por ejemplo, en su forma de describir situaciones no hace falta relatar violencia física para causar una emoción de horror, basta con relatar situaciones extrañas e inhóspitas para implantarse en la memoria. Y, de forma opuesta, su narrativa guarda casi siempre un dejo de comedia. Ya sea por el ritmo en su narración o la resolución de las situaciones ―casi siempre insólitas y fantásticas.
A lo largo de su obra, la invención de nuevas palabras es también algo le caracteriza. Incluso, en 2016 se publicó The Oxford Roald Dahl Dictionary, una compilación de 8,000 palabras editado por Susan Rennie. En este se incluyen términos completamente creados por el autor y palabras existentes que obtuvieron un nuevo significado gracias a Roald Dahl.
Adaptaciones destacadas sobre la obra de Roald Dahl
Hemos abordado ya la vida y obra del prolífico autor, es momento de explorar esas obras que se han llevado a la pantalla grande ―algunas de estas en más de una ocasión.
Jim y el durazno gigante
Dirigida por Henry Selick y producida por Tim Burton y Denise Di Novi, la película de 1996 lleva al cine el segundo libro de Roald Dahl. Se relata la historia del pequeño huérfano, Jim, que es obligado a trabajar exhaustivamente para sus tías. Tras conseguir semillas mágicas, Jim cultiva un melocotón gigante que, al inicio, le da más problemas en su complicada realidad. En esta adaptación producida por Disney, se combinan el live action con la animación en stop motion. Esta última técnica es la que la vida a los animales con la capacidad de hablar con el pequeño. Dotando de fantasía a la historia que cuenta con un narrador muy peculiar.
Charlie y la fábrica de chocolate
Hasta el momento se han creado tres adaptaciones de esta historia ―la cual cuenta con una secuela muy poco conocida: Charlie y el gran ascensor de cristal, de 1972. La primera, realizada en 1971, que se tituló Willy Wonka y la fábrica de chocolate (Mel Stuart), contó con la participación del mismo Roald Dahl, pero confesó que no le gustó la adaptación, pues se centraba en el chocolatero y no en Charlie Bucket.
Varias décadas después, en 2005, se realizó la adaptación más famosa de esta obra: la homónima película dirigida por Tim Burton, protagonizada por Johnny Depp (Willy Wonka); Freddie Highmore (Charlie Bucket) y Deep Roy, quien hizo el papel de los 165 Oompa Loompa. De esta versión hay un sinfín de números musicales y momentos memorables. La última de estas adaptaciones se titula Wonka y está próxima a estrenarse. Como su nombre lo señala el protagonista es Willy Wonka, interpretado por Timothée Chalamet, dirigida y escrita por Paul King. Relatará los inicios del chocolatero y su encuentro con los Oompa Loompa.
Fantastic Mr. Fox
En 2009, Wes Anderson llevó al cine ―con un guion en colaboración con Noah Baumbach― una de las historias que lo marcaron durante la infancia, la de un zorro intrépido y pillo que se dedica a robar gallinas. En esta historia, animales y humanos tienen la capacidad de comunicarse y coexistir, como es común en las historias de fantasía de Roald Dahl. Se trata de una película en stop-motion con un relato mordaz sobre la vida en comunidad.
The BFG (Big Friendly Giant)
Esta es otra de las historias de Dahl que han sido adaptadas en más de una ocasión: la primera en la animación de Brian Cosgrove, de 1989. En esta historia la protagonista es una pequeña huérfana de diez años llamada Sophie ―nombre otorgado al personaje en honor a la hija del autor― que hace un amigo fuera de lo común: un gigante amigable. La segunda versión se llevó al cine en 2016 y fue dirigida por Steven Spielberg.
Matilda
La primera adaptación de esta maravillosa novela fue llevada a la pantalla grande en 1996 por el actor y director Danny Devito ―que actúa en la película como el villano padre de la protagonista. En esta versión Mara Wilson interpretó de forma icónica a Matilda. La historia es protagonizada por una niña maltratada e incomprendida por su vándala familia y la directora de su escuela. En este relato, no faltan los detalles fantásticos que se mezclan de forma natural con la historia de abuso y negligencia sin convertirse en una historia cursi. Años después, la novela sería llevada a Broadway y como musical, de esta versión, se realizó una adaptación en película titulada Matilda, de Roald Dahl: El musical, en 2022.
Las brujas
La novela de 1983 (The Witches) ha sido adaptada en diversas ocasiones a la pantalla grande. La primera de estas en 1990, bajo la dirección de Nicolas Roeg y, la segunda, en la reciente adaptación de Robert Zemeckis en 2020. Esta historia es protagonizada nuevamente por un huérfano que se enfrenta a brujas que acechan niños mientras vive con su abuela. El relato cuenta con un triste desenlace, pero que el ingenio de Dahl consigue sentirse ligero y amoroso.
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