Han transcurrido 20 años desde que el segundo largometraje de Darren Aronofsky comenzara su recorrido por las pantallas fílmicas alrededor del mundo. A través del tiempo, el filme ha ganado su merecido lugar de culto. Réquiem por un sueño (Requiem for a Dream, 2000) se distingue por un ritmo frenético e hipnótico, que narra la trágica historia de cuatro individuos adictos a distintos narcóticos. Aronofsky logra que los espectadores nos adentremos en un universo visual que transforma anhelos idealistas en estremecedoras pesadillas. Para lograrlo, se aferró con agudeza e ingenio de los elementos de la narrativa cinematográfica -fotografía, edición y música- en un alucinante y sobrecogedor relato.
El reparto de la cinta incluye a Jared Leto, Jennifer Connelly, Ellen Burstyn y Marlon Wayans, con personajes interconectados en relaciones de familia, amistad y noviazgo, a punto de emprender una espiral descendente sin retorno.
Para celebrar los 20 años de Réquiem por un sueño, algunos datos curiosos.
1) La película se exhibió por primera vez en el Festival de Cine de Cannes el 14 de mayo del 2000, fuera de competencia. En México se estrenó hasta 1o de septiembre del 2001, como parte del Foro Internacional de la Cineteca Nacional.
2) El largometraje anterior de Darren Aronofsky fue Pi: El orden del caos (Pi, 1998) (no te la pierdas en Cinépolis KLIC AQUÍ), otro filme considerado de culto que le brindó diversos reconocimientos a su realizador, como el premio a Mejor director en el Festival de Cine de Sundance, y que allanó el camino para la realización de Réquiem por un sueño.
3) El guion de Aronofsky está basado en la novela homónima del autor estadounidense Hubert “Cubby” Selby Jr. (1928-2004), publicada originalmente en 1978. Otra de sus novelas llevada a la pantalla grande fue Última salida a Brooklyn (1971), dirigida por Uli Edel en 1989.
4) Ellen Burstyn recibió su sexta y última nominación al Óscar por Réquiem por un sueño. La célebre protagonista de El exorcista (1973) ganó la estatuilla como Mejor actriz protagónica en 1975 por Alicia ya no vive aquí (Alice Doesn’t Live Here Anymore, 1974) de Martin Scorsese.
5) Cuando Ellen Burstyn leyó el guion por primera vez se horrorizó y rechazó el papel que se le ofrecía. Pero cambió de parecer cuando vio Pi: El orden de caos (1998).
6) La palabra “heroína” nunca se menciona en la película.
7) Jared Leto perdió once kilogramos para interpretar al heroinómano Harry Goldfarb.
8) El cinefotógrafo Matthew Libatique ha trabajado con Darren Aronofsky en las películas Pi: El orden del caos (1998), Réquiem por un sueño (2000), La fuente (2006), El cisne negro (2010) (disfrútala en Cinépolis KLIC AQUÍ), Noé (2014) y ¡Madre! (2017) (vela en Cinépolis KLIC AQUÍ).
9) Aronofsky y su editor Jay Rabinowitz montaron la película utilizando tomas muy cortas, para acelerar el ritmo narrativo y evocar las sensaciones de adicción y pérdida del control. Una película promedio de 100 minutos de duración tiene entre 600 y 700 cortes. Réquiem por un sueño cuenta con más de 2,000.
10) Jennifer Connelly se preparó para la película rentando un departamento en el edificio donde vivía su personaje. Durante ese lapso, se aisló y usó el tiempo para reflexionar sobre las adicciones. Platicó con adictos y asistió a reuniones de Narcóticos Anónimos, acompañando a una amistad que estaba en recuperación.
11) Tres de los protagonistas de la película han ganado el Óscar por actuación durante sus trayectorias: Jared Leto (El club de los desahuciados, 2013), Jennifer Connelly (Una mente brillante, 2001) y Ellen Burstyn (Alicia ya no vive aquí, 1974).
12) Un elemento fundamental para la película es el poderoso score de Clint Mansell interpretado por el Cuarteto Kronos. A través de sus cuerdas -dos violines, una viola y un chelo- logran generar atractivas, sugestivas y perturbadoras atmósferas auditivas, que complementan con precisión las imágenes del filme.
13) Durante el apasionado monólogo de Ellen Burstyn sobre la vejez, el cinefotógrafo Matthew Libatique dejó accidentalmente que la cámara se desviara del objetivo. Esto se debió a que comenzó a llorar por la poderosa interpretación de la actriz y empañó el ocular de la cámara. Esta toma fue la que Aronofsky dejó en la versión final.