Lourdes Portillo fue una cineasta mexicana que se caracterizó por hacer un potente cine documental de denuncia social, conoce su trayectoria.
Este domingo se hizo pública la noticia de que Lourdes Portillo, cineasta mexicana, falleció el sábado 20 de abril a los 80 años. Su familia informó que la directora, que estuvo activa durante casi cuatro décadas, murió pacíficamente en su casa de San Francisco.
Conocida por su activismo dentro del arte cinematográfico, nació en Chihuahua en 1943 y emigró a los ocho años a Los Ángeles con sus padres y cuatro hermanos. Te contamos sobre la trayectoria de esta directora dentro del cine documental.
Lourdes Portillo: arte y empatía
La cineasta mexicana, que se identificaba como chicana por su doble nacionalidad, fue una autora que incluía en sus películas la denuncia social mientras experimentaba con los aspectos formales. Además, la profesión de periodista de su padre le inspiró a plasmar y difundir la realidad.
Las madres de la Plaza de Mayo (1985), su ópera prima, fue nominada al Oscar como Mejor documental en 1986. También participó en seis documentales al rededor del mundo, incluyendo el Festival de Sundance. La película retrata la historia de las Madres de Plaza de Mayo, madres que lucharon por encontrar a sus hijos secuestrados por el régimen represivo en Argentina (1976-1983).
🖤 Lamentamos profundamente la muerte de la realizadora Lourdes Portillo.
— AMBULANTE (@Ambulante) April 21, 2024
En la Gira #Ambulante2023 tuvimos el honor de proyectar su documental “El diablo nunca duerme”.
Descanse en paz 💐🕊️ pic.twitter.com/r4fRJZ8gDi
El interés de Lourdes Portillo por hacer una diferencia en las problemáticas sociales que la rodeaban continuó en su demás documentales. Por ejemplo, El diablo nunca duerme (1994), que se adentra en el caso de una familia mexicana que sufre la desaparición de uno de sus miembros. La directora fue pionera en registrar desde el cine las heridas sociales que atravesaba Latinoamérica.
En ese sentido, Señorita extraviada (2001), su último largometraje, fue una de las primeras piezas cinematográficas que ponía el ojo en las desapariciones. Retrataba e investigaba la desaparición de varias mujeres que trabajaban en plantas de ensamblaje en la frontera entre México y Estados Unidos. Esta película fue premiada con el Ariel a Mejor Largometraje Documental en 2003.
En 2017, Lourdes Portillo recibió en Los Ángeles el máximo reconocimiento de la Asociación Internacional de Documentales (IDA). Convirtiéndose en la primera cineasta mexicana en ser galardonada con este premio.
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