El cine noventero nos ha dejado grandes películas y la Navidad no es la excepción a la regla.
La historia del cine nos ha dejado grandísimas películas navideñas, pero sólo unas cuantas son las que alcanzan el estatus de clásico. Con esto no nos referimos sólo a su calidad, sino también a su capacidad para enamorarnos a tal nivel que invariablemente terminamos disfrutándolas durante las fiestas decembrinas de cada año. Las más añejas continuarán ahí por generaciones, pero es tiempo de que abracemos al cine navideño noventero por los clásicos que nos dejó.
A continuación un recuento con las seis películas navideñas de los 90 que hoy son clásicos imperdibles de la temporada.
El regalo prometido (Dir. Brian Levant, 1996)
Navidad… Época de paz espiritual y amor al prójimo, pero también de mucho estrés para todos los que dejan la compra de los regalos para el último minuto. Si no nos creen, sólo pregunten a Arnold Schwarzenegger, cuya desidia le hará vivir en carne propia una de las peores pesadillas de todo padre durante la temporada navideña: ¡romper el corazón de su hijo por ser incapaz de conseguirle ese juguete que tanto quiere! Esto para nada significa que estemos ante una oda al capitalismo, de hecho es bastante crítica al respecto. Aunque más bien es una divertida invitación a analizar nuestro propio reflejo para demostrarnos que el mejor regalo siempre es el amor de los que más queremos.
Santa Cláusula (Dir. John Pasquin, 1994)
¿Qué es lo primero que piensan cuando ven las letras SC? La respuesta es clara si estamos en diciembre o son unos navideños empedernidos: Santa Claus. Pero no se dejen engañar que también son las iniciales de Scott Calvin, un hombre de negocios cuya vida da un abrupto giro cuando accidentalmente derriba de su tejado a Papá Noel. Carcomido por la culpa –más bien por la insistencia de su hijo– decide completar la entrega por su cuenta, ignorante de que así sellaba un acuerdo inquebrantable. ¡Todo por no leer las letras chiquitas! O lo que es lo mismo, la Santa Cláusula, que protagonizada por Tim Allen se ha convertido en una película imperdible de cada temporada decembrina.
Mi pobre angelito (Dir. Chris Columbus, 1990)
¿Eres de los que pensaban que quedarse solo en casa era una gran aventura? Entonces seguro te identificas con Kevin McCallister, cuyos conflictos familiares siempre abrían paso a una serie de confusiones decembrinas que terminaban por dejarlo completamente solo. Primero en su hogar, un año después en Nueva York. Esto no habría resultado en ningún problema de no ser porque en ambas ocasiones terminó en la mira de un par de atolondrados criminales. ¿Ocultarse o recurrir a su ingenio para hacer lo correcto? ¡La más divertida defensa hogareña en toda la historia del cine!
Una Navidad con los Muppets (Dir. Brian Henson, 1992)
Un cuento de Navidad de Charles Dickens ha sido adaptado en incontables ocasiones, muchas de las cuales gozan de una grandísima calidad. Quizá por esto nadie imaginó que la que muchos consideran la versión definitiva llegaría de la verde mano de la rana René con Una Navidad con los Muppets. La historia es la que todos conocemos, sólo que con los personajes creados por Jim Henson en diversos roles clave. Eso sí, el papel estelar de Ebenezer Scrooge fue para Michael Caine, cuyas bien conocidas dotes histriónicas resultaron clave para dar vida a un tacaño que buscará la redención tras ser visitados por tres fantasmas navideños. Mención especial para Gonzo como un inolvidable Charles Dickens que nos deja una metanarrativa digna de las mejores navidades del pasado, el presente y el futuro.
El extraño mundo de Jack (Dir. Henry Selick, 1993)
¿Es El extraño mundo de Jack una película para ver en Halloween o en Navidad? Nadie lo sabe con certeza, pero de lo que todos estamos seguros es que es un clásico en toda la extensión de la palabra. La película rescató la tradición del viejo cine navideño en stop-motion que fuera inmortalizado por títulos de referencia como Rudolph the Red-Nosed Reindeer (1964) y Santa Claus Is Comin’ to Town (1970), para luego aderezarla con la inconfundible visión de Tim Burton y la destreza realizadora de Henry Selick. Fue así como conocimos a Jack Skellington, amo y señor de Halloweenland, pero que cansado de las calabazas, decide probar fortuna con un festejo más alegre. ¡Los resultados son inquietantemente divertidos! ¿Es entonces una película para ver en Halloween o en Navidad? Nosotros creemos que funciona a las mil maravillas para las dos celebraciones.
Milagro en la calle 34 (Dir. Les Mayfield, 1994)
Por años, fueron dos películas las que se disputaban el estatus del clásico navideño definitivo: Qué bello es vivir (1946) y Milagro en la calle 34 (1947), ambas estrenadas en la década de los 40. Tuvo que pasar casi medio siglo para que su reinado se viera usurpado por un nuevo contendiente, el remake de Milagro en la calle 34 que protagonizad por Richard Attenborough, nos adentró en una tienda departamental en apuros y cuya única esperanza de supervivencia radica en su empleado para Santa Claus, quien está convencido de que es el auténtico hombre del traje rojo. Una idea disparatada, pero que va cobrando fuerza ante la nobleza de cada una de sus acciones y que invariablemente nos obliga a preguntarles: ¿Ustedes creen en Santa Claus?
