La actriz mostró una evolución sin igual.
Después de convertirse en un ícono de la moda y una de las mujeres más deseadas de los 90, Pamela Anderson volvió a brillar con su nuevo y demandante reto actoral, The Last Showgirl, la película de Gia Coppola que protagoniza. Conoce cómo es que le cambió la vida el proyecto.
Una mujer encasillada
Cuando piensan en las mujeres más famosas y atractivas de Hollywood, sin duda alguna, a muchas personas les llegará a la mente el nombre de Pamela Anderson, una de las modelos y actrices más populares de la industria del entretenimiento.
Pamela inició su carrera en la televisión, en el programa Charles in Charge, y poco a poco cimentó su nombre en Hollywood, consiguiendo papeles secundarios en más programas e iniciando su carrera como modelo. Pero la fama le llegó cuando, en 1992, se unió al elenco de Baywatch, donde interpretó a C.J. Parker una hermosa salvavidas que se convirtió en la mujer soñada para miles de hombres espectadores.
Aunque diversificó su trabajo en el cine, el teatro, las revistas y los programas de tv reality, para el público, Anderson se consagró como una figura de belleza y altos estándares estéticos por cumplir, por lo que cada vez era más limitado su rango actoral y oportunidades laborales.
Durante el paso del tiempo, Pamela compartió sentirse encasillada a una figura simbólica de su persona. Pero ahora, tras décadas de su “era dorada”, la actriz se muestra para volver al estrellato y más versátil que nunca.
Su nueva etapa
Después de dejar las cámaras de cine en 2018 con Nicky Larson et le parfum de Cupidon, Pamela Anderson finalmente regresó a la gran pantalla en The Last Showgirl, la que, se presume, es la película que revivió su carrera.
Bajo la dirección de Gia Coppola, Anderson protagonizó en el papel de Shelley Gardner, una bailarina experimentada que, tras el cierre abrupto de su programa, deberá hacer lo necesario para sobrevivir. Pero como una mujer de mediana edad y madre, la bailarina se enfrentará a la incertidumbre del futuro.
El filme no solo revivió la carrera de Anderson al convertirse en uno de sus proyectos más aclamados entre la crítica internacional y recibir la nominación a Mejor actriz de drama en los Globos de Oro 2025, sino que también se fungió como un escaparate para reflejar su versatilidad como artista.
En entrevista para W Magazine, la ex estrella de Baywatch habló de lleno sobre los cambios que trajo The Last Showgirl a su vida.
“Fue un camino pedregoso. Se la enviaron a un antiguo agente mío, que la rechazó a los cinco minutos. Me había ido a casa, a mi jardín, a hacer encurtidos y mermelada, pensando que probablemente nunca haría una película de peso. Me estaba castigando un poco. Entonces Gia encontró a mi hijo y le envió el guión. Lo leí y me sonaron las campanas y pude oír la voz. Realmente me cantó”, recordó sobre su involucramiento en la película.
De acuerdo con Anderson, The Last Showgirl llegó como un reto demandante que, a sus 56 años, la sacó de su zona de confort y la hizo realizar un trabajo arduo para adentrarse en su papel de Shelley, en especial por las características de baile y patinaje que requería.
“Pasé tiempo con algunos de los bailarines del espectáculo Jubilee y les hice muchas preguntas. Vinieron a mi casa a tomar el té y aprendí lo que deben y no deben hacer las bailarinas. Por un lado, no llevan bragas. Y nunca bajan al casino. Hay muchas reglas para mantenerlas a salvo. Y están muy orgullosas de su arte”, explicó.
En un trasfondo más íntimo, Pamela confesó que la película de Coppola le permitió re significarse a sí misma y confiar en su potencial como artista. Después de vivir escuchando sus limitaciones actorales durante décadas, The Last Showgirl la hizo creer nuevamente en sí misma.
Las declaraciones de la actriz señalan que, por ahora, busca reactivar y resignificar su carrera:
“No hay que pensar. Sólo tienes que hacerlo. Eso me hizo darme cuenta de que tengo mucho más que dar. Soy capaz de mucho más de lo que creía que podía hacer en el pasado. Con esta película, me lancé de cabeza y di todo lo que pude. Estudié en privado y he trabajado muy duro en la película, en Broadway y en otros proyectos. Es un gran alivio hacer algo de lo que te sientes orgulloso, aunque siento que esto es sólo el principio.”
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